Este noviembre
quise homenajear a personas que admiro en los ámbitos de la moda, la política,
la música. Comencé con Givenchy, seguí con Theodore Roosevelt. Ahora me toca
atender el pedido de la cumpleañera del mes. La Señora Valentina Párraga me ha
solicitado una semblanza de la Gran Dama de la Música Peruana y la más grande
compositora de Sudamérica, Chabuca Granda. Vamos a ver como su voz y canciones
cambiaron la historia de la música latina.
Las Travesuras
Musicales de una Niña Bien
Maria Isabel Granda
Larco nació en un asentamiento minero del departamento de Apurímac. Su padre
fue el ingeniero de minas Eduardo Antonio Granda San Bartolomé. Su madre , Isabel
Larco Ferrari , pertenecía a una importante familia de Trujillo. A pocas horas
del nacimiento de Maria Isabel, ocurrió
un incendio en su casa como presagiando el fuego que traería la bebé.
La pequeña
Chabuca pasó sus primeros años en la sierra donde su padre era el administrador
de la mina Cotabambas. Recordaría más tarde como la abrigaban en invierno para
soportar el frio serrano. También debido a que sus ojos eran claros se los protegía
del resplandor de la nieve con espejuelos oscuros.
Esta vida acabó cuando la niña tenía tes años
y medio y su familia se trasladó a Lima donde se instalaron en el barrio de El
Barranco. La vida de Chabuca ocurrió sin contratiempos , siguiendo las pautas
establecidas para las hijas de familia limeña. La educaron las monjas del Sagrado
Corazón y fue en ese plantel donde se descubrió que poseía una voz
privilegiada. Pronto lideraba el coro escolar.
Acabados sus estudios
secundarios, Chabuca cometió la audacia de continuarlos. No siguiendo una
carrera, que eso era indecoroso para las jóvenes peruanas de buena familia,
pero si asistiendo a cursos libres en la Universidad de Lima. Con conciencia de
que su voz debía ser oída, Chabuca osó cantar en la radio y hasta formó parte
de grupos, el Duo Luz y Sombra y un trio musical , las Hermanas Gibson.
Etapa de cantante, 1939
Todas estas
locuras , que muchos atribuían a una rebeldía propia de adolescente, acabaron como se esperaba, con el matrimonio.
En 1942 , Chabuca contrajo esponsales con el oficial de la aviación brasileña Enrique
Fuller Da Costa. El matrimonio duró una década y Los Fuller tuvieron tres hijos:
Eduardo, Isabel y Carlos. Ser madre de familia no impidió que Chabuca
continuase escribiendo letras de canciones y amando la música. A su marido no
le parecía tener una esposa que cantase o compusiese y el matrimonio acabó en
1952.
El divorcio
provocó un escándalo en la familia y la sociedad limeña. Chabuca se vio
obligada a mantener a sus hijos y el salario de dependienta de tienda no
alcanzaba. Recurrió a su talento y se puso a componer, a vender y a cantar . El
escándalo fue doble, pero ahora le servía de publicidad. Para 1948 su tema Lima
de a de veras había ganado un concurso municipal. Esto la motivó a seguir componiendo.
Los Años de La
Flor de la Canela
En esa primera
época, Chabuca compondría sus canciones más famosas dedicadas a familiares y a
gente de su círculo. Todas eran variaciones del vals criollo. El vals Gracia fue dedicado a su madre,
Señora y Dueña a su comadre y uno de sus temas más conocidos (y mi
favorito), Fina Estampa, lo inspiró su padre.
Otro muy conocido
vals es José Antonio inspirado por un amigo de la familia, el criador de caballos de paso fino, José
Antonio de Lavalle y García.
La más famosa de
las composiciones de Chabuca Granda La Flor de la Canela la inspira una
humilde lavandera afroperuana llamada Victoria Angulo. A Chabuca la impresiona
que , a pesar de sus pocos recursos, Victoria siempre vista bien y que cultive un estilo elegante y perfecto. “Flor de canela”
es una antigua expresión ibero-peruana para indicar un epitome de perfección.
