Nos toca celebrar
el cumpleaños de nuestra reconocida escritora y Latina de Ayer, Valentina Párraga
que ha solicitado la trayectoria de dos canciones clásicas del American Songbook.
Comenzamos con “So In Love” (“Tan enamorada”) del maestro Cole Porter. El único
problema es que esta maravillosa balada tiene como cincuenta versiones, pero
ninguna en español. Sin embargo, los deseos de una cumpleañera son órdenes así
que entrémosle a la historia de esta canción.
Cole Porter, de
Indiana a Gay Paree
Cole Porter es
una de las principales figuras de la canción estadounidense de la primera mitad
del Siglo XX. Posiblemente su grandeza y originalidad resida en ser diferente
en origen y circunstancias a la mayoría de sus colegas. Aunque alguna vez explicaría
su éxito con un” escribo canciones judías”, es evidente en su obra la ausencia
de la experiencia del inmigrante pobre, la influencia de la melodías folclórica
de la Europa Oriental y de la música litúrgica judía. Los temas Porter tiene
unas letras cosmopolitas llenas de humor risque, su cadencia es refinada
y evidencia su preparación en música clásica.
Cole Porter nació
en el Medio Oeste, nieto de J.O. Cole, en ese entonces el hombre más rico de Indiana.
La madre de Cole mimó a su único hijo y
lo encauzó en el camino de la música. Antes de la secundaria ya dominaba el
violín y el piano y escribía canciones. Aunque quiso cumplir el deseo de su
abuelo de estudiar leyes, se llevó un piano de cola a Harvard y para su
graduación ya sabía que la música era lo suyo.
La Primera Guerra
Mundial detuvo los estudios del joven Porter quien sirvió honrosamente en La Legión
Extranjera. Acabado el conflicto, se instaló en Paris. A diferencia de Emily
Cooper, Cole Porter encontró en la Ciudad Luz inspiración para su música, un
estilo de vida bohemio que acompañaba su homosexualidad; amistades interesantes
y hasta una esposa.
Hay dos biopias
sobre la vida del compositor. “Night and Day” (1944) que lo retrata como heterosexual
e “It’s De-Lovely” que relata su verdadera historia. Es en esta última donde se
explica que Cole (Kevin Kline) encuentra en Louisa (Ashley Judd) no solo una
pantalla para su homosexualidad que en ese entonces era penada por la ley, sino
también una gran amiga.
Para resumir,
aunque Louisa creía que lo de Cole Porter era música clásica, el compositor prefirió
volver a USA y dedicarse a la revista musical. Aunque ya había probado suerte en Broadway
antes de la Gran Guerra, Cole Porter se haría famoso con Paris (1928) y
su tema hoy clásico “Let’s Do it, Let’s Fall in Love”. Por toda la década de Los Treinta, Porter sacaría
un musical al año que sería un éxito y aportaría a la canción estadounidense más
de un par de estándares legendarios.
La suerte pareció
acabarse en 1940, después que el compositor sufriese un grave accidente de
equitación que le dejó una pierna destrozada. Apoyado por su esposa, Cole se negó
a que se la amputaran. Una decisión que le impondría una existencia marcada por
el dolor físico, algo que afectaría su espíritu creativo. Se la pasó los 40 de
fracaso tras fracaso, hasta que en 1948 compuso Kiss me, Kate.
Shakespeare en
Broadway
La idea original
era musicalizar La Fierecilla Domada de Shakespeare, pero a Cole se le
ocurrió algo más original: relatar las vivencias de una troupe que está musicalizando
la pieza shakesperiana. De esa manera, el argumento se centra en la historia de
Fred, el compositor, y su s problemas profesionales y románticos con su
estrella, Lillie que es también su ex esposa.
Otra de las
originalidades de la obra es que se trata de un “musical integrado”.
Anteriormente el teatro musical funcionaba como una obra teatral que contenía
canciones como música incidental. Pero a partir de Oklahoma en 1943, Broadway
se había interesado en un nuevo estilo en el cual los personajes se
interpelaban con letras de canciones lo que acercaba al musical a una ópera.
Kiss me Kate fue un éxito total en Broadway, pero
curiosamente de su repertorio la más conocida no será el tema principal sino
“So in Love” que Lillie canta a solas en su camerino y que es su manera de
expresar que todavía ama a Fred. En Broadway la cantó Patricia Morrison, pero
al año siguiente la grabarían varias estrellas de la canción femenina como Margaret
Whjiting, Dinah Shore y una recién llegada llamada Patti Page. Aunque no me
gusta la versión Page porque la voz de a cantante está muy ronca, muy diferente
a la que la haría famosa, será ella quien eleve el tema al número 16 del Hit
Parade.
En 1950 Joe Buschkin graba el primer cover instrumental, pero ya la canción era tan exitosa que tenía versiones en otros idiomas, al menos en sueco y en danes. Ambas de 1951.Aqui Raquel Rastenni la canta en danes.
