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Foto de Wikipedia |
Mucho antes que Salma, mucho antes que JLo, los latinos obtuvieron la fama en filmes en
inglés y se convirtieron en los favoritos de las Latinas del Ayer. Pero ninguno
alcanzó un zenit como el de Dolores del
Rio que seria una estrella del cine silente hollywoodense y una diva del Cine
de Oro de México, su país natal.
Dolores del Rio es un nombre sagrado para cinéfilos de ambos
lados de la frontera. Tan viva está en la imaginación popular californiana que
un restaurant de Los Angeles sirve una ensalada que lleva un nombre. También lo lleva La Diosa
de Plata que la industria cinematográfica mexicana entrega anualmente a la Mejor Actriz de ese país.
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(Foto de Wikipedia) |
Fue una de las bellezas míticas del cine silente, tan famosa
por su presencia fílmica como por sus amores. Entre sus amantes se cuentan Errol
Flynn, Porfirio Rubirosa, Orson Welles y el novelista Erich Maria Remarque. Se
le han adjudicado affaires lésbicos con Greta Gabo y Marlene Dietrich, ¡y se
dice que hasta el mismísimo Walt Disney pasó por su cama!
Hija única de un banquero y hacendado, Dolores Martínez Asunsolo
y López Negrete nació en 1905, en el seno de una acaudalada familia de Durango.
Su extendida parentela incluiría a Francisco Madero, Ramón Novarro, Andrea
Palma, y Julio Bracho. La Revolución Mexicana empuja a los Asunsolo a dejar su
hacienda e instalarse en la capital donde “La Chatita”, como la apodan en casa,
tendrá una educación privilegiada en
colegios de monjas y aprenderá francés y baile clásico. A los 15 años, la bella
jovencita contrae matrimonio con el abogado Jaime del Rio, más de diez años
mayor que la novia, también de linajuda familia y cuyo apellido ella hará
famoso.
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(Foto de Zig Zag, junio 1927) |
Los del Rio se marchan a Europa en una luna de miel que dura
casi dos años. A su regreso comienzan las desgracias. El rancho algodonero
de Jaime no da para vivir. Dolores
pierde un bebé y los médicos le prohíben volver a embarazarse. En 1923, el productor
de cine, Edwin Carewe, en México de luna
de miel conoce a la pareja. Tras ver la
belleza de Dolores, el productor convence a los Del Rio a trasladarse a Los
Ángeles para probar suerte, ella como actriz, Jaime como guionista. Es una
movida que escandaliza a su círculo. La familia política de Dolores se opone,
solo su madre, Doña Antonia, la apoya.
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(Foto de Wikipedia) |
Había un motivo ulterior tras la oferta. México había
amenazado con boicotear las películas de Carewe ya que en ellas se abusaba de clichés
negativos sobre los mexicanos. El productor tuvo entonces la idea, novel para
la época, de traer artistas mexicanos a Hollywood para que retratasen de manera
más fidedigna y benévola a personajes
latinos.
Aun así, en su meteórica y exitosa carrera en el cine
silente, Dolores no se dedicaría simplemente a interpretar a “beautiful
señoritas” a pesar de que su belleza moruna la haría idónea para roles étnicos.
En "Joanna", su primer film, Dolores será una condesa española. En su primer protagónico, que también seria
su primer éxito, "What Price Glory?" es Charmaine, una camarerita
francesa de la que se enamoran dos soldados americanos durante la Primera
Guerra Mundial. Sucesivamente, Dolores será rusa en la adaptación de la novela
de Tolstoi “Resurrección”, mestiza en” Ramona”, española en “Los amores de
Carmen” y una señorita Cajun en “Evangeline”. Tanto en Carmen como en Ramona,
Dolores interpretará los temas musicales.
Aunque en nuestros días su erotismo se vea inocente, Dolores
del Rio exudaba una sensualidad exótica que le atrajo el apodo de “The Female
Valentino”. Ella es la contraparte del “Latin Lover”, una genuina latina de
sangre ardiente. Dolores también es una dama refinada que cae bien en los
círculos más sofisticados de Hollywood. Quien no tiene tanta suerte es su
esposo. Su carrera de libretista nunca llega a despuntar y los rumores a voces
de que Dolores y Carewe son amantes acaban con el matrimonio. Jaime morirá en
Europa unos años más tarde. Se dice que debido a una intoxicación, pero la vox populi hablará de suicidio.
Aparte de ser su amante y mentor, Edwin Carewe supo manejar aptamente
la maquinaria publicitaria que rodeaba a su estrella. Hollywood en la década de los 20 era
un paraíso para los latinos. No existía la discriminación. Incluso hubo actores
que fingieron ser hispanos porque eso vendía como Don Alvarado, cuyo verdadero
apellido era Page, y Jacob Krantz, un chico judío de Brooklyn, que alcanzaría la
fama como Ricardo Cortez. Dolores no es
la única latina “bona fide” que triunfa en el cine Anglo. Otro serán
el español Antonio Moreno, Ramón Novarro, primo de Dolores, y su compatriota
Lupe Vélez. Pero esa era paradisiaca para los iberoamericanos acaba con la
llegada del sonido.