Sin embargo, la
gran influencia en la música de la compositora es Lima, una Lima antigua bella
y hermosa llena de espacios mágicos y secretos como El Puente de los Suspiros
que ella inmortaliza en un vals.
A pesar de la
fama que va adquiriendo, no faltan las críticas. Se la acusa de no respetar las
convenciones de la música criolla. Eso la tiene sin cuidado. Otras cosas
requieren de su atención. Su hábito de fumar ha afectado su garganta. Debe
viajar primero a Alemania a tratar sus cuerdas vocales, luego someterse a una
operación en la laringe en Estados Unidos. Esta cirugía troca su voz de soprano
a la de contralto. Chabuca no se amilana y sigue cantando.
Pensamos siempre
en ella como compositora y en sus canciones como interpretadas por voces
internacionales. No reparamos en que ella fue quien primero interpretaba cada
una de sus composiciones a pesar de que no se tomaba mucho en serio y
diría “Yo canto como un perro o un gato,
si quieres”. . Para distanciarla de esta
imagen y comprobar el bello timbre de su voz he escogido un vals que no es de
su autoría, pero que interpreta de manera inigualable. Me refiero a Amarraditos.
Reinventando
Perú y Otorgándole Respetabilidad a la Música Afro-Peruana
En los 60,
precisamente cuando sus discos se están escuchando más allá de las fronteras,
entra en una nueva etapa. Sin acusarla de escribir canciones-protesta, su
temática se vuelve menos romántica y más social. A pesar de que escribe una
canción homenajeando a Javier Heraud, joven poeta asesinado por el ejército, no
se puede tildar a Chabuca Granda de sr marxista. Siempre fue conservadora, su
visión del mundo fue más bien lirica. Ella sabía romantizar las cosas, sobre
todo el Perú.
El Marques de Vargas
Llosa diría de ella:” el mundo que inventó en sus canciones sustituyó al Perú
real y es a través de aquel que se imaginan o sueñan con la realidad peruana
millones de personas en el mundo…”
No es que Chabuca
se sustrajese del lado oscuro de la vida. De su segunda etapa he escogido para
ilustrar ese punto la canción que escribe a raíz de la muerte de la cantautora
chilena Violeta Parra. Sin conocerla, Chabuca se impresiona ante una mujer que en
la cúspide de carrera fue empujada al suicidio por un mal amor.
Chabuca, su
nombre y su música parecen estar en todas partes. A fines de los 60, hace la publicidad del Ron Calvo. En 1965, viaja a Chile a presentarse junto a Oscar Avilés
en el Festival de Viña. Su influencia se siente en todo el continente. La cantan
grandes de la canción peruana como Lucha Reyes, Tania Libertad, y Betty
Missiego, como lo hacen otras voces celebres del continente como Celia Cruz y
Gaetano Veloso.
Llega a la Madre Patria
donde la harán famosas las voces de Maria Dolores Pradera y Nati Mistral. En
Francia las orquestas de Frank Pourcel y Paul Mauriat graban versiones
instrumentales de La Flor de la Canela. Para 1977 cuando Chabuca Granda
regrese a Viña para el Festival, no será como una cantante más, sino como miembro del gran jurado. Ya se la
considera una maestra de la música folclórica.
Chabuca no se
duerme en los laureles . Sigue explorando otros ritmos como jazz y bossa-nova
para diversificar el vals criollo. Su próxima aventura será una incursión a la
olvidada música afro—peruana. Chabuca comenzó a indagar en ritmos típicos de
los negros como la marinera y el landó.
En 1969 se une al
movimiento Perú Negro e integra a la orquesta con la que viaja, instrumentos propios de los ex esclavos como
el cajón. Se dice que el gran
guitarrista del flamenco Paco de Lucia al ver el cajón en uno de los tours de Chabuca
por España insistió en tener uno para acompañar su guitarra.
Además de esta etapa
en la que Chabuca hace respetar la música negra de su país, también apadrina a
dos jóvenes promesas , Susana Baca y Eva Ayllón, De Chabuca, dirá Susana “Adecenta
el criollismo y reconoce que los negros éramos elegantes y virtuosos lejos del
cliché de ser buenos en la cocina, el deporte y la lujuria.”
