El fin de siglo desató una fiebre de bodas de reinas de telenovela: Gaby Spanic, Lucerito y Cathy Fulop (por segunda vez) se casaron . También hubo bodas de la realeza y en Hollywood. se desencadenó una moda de casarse con latinos
1996
Amor al Estilo
Latino
Este fue un año
de bodas de grandes personalidades latinas o anglos que se casaban con hispanoparlantes.
El latino más famoso de la televisión de entonces, Lorenzo Lamas, se casaba con Shaunda Sand . Sería el cuarto
de los cinco matrimonios del “Renegado”.
Ese año el actor español más famoso del mundo, Antonio Banderas , contrajo matrimonio con Melanie
Griffith, madre de su hija Estela. En
Las Vegas, Clint Eastwood desposaba a la periodista chicana Dina Ruiz y en
Minneapolis, Prince se casaba con su
corista, la boricua Mayte García.
El famoso Prince,
conocido por sus extravagancias, tuvo una boda muy sencilla en la misma iglesia Metodista donde el astro asistiese
los domingos de su infancia. El toque más
estrafalario fue que, para eludir a la prensa, el novio tuvo que viajar en el van en que
venían los arreglos florales. La ceremonia fue tan intima que había más flores
que personas en el templo. Mayte lució un vestido tradicional de seda y encaje
decorado con perlas falsas y cristalería y creado por Bonnie Flesland, que diseñaba la ropa de Prince.
Rocío y Rocío
Si deseaban una
boda estrambótica había que ir a España. En otra entrada hablé de la primera
boda de La Mas Grande con Pedro Carrasco. En 1995, Rocío Jurado volvía al altar
al casarse con el novillero José Ortega Cano. Para no ser menos un año más tarde
se casaba su única hija, Rocío Carrasco.
Fue en la Ermita
de la Virgen en la finca andaluza de la Yerbabuena, propiedad de la familia, que Rocío daba el “sí” ante los llorosos ojos
de su madre. Poca gracia le hacía a La Jurado entregar a su tan consentida niña
a un mero guardia civil. ¿Pero qué le iba a hacer si la novia ya había escrito
a la cigüeña?
Acompañada de su
padre, Rociito llegó en calesa dieciochesca tirada por cuatro caballos blancos,
al son de cohetes y coplas de rocieros y
a una hora de retraso. ¡Es que, con los nervios, a los novios se les olvidó el
cambio de horario! Ahí los presentes pudieron apreciar el vestido que diseñase el
modisto gaditano, Antonio Ardón, con falda estrecha cubierta de una sobrefalda
de tres metros de largo. La tela era organza de seda color marfil, el velo
media siete metros de largo y sobre el vestido iba un bolerito ( o torera) de
encaje con mangas largas.
El vestido era
precioso, lo extravagante es que a Rocío Carrasco se le antojó venir con
pupilentes azules y que alargó su cabello con extensiones de pelo natural
traído del Perú, que al final conformó una verdadera peluca. El
ramo era de orquídeas y flores del lugar. La joyería la componían aretes de
brillantes y una cruz que la madre de la novia usase en su segunda boda.
Rocío y Antonio
David Flores permanecieron casados por tres años y tuvieron dos hijos. Hoy, Rocío es la presentadora de televisión más
bochinchera de la televisión española. Las demandas (por malos tratos) en
contra de su ex marido y del actual, han dado paso a una carrera hecha a costa de
su madre que consiste en revelar intimidades de la difunta Rocío Jurado.
Una Tal
Jennifer López
Una boda que casi
no tuvo cobertura y pasó desapercibida fue la del camarero cubano Ojani Noa con
una “nuyorrican” que comenzaba a hacerse de un nombre en cine y en la música. Unos
meses después del bodorrio, el estreno de Selena pondría a Jennifer Lynn
López en camino a convertirse en la latina más famosa del mundo el espectáculo.
Para la primera
de sus cuatro bodas, JLO usó una túnica de encaje sin mangas. No tuvo velo,
llevó el cabello en un chongo alto adornado con flores. El novio, que era camarero de un restaurante de Gloria
Estefan, era cinco años menor que su
pareja con la que se fue de luna de miel a Cuba.
No duraron ni un
año de casados, en su biografía del 2006, la diva ha contado que su marido la
violaba. Ojani no se ha quedado callado y la ha chantajeado amenazando con
hacer públicos unos videos íntimos. Jennifer lo llevó a tribunales, y entre
tanto litigio se las arregló para casarse tres veces más, tener dos hijos, y convertirse en mega estrella
1997 Dos Reinas de Telenovela y una Infanta
En los 90, Gabriela Spanic fue una estrella de
telenovelas en su natal Venezuela para luego seguir su rutilante carrera en Televisa,
pero antes de su traslado, la actriz de origen
croata protagonizó su única boda.
Gabriela y Miguel
de León habían sido pareja en Como tu ninguna y al público les daba
ilusión verlos casarse en la vida real.