Entretanto,
Hollywood se había interesado en Kiss me Kate y la filmaron usando como
protagonistas a la pareja “operática” hollywoodense, Howard Keel y Kathryn
Grayson.
Era lo indicado porque
“So in Love” necesita de voces liricas ya que tiene ese calibre de lieder
germana. Por eso la han grabado divos como Mario Lanza y Julia Migenes, y también
mis favoritos, Dame Kiri Te Kanawa y Placido Domingo.
El tenor mexicano
no es el único latino en atreverse con “So in Love”. En 1960, el maestro
boricua Tito Puente hizo un arreglo instrumental bailable bastante sensual de
la pieza de Cole Porter.
Aunque no apruebo
la traducción de una letra tan intensa, lo cierto es que seguían apareciendo
covers en otros idiomas. En 1954, Olavi Virta el Frank Sinatra de Finlandia, la graba en su idioma. 1966 se hicieron versiones
en alemán y en checo. Buenos usos de la música, pero qué pérdida de la
letra. Por eso entiendo que no se la haya traducido a ningún idioma latino.
Sexo, Soap
Opera y K.D. Lang
Hora es de llegar
a la que en mi opinión es la mejor versión de “So in Love” y de cómo conocí
este hermoso tema. En 1990, Rena Sofer, hija de un rabino californiano,
comenzaba una carrera en el mundo donde se haría famosa, las soap operas. Justamente
ese año, yo regresé a las telenovelas del Daytime, un hobby que había abandonado
en mi primer año de universidad.
En mi recorrido
encontré una nueva historia llamada “Loving”. Antes de descolgarme, me cifre en
el personaje de Rena, la doctora Amelia McKenzie. Amelia, apodada “Rocky”, es
una médico de veintitantos años. A pesar de ser independiente y feminista,
Rocky es virgen porque está esperando al hombre ideal. Este se llama Río Domecq
(Rick Telles), pero el latino no tiene ojos para ver en Rocky nada más que una
amiga.
Cuando Rick va a ser deportado por ser indocumentado, Rocky lo salva casándose con él. A pesar de que se supone que el matrimonio solo durará hasta que Rio consiga su Green Card, la atracción entre ambos aumenta y acaban consumando el matrimonio en una escena cadente (como era el sexo televisivo de entonces ni tan gráfico, pero si sensual).
Mientras yo mantenía los ojos pegados a la pantalla, mis oídos se
abrían a la música de fondo que era “So in Love””, una balada que yo ya conocía
en versión de Buddy Clark (1949), pero esta vez, la letra adquiría sentido, la
voz femenina le otorgaba un nivel de intensidad erótica que me era identificable
a pesar de ser yo tan virgen como Rocky.
Ahí se me hizo
patente el poder de las palabras de Cole Porter.
Es extraño, Querido,
Pero es
verdad, Querido
Cuando te me
acercas, Querido
El cielo se
llena de estrellas
Así de
enamorada estoy de ti
Aunque no estés
Mis brazos te
estrechan
¿Sabes,
Cariño, ¿porque estoy tan enamorada de ti?
En los días sin
Internet, no había modo de descubrir quién era la cantante, pero el hado
decidió hacérmelo más fácil. Unas semanas más tarde entre al cuarto de mi
hermano que tenía el tocadiscos (¿quién se acuerda de esos aparatitos?) puesto,
y precisamente escuchaba esa versión.
Así descubrir que
la cantante era K.D. Lang la mezzo de la voz prodigiosa. El Long Play se llama
“Red, White and Blue” y es un homenaje a Cole Porter. Me convertí en su fan
total, superando cualquier prejuicio que tuviese entonces en contra de cross
dressers o como se les llamaba entonces “andróginos” (K. D. Lang salió del
closet oficialmente en 1992). Para mí la canadiense era La Voz, además, como yo,
era activista de los derechos de los animales, eso nos ponía en la misma vereda.
Aunque creo que
esa fue la versión definitiva no ha sido la última. Em este siglo a han grabado
Pati Lupone y Michael; Feinstein. También existe la versión de “De-Lovely” en la
que hay una superposición de Cole Porter (Kevin Kline) cantándosela a su esposa
(Ashley Judd) y las voces de Mario Frangoulis y Lara Fabian que la cantan en un
escenario.
Fue en esa
versión que la gente comenzó a notar que el tema tenía una letra un poco masoquista
sobre todo en la ‘ultima estrofa.
Búrlate de mí
y hazme daño
Traicióname, abandóname
Soy tuya (o)
hasta la muerte…
Descubrir ese
toque masoquista (y sexista si quien la entonaba era mujer) no ha impedido se
siga grabando. En el 2017, cuatro vocalistas de jazz, todas mujeres, una
japonesa, una estadounidense, una rusa y dos italianas la grabaron por separado
y en plena Era Me Too.
Sin embargo, mi
versión favorita Siglo XXI es en voz masculina y latina. Me refiero a la grabación
de “So in Love” que hizo el brasileño Caetano Veloso en el 2004.