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(Foto de Para Ti, noviembre de 1940) |
A las mujeres nos gusta torturarnos. Con ese cuento de que
para ser bella “hay que ver estrellas” nos sometemos a suplicios como
inyecciones de botox, liposucciones y depilaciones brasileñas. Por siglos las
mujeres del mundo Occidental vivieron aprisionadas por verdugados, polizones y
los dolorosos corsés. Y cuando se libraron de todos esos instrumentos de
torturas… ¡Llegaron las fajas!
La Primera Guerra Mundial liberó a las mujeres de sus complicadas
prendas interiores. Es que para
servir como enfermeras u obreras de fábricas
no podían andar cinchadas como caballos. 1920 marcaría una revolución en el
vestuario. Se fueron los corsés con sus dolorosas ballenas, se fueron los
cincuenta refajos, las faldas cortas, los jersey y trajes sastres no exigían
tanta ropa interior. La mujer ideal delgadita y sin curvas solo necesitaba
verse así debajo de su ropa.
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(Foto de Zig Zag, junio de 1925) |
¿Pero qué pasaba con la gordita? ¿Con la que tenía una
llantita de más, o a la que la naturaleza dotó de caderas amplias y un derriere
que no estaba a la moda antes de JLO? La solución se llamó “faja”. Y así se veían
las primeras fajas que conocieron las Latinas de Ayer.
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(Foto de Zig Zag, febrero de 1928) |
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Pronto aparecerían nuevas tiendas que se especializaban en
estos artilugios que eran más torturantes que un corsé que al final solo
apretaba cintura y costillas. Las primeras fajas se hacen de popelina y
elástico, pero es tal la cantidad de elástico que comienzan a ser llamadas por
sus mismos fabricantes “artículos de goma”.
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(Foto de Zig Zag, octubre de 1927) |
En la Argentina, las fajas se conocen como “modeladores”. Su
función no es tanto esconder grasa como la de “modelar” el cuerpo de quien la
lleva. Por eso esas primeras fajas son casi cuadradas o tubulares como exige la
moda y los cánones de belleza femeninos imperantes.
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(Foto de Para Ti, abril de 1929) |
La faja Leonard es un ejemplo de “lo ultimo” en esa prenda de
al final de su primera década de existencia. Consiste en una doble faja, una
interior que ajusta la cintura y otra exterior que comprime nalgas y caderas. Su
novedad está en el zipper o cierre
eclair, puesto que la mayoría de las fajas siguen sujetándose mediante cordones
como los corsés.
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(Foto de Para Ti, abril de 1929) |
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En los 30’s, la ropa intima femenina es mínima. Su prenda
más representativa es este tipo de
camisola, enagua y calzón unidos, conocido en ingles como “step-in” y en
castellano como “enterito”.
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(Foto de La Familia, noviembre, 1939) |
Pero esta comodísima pieza de lingerie que muestra la revista mexicana La Familia no servía para las que sufrían de excesos de curvas o falta de ellas. Esas solo tenían este recurso,
fajas que modelaban todo el cuerpo y que algunos seguían llamando “corsés”.
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F(oto de Margarita, junio de 1935) |
En los 40’s, las
fajas son imprescindibles y hay tantas marcas que se crean todo tipo de slogans
publicitarios para ellas, dignos de Don Draper.
Se promete que la faja “X” hará desaparecer toda obesidad, y la “Y” hará
que su dueña se vea veinte años mas joven, incluso que la que la lleva se verá
“mas distinguida”, La mayor mentira es
hacer creer a quien la compra que la prenda será cómoda. Yo que las he usado
puedo atestiguar que eran difíciles de poner y más difíciles de quitar.
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(Foto de Para Ti, octubre de 1943) |
Una razón que explicaría que nuestras abuelas fueran más
virtuosas que nosotras es que no era fácil “bajarse el calzón” así espontáneamente
con cualquiera y en cualquier lugar u momento. Leí una novela en que una faja
salvaba la virginidad de la heroína. Estos objetos llenos de cierres, cordones
y ganchitos eran el equivalente de un cinturón de castidad o el “calzón
amarrado” del que hablaba "La Tigresa" Irma Serrano en sus memorias.