El cine hablado afectó las carreras de todos los actores, una gran mayoría nunca llegó a hacer la transición
y sus carreras murieron con el cine silente. Pero mayor peligro corrieron esos
cuyos acentos extranjeros dificultaban su comunicación con la audiencia. A pesar
de que Dolores del Rio si logró hacer la transición, su carrera nunca más sería
la misma.
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(Foto sacada de Ecran, octubre de 1937) |
El desligarse de Edwin Carewe le costará caro. El se embarca
en una campaña de maledicencia en contra de su ex protegida. A eso se le agrega
otro grotesco escándalo. Gunther Lessing
un abogado que había tramitado el divorcio de la diva, la demanda por ser
causal de propia ruptura matrimonial. Entre las alocadas acusaciones, ¡Lessing
asegura que Dolores ha conspirado con el General Enrique Estrada Reyes para invadir Baja California! Esta será la
primera acusación que la diva recibirá de mantener “actividades subversivas”.
En los años 30 se la acusará, junto a James Cagney, de promover el comunismo
en Hollywood.
Aunque en 1934, interpretó a la amante de Luis XV en “Madame
Du Barry”, a Dolores se la comenzó a
encasillar en roles estereotipados de mexicana.
Sus protagónicos eran en filmes casi “B”, e incluso en ellos era opacada, como
en su rol de brasileña en “Flying Down To Rio”, que es eclipsado por una pareja de
desconocidos bailarines llamados Ginger Rogers y Fred Astaire. El único filme
digno de mención de los 30 fue “Bird of Paradise” en que Dolores interpreta a
una belleza polinésica que por amor a un blanco (Joel McCrea), se sacrifica arrojándose a un volcán.
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(Foto sacada de From Scarface to Scarlett de Roger Dooley) |
La vida personal de la diva también estaba en problemas. En
1931, se había casado con Cedric Gibbons, un magnate de la Metro Goldwyn Meyer. Un matrimonio que nunca llegó a estabilizarse. Harto de los amores de su esposa con Orson
Welles, Gibbons se divorció de ella en 1938. El romance con Welles fue my
intenso y él prometió revivir la carrera de Dolores. Pero aparte de actuar
junto a ella en la olvidable” Journey into Fear”, Welles nunca cumplió su
promesa de filmarla en una versión de la “Santa” de Federico Gamboa, y la
abandonó para irse tras Rita Hayworth. Fue el final de ese affaire, lo que lleva a
Dolores del Rio a tomar una decisión drástica que revivirá su carrera y la repondrá
en su trono de diva.
Dolores y Orson Welles en 1942, en la premire de "El Ciudadano Kane"(Foto sacada de The Hollywood Beauties de James Robert Parrish)
A comienzos de la siguiente década, Dolores del Rio regresa a su patria
a probar suerte en el cine mexicano donde ya triunfaban sus primos Andrea Palma
y el director Julio Bracho. Es el momento óptimo. El cine mexicano ha entrado
en su Era de Oro y Dolores tiene la suerte de caer en las manos de Emilio “El
Indio” Fernández. El genial director y productor acaba de armar el que sería su
equipo emblemático compuesto por el novelista y guionista Mauricio Magdaleno, el
camarógrafo Gabriel Figueroa y Pedro Armendáriz
como protagonista. Solo le falta al Indio una heroína y esa será Dolores del
Rio a quien el dirigirá en cuatro filmes legendarios: “Flor Silvestre”, “María
Candelaria”, “Bugambilia” y “Las abandonadas”.
Con Pedro Armendáriz en "Bugambilia" (Foto sacada de The Hollywood Beauties de James Robert Parrish)
La belleza de Dolores del Rio y su talento no pudieron tener
mejor marco que estos filmes que la inmortalizarían. Dolores vuelve a ser diva,
pero ahora en castellano. Tras su trabajo con El Indio Fernández pasará a las manos de Roberto Gavaldón quien
la dirigirá en “La Otra”, “La Casa Chica”, “El Niño y la Niebla” y “Deseada”.
Clip de "La Casa Chica"
No solo filmara en México sino también en España y la
Argentina. Junto al Indio Fernández, Dolores del Rio regresa a Hollywood para
ser dirigida por John Ford en “The Fugitive”
Dolores triunfa donde va, y su talento será recompensado con tres Arieles.
Diego Rivera y José Clemente Orozco la pintarán, su rostro es usado para
promover una línea aérea, Alfonso Reyes le escribe poemas y hasta Carlos
Fuentes la parodiará en la pieza teatral “Orquídeas a la luz de la luna”. Todo
eso la convierte en leyenda.