Muerte y
Legado de Chabuca Granda
La fama perseguía
la gran compositora, pero también la mala salud. En 1989, durante un tour en Colombia
sufrió su primer infarto. El segundo la encontrará en Lima en 1982. Un tercer
infarto la llevó a internarse en la Florida para someterse a una cirugía de
corazón abierto en marzo 1983. Unos días después, la compositora fallecerá
debido a complicaciones post cirugía.
La reacción a la
muerte de Chabuca Granda es portentosa. Su entierro llevará un cortejo de
millares de fans y artistas encabezados por Fernando Belaunde, el presidente de
la nación peruana, y el alcalde de Lima.
Los pésames llegan de todo el mundo incluyendo de la OEA. Ese es el principio
de décadas de homenajes que vendrán en toda las formas.
Para honrar a
Chabuca se han hecho obras de teatro, se han escrito libros y se han grabado
discos homenaje en los que han participado grandes artistas como Joaquín Sabina,
Rubén Blades y Armando Manzanero. En España, el compositor Manuel Alejandro escribió Chabuca
limeña una canción que cantará Raphael.
En el 2016 se
incluyó a Chabuca Granda en El Salón de la Fama de los Compositores Latinos. En
el 2017 se nombró su obra como Patrimonio Cultural del Perú. En el 2019 su hija
Teresa Fuller Granda, en nombre de su difunta madre, recibió de manos del Ministro de Cultura la
condecoración más grande del Perú, La
Orden de El Sol.
Hay dos alamedas
en Sudamérica que llevan el nombre de la cantautora. Una en Lima y otra en
Buenos Aires. Hay plazas con su nombre en Madrid y en Santiago de Chile, y este año, en junio, comenzó a circular en Perú
un billete de diez pesos con la efigie de Chabuca Granda.
Chabuca dejó
escritas más de cuatrocientas canciones , aunque solo ciento cincuenta estén
registradas legalmente a su nombre que incluyen rarezas como Le Vals Creole
con letra en francés (1969) y la misa criolla de bodas que la compositora
estrena en el matrimonio de su hija Teresa.
Chabuca Granda
fue una joya internacional de la música latina, revolucionó la música de su
país reversionando el vals criollo y acercando la despreciada música afroperuana
a las elites. Su amiga Mercedes Sosa diría que Chabuca Granda fue muy importante
para los músicos de America Latina. El
poeta Cesar Calvo calificaría a Chabuca como “un genio desde su nacimiento”. Y Vargas Llosa la llamaría “una
fabulista sentimental”, calificando su obra como literatura. No está mal para
una “Niña Bien” católica y supersticiosa a la vez, que nunca estudió música,
pero se enamoró de los valses criollos.
Desde FB
ResponderEliminarde Valentina Párraga
No te imaginas como te agradezco esta reseña de una de las espectaculares compositoras americanas. la Grande Chabuca es la mas elegante y preciosa, melancólica y magnifica cantautora de esa Lima a la que tanto exaltó. que gran regalo mi Maria Elena increíble. En unos días cumplo 69 y la música y sus genios me siguen contando historias maravillosas. Sigue tu, gata ceráfica, deleitándonos con estas reseñas luminosas de nuestros creadores.
Para Valentina Del Rosario Parraga fue un placer construir esta semblanza de esta dama tan camaleonica, pero mas placer que te haya gustado y que sea un digno regalo para tu cumpleaños. Besos
EliminarDesd FB de George Llerena Torrico
ResponderEliminarDe donde yo vengo, cantar y aprenderte al menos una de sus canciones es cosa obligada. Ya ni les digo lo que sentía yo cuando paseaba por la alameda que lleva su nombre en pleno centro histórico (y digo sentía porque en años recientes esa parte de la ciudad quedó algo descuidada, su look actual deja mucho que desear, han quitado las bancas y flores que le daban ese toque de la Lima antigua). Es como leer a Palma o Valdelomar, a través de su poesía se siente el amor que tenían por el Perú, este país ingrato pero bello. La ciudad ha cambiado pero ojalá las nuevas generaciones aprendan a valorarla y no perjudicarla. ¡Hermoso post!
George Eduardo Llerena Torrico Es cierto, Chabuca Granda (y o dijo Vargas