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(Foto de Eva, octubre de 1948) |
Para colmo, las fajas
no eran muy estéticas. En los 40’s y 50’s los fabricantes intentan embellecerlas. Se las hace de satén,
en colores pastel y se les aplica encajes, lo que no evita que sigan viéndose feítas. Además
presentaban varios problemas. Dejaban marcas dolorosas, ya que por mucho tiempo
las varillas o “barbas” no iban cubiertas y si se se vencían los elásticos no
cabía la solución de cambiárselos. Había que botarlas.
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(Foto de Para Ti, mayo de 1950) |
En los 60’s ya comienzan a modernizarse. Aparece el calzón-faja
(como esta “bombacha anatómica” argentina) con liguero o porta-ligas que
sostiene las medias hasta la aparición de las pantyhose.
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(Foto de Radiolandia, julio de 1961) |
También se crean fajas de cuerpo entero sin barbas, sin
broches, sin cierres. Aparentemente comodísimas,
pero no se imaginan lo engorroso que era salirse de una de esas jaulas para ir a un baño
público.
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(Foto de Eva, septiembre de 1961) |
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Aunque los modelos se han vuelto menos embarazosos u molestos,
las fajas siguen con nosotras. En una era de spandex, de ropas ajustadas y terror
a mostrar llantas, hasta la mismísima Kim Kardashian las usa, pero siguen siendo un ejemplo del masoquismo
femenino a la hora de demostrar que somos esclavas de modas e imágenes
mediáticas.
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La faja de Kim Kardashian (Foto sacada del Daily Mail) |
"Leí una novela en que una faja salvaba la virginidad de la heroína."
ResponderEliminarJa, ja, ja! Cual novela era?
El mito mas grande que nos tratan de vender (aun ahora) es que la faja te hace perder peso. (Se que no es cierto por experiencia propia!)
Supuestamente la faja te hace adelgazar porque te hace sudar, pero para eso también te envuelves en plástico.
ResponderEliminarEs una novela que le gusta a tu marido. The Last Convertible de Anton Myer. No es la heroína realmente, pero es la esposa de George el narrador. Cuando él esta en Harvard, después de un juego de football en la "Emperatriz" el intenta seducirla, pero choca con esas fajas que de apretadas no se podían quitar. Un año más tarde, el si consigue seducirla (pero porque ella se quita la ropa y supongo que ya no andaba fajada)
Ahh, si me acuerdo ese libro. Esto que me cuentas me recuerda a la escena entre Rob Lowe y Mare Winningham en "St. Elmos' Fire" donde se estan besando y cuando el le mete la mano bajo la falda, se encuentra con la faja y se le burla (pobrecita!) Eso tambien impidio que ella tuviera relaciones con un hombre casado (la verguenza pudo mas que la moral, ja ja)
ResponderEliminar¡Me había olvidado de esa escena! Es como los calzones gigantes de Bridget Jones. Pero al final, Wendy si pierde su virginidad con Billy. ¿Es que quién le decía No a Rob Lowe en ese entonces? Yo odié St. Elmo's Fire, y ahora es una de mis pelis favoritas. Supongo que asi funciona la nostalgia.
ResponderEliminarA mi tampoco me gusto St. Elmo's Fire la primera vez que la vi (bueno, en realidad no la entendi muy bien. Uno, era muy chica y dos, estaba en ingles). Pero como la vi muchas veces mas (porque me fascinaban Rob Lowe y Andrew McCarthy) me llego a gustar mucho (especialmente el triangulo Judd Nelson, Ally Sheedy y Andrew McCarthy). Las otras historias nunca me gustaron mucho (especialmente la obsesion de Emilio Estevez por Andie McDowell ni el personaje de Billy). No recordaba que finalmente tuvieron relaciones (no se vio eso, o si?)
ResponderEliminarSii, Kevin (Andy McCarthy) era mi favorito. Y esa escena de sexo con Ally Sheedy en la ducha fue ultra sexy (¡lo curioso es que no mostraron nadaaa!!!)
ResponderEliminarSi, al final, antes que Bily se vaya de Washington visita a Wendy que ya esta viviendo sola y vuelve a hablar de la vida sexual de ella y ella le pregunta "Por que estás tan obsesionado con mi virginidad?" o algo asi. Y terminan haciendo el amor, y si los muestran, o sea se les ve besándose y están desnudos (esos desnudos de entonces que no mostraban t&a)