La actriz escogió casarse en la ciudad de Ortiz, en el Estado Guárico de
donde es oriunda y donde fue coronada reina de belleza. La llamaron un cuento
de hadas, esto va desde el vestido hasta
el que la novia y su padre llegasen a la iglesia en una carroza digna de
princesa. La bajada nada más fue un poco peligrosa puesto que un caballo se
alborotó y casi da con la novia contra el suelo.
Toda la boda fue filmada y presentada en el programa Super
sábados especiales de Venevisión. Gaby
se veía bellísima con su vestido de amplia falda con tirantes que caían de los
hombros y muchas flores desde la corona que circundaba su cabeza hasta su gran
ramo. Al año siguiente, los novios partían
a México donde Miguel tendría mucho éxito con Carita de Ángel, éxito que
ni se compara al que alcanzaría su esposa con La Usurpadora y otras
telenovelas que la seguirían.
Después de
Televisa, Gaby firmó contrato con Telemundo. Ella y su marido se trasladaron a
Miami, pero el matrimonio no aguantó. Miguel y Gaby se divorciaron en el 2002. Radio
Pasillo acusó a José Ángel Llamas como causa del quiebre de ese matrimonio,
pero lo cierto es que Miguel nunca pudo superar el éxito de su mujer. Él se
casó de nuevo, tuvo dos hijos y hasta el 2016 siguió activo en las telenovelas.
Gabriela tuvo un hijo Gabriel en el 2008, está semi retirada, se dedica más a
la conducción y a los realities.
Gabriela Spanic
era la Reina de la Telenovela Venezolana, pero Lucero era La Novia de America,
cada cosa que hacía fuese grabar un disco o actuar en una telenovela, enloquecía a sus fans. ¿Cómo no iba a
enloquecerlos la boda de su ídolo? Digo “enloquecerlos”
porque, aunque siempre he sido devota de Santa Lucero Hogaza, no me gustó el hombre que eligió y me negué a
ver su boda.
Sin mi bendición,
ese matrimonio igual fue un éxito. Primero el vestido que realzó la inigualable
belleza de Lucerito. Ella cuenta que recorrió tiendas de Manhattan en busca del
traje soñado y no lo encontró. Fue un diseñador mexicano, Claudio Salas, quien traduciría los deseos de la cantante y
le haría un vestido digno de emperatriz. Ejemplo es que Lucero deseaba un
material especial y que no fuese blanco sino color “hueso”
Esa mañana,
cuando los presentes y los televidentes vieron llegar a la novia al Colegio de
Las Vizcaínas, donde se celebraron los
desposorios, se quedaron, como dicen los
mexicanos, “con el ojo cuadrado”. Lucero lucia majestuosa
en un vestido de corte princesa, confeccionado
en seda color marfil, y aunque llevó su largo
cabello suelto, tuvo su tiara y largo velo.
Un tiempo antes
de la boda, Emilio Azcarraga se había acercadi a Lucero y, recordándole el cariño de sus fans, le propuso
televisar la ceremonia. Ese día las cámaras de Televisa aparecieron en el Colegio
de Las Vizcaínas y filmaron todo el evento que fue conducido por Silvia Pinal.
Lucero Y “Manuelito”
estuvieron casados quince años, tuvieron dos hijos y se divorciaron en el 2011
de común acuerdo. Lucero ha guardado su vestido esperando que su hija o tal vez
una nieta lo usará algún día. Nunca ha hablado mal de su marido, pero el
pendejo ha dicho que su boda “fue un error. “ ¡para ella, sobre todo, “Manuelito!”
1997 fue un año
de bodas de reinas de las telenovelas y también de una princesa de verdad. Dos años
después que su hermana, la Infanta Doña Cristina llegaba a la Catedral de Santa
Eulalia, en Barcelona para casarse con el jugador de baloncesto Iñaki Urdangarin.
A pesar de que yo estaba tan molesta con la elección de marido como con la de Lucero,
si vi y grabé toda la ceremonia. Curiosamente la grabé de Antena 3, no de la cobertura de Pilar Miró en TVE.
Dicen que fue una
boda más pequeña que la de Doña Elena, que fue menos gente, que fue más
austera. Tal vez tenga que ver con que Barcelona no sea tan bullanguera como Sevilla,
que Doña Cristina ha sido más seria que su hermana, o quizás, como yo, pensaban que la Infanta merecía algo mejor. Al fin y al cabo, la Duquesa de Lugo se había
casado con un noble navarro, hijo de un conde. Yo visualizaba a Doña Cristina
casada con algún Príncipe de Bulgaria, hasta la vi de Reina de Bélgica.