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Foto sacada de Readers Digest (junio, 1949) |
En 1949, Dolores del Rio se reúne con Emilio Fernández y su
equipo para filmar “La Malquerida”. Sera su ultimo trabajo juntos ya que
Columba Domínguez, quien interpreta a la hija de la diva, está en amores con El Indio y se encela de la
amistad que el director sostiene con Dolores. Años más tarde, Ismael Rodríguez
reúne a Dolores y al Indio en “La Cucaracha” donde la diva peleará por el amor
de un coronel revolucionario (E. Fernández)
con la otra reina del cine mexicano,
María Félix. El filme explota el mito de que Dolores y Maria se odian. En
realidad, fueron muy buenas amigas.
Dolores del Rio cultiva amistades influyentes que llegan
atraídas por su glamur, su belleza y refinada simpatía. En "La
Escondida", su casa de Coyoacán se reunirán sus amigos que abarcan todos
los ámbitos desde artistas como Frida Kahlo hasta la realeza como los Duques de
Windsor. En 1949, Dolores inicia una relación romántica con Lew Riley, que una
década más tarde, se convertirá en su tercer marido.
Pero no todo era perfecto para Dolores del Rio. En 1954, en
plena Era McCarthy, se le negó la visa
de entrada los Estados Unidos acusándosela de
ideas izquierdistas. Las únicas bases de esa acusación era la campaña de rumores de los Treintas, su
ayuda a refugiados de la Guerra Civil Española, y su relación con Orson Wells. Irónicamente, el gobierno de Franco nunca
puso peros para que Dolores viajase a España a filmar “Señora Ama” y “La Dama
del Alba”.
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En Madrid, 1961 (Foto sacada de Radiolandia, julio 1961) |
Por suerte, esta etapa duró poco y en 1956 la diva debuta en
Broadway en “Anastasia”. Dolores se dedica al teatro con el mismo ahínco y
profesionalismo que le ha dedicado al cine. En 1958 debuta en los escenarios mexicanos interpretando a Mrs.
Erlynne en “El abanico de Lady
Windermere”, papel que ya había hecho en el cine en la Argentina. En la escena actuará en obras de dramaturgos
mexicanos, como de Oscar Wilde, August
Strindberg y Bernard Shaw. En 1969 se atreve a los 64 años a interpretar a “La
Dama de las Camelias” y asombra a un público por su belleza que no parece
conocer el paso de los años.
La perfección del cuerpo y rostro de Dolores del Rio son
parte de su leyenda. Marlene Dietrich la calificó de “la mujer más hermosa de
Hollywood" y Bernard Shaw dijo que las dos cosas más bellas del mundo eran el “Taj
Mahal y Dolores del Rio”. Carlos Fuentes decía de ella que era “una diosa que
se sabía mujer”. Se rumora que su gran secreto de belleza era que dormía
dieciséis horas al día. Era una mujer muy refinada. Orson Wells contaba que la ropa interior de Dolores se la hacían especialmente las monjas de un convento francés.
(Foto sacada de The Hollywood Beauties de James Robert Parrish)
A pesar de sus romances, Dolores era muy discreta, una mujer
que siempre fue muy católica y trató de evitar los escándalos y mantener una
imagen limpia. Esta misma mujer que se
atrevió a bañarse desnuda en una escena (luego censurada por la Oficina Hayes,
gran censor de Hollywood) en “El Ave del Paraíso”, se rehusó a filmar “La Casa
de las Flores”, escrita para ella por el dramaturgo Archibaldo Burns ya que la
trama la obligaría a tener escenas lésbicas con su sobrina Diana Bracho. Por
eso fue todo un cambio de imagen cuando
Dolores del Rio tuvo la audacia
de representar a la regenta de un burdel en “Casa de Mujeres”.
Las últimas apariciones de Dolores en el cine de Hollywood serán
en westerns como “Cheyenne Autumn” y “Flaming Star” en el que interpretó a la madre
de Elvis Presley. A diferencia de María Félix, nunca hizo una telenovela (decía
la diva que no le pagaban lo que ella merecía), pero si actuó en muchas series
de televisión norteamericanas.
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Con Elvis en "Flaming Star" (Foto sacada de The Hollywood Beauties de James Robert Parrish) |
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En el Aeropuerto Kennedy, en 1968. (Foto sacada de The Hollywood Beauties de James Robert Parrish) |
Las apariciones fílmicas e incluso publicas de Dolores se
vuelven escasas en los 70’s. Su última aparición en el cine es en 1978 dando
vida a la suegra de Anthony Quinn en “Los Hijos de Sánchez”. Desde los 60’s que
ha estado sufriendo de dolores óseos. En 1978 se le diagnostica una
osteomielitis que la obliga a inyectarse vitaminas diariamente. En 1981, un
descuido hace que la inyecten con una
vitamina expirada que le provoca una hepatitis. Meses más tarde esa hepatitis
deviene en cirrosis. Dolores es internada en 1982. En abril de 1983 deja de
existir en Newport Beach, California. Sus restos descansan en la Rotonda de
Personajes Ilustres en México.