Sin embargo, los
novios se veían enamorados, felices y ella lucía espectacular. Lorenzo Capriles
hizo un buen trabajo usando seda natural, un corte imperio de mangas largas (era
octubre), escote bateau y un velo de
encaje. La Infanta lució una tiara que el gobierno español le regaló a su madre
en 1962 cuando Doña Sofía era todavía Princesa de Asturias. En el atelier de
Capriles se restauró el velo que fue el que usó en su boda con Alfonso XII,
María Cristina de Austria. Para complementar el aire antiguo, Gloria Delgado
peinó a la novia en un estilo Belle Epoque. Aun así, se dice que la Duquesa de
Lugo volvía a opacar a su hermana en un dos piezas color berenjena de Christian
Lacroix, pamela haciendo juego y collar de Bvlgari.
Un cuarto de siglo
más tarde es difícil mirar las fotos y recordar todo lo feo que llegó al final
del matrimonio. Aunque coleccioné fotos de ambas infantas, siempre fue Doña Cristina
mi favorita. Es triste pensar en sus ilusiones en ese día y solo me resta desear
que sus cuatro hijos le traigan la felicidad que el marido le negó .
1998 Catherine Reincidente
“La segunda es la
vencida” dijo Catherine Fulop y reincidió en lo de matrimonio, con éxito puesto
que ella y Osvaldo Sabatini celebraron este año sus Bodas de Plata. Para la ocasión,
la bella venezolana volvió a ponerse el
vestido que usara en 1990, demostrando
que, aun después de dos hijas, seguía teniendo una cinturita de avispa.
Un año antes de divorciarse
de Fernando Carrillo, Catherine Fulop aceptó una oferta de hacer una telenovela
en la Argentina. Fue durante las grabaciones de Déjate Querer (1993) que
Cathy conoció a Ova, hermano de la famosa tenista Gabriela Sabatini. Iniciaron
un romance y en 1996 recibían a su primera hija, la hoy también actriz Oriana Sabatini.
Un año más tarde
decidieron casarse por el civil. Debido a la condición de divorciada de Catherine
Fulop, no podían casarse por la iglesia. Optaron por una bendición religiosa en
la Estancia Abril donde la actriz lució esta creación de Gabriel Lage, un vestido de corte princesa y sin mangas.
Han pasado 25 años
desde entonces, el matrimonio Fulop-Sabatini, con dos hijas adultas, sigue tan unido como cuando contrajeron nupcias
1999
La Ultima Boda
Real del Siglo
No pensaba incluir
la boda del Conde de Wessex, pero si ya había cubierto los matrimonios de todos
sus hermanos, me dio cosa dejar este afuera. Lo cierto es que no tengo ningún
recuerdo de ese festejo. Lo cierto es que, en junio de 1999, yo estaba ocupada con
una de mis múltiples mudanzas y que ese enlace fue muy discreto, a petición de los novios que siempre han
mantenido un bajo perfil.
Eduardo y Sophie
llevaban un par de años de relaciones cuando anunciaron su compromiso y se
casaron en un día de verano en la Capilla de San Jorge en Windsor. Samantha Shaw diseñó un espléndido vestido de organza blanca bordado de perlas y
cristales y cubierto de un batón de crepe de seda. El velo también estaba
bordado con cuentas de cristal.
La nueva Condesa
de Essex lució un collar de perlas negras y blancas con una cruz de perlas y
aretes haciendo juego. Este valioso set fue un regalo de Eduardo. La Reina
Isabel escogió, de entre las joyas de la
Corona, una de las diademas de la Reina
Victoria e hizo que los joyeros de la corte la adaptasen para que sostuviera el
velo de la más nueva, y la que le sería más fiel, de sus nueras.
Los novios solicitaron
que no se tratase la boda como de un evento de estado. No hubo escolta militar,
ni fueron invitados políticos, ni siquiera el PM Tony Blair. Aunque la boda fue
televisada, no hubo carroza. La novia llegó en Rolls Royce en compañía de su
padre . Eduardo llegó a pie en compañía de sus hermanos que fungían de
padrinos. Las damitas de honor fueron las hijas del Duque de York, sus
chambelanes fueron Guillermo y Harry, y los pajecitos eran hijos de amigos de
la pareja.
Por pedido de los
novios, los hombres vinieron de traje y corbata y las invitadas vinieron con
trajes de tarde y sombrero como si fuesen a las carreras de Ascot, nada de
uniformes ni ropa de gala o muy formal. Tan discreta e íntima fue la ceremonia
que los recién casados se negaron a darse un beso al salir del templo, guardándolo
para la privacidad del banquete.
Por supuesto
muchos vieron ahí una señal de falta de amor en la pareja y pronosticaron un
rápido divorcio. ¡Qué ironía! Los ahora Duques de Edimburgo van a cumplir sus
bodas de plata, y Eduardo es el único de los hijos de Isabel II que no se ha
separado de su mujer. Tienen dos hijos esplendidos y han sabido conservar la
dignidad y humanidad necesaria en los momentos de crisis que han vivido los
Windsor en el siglo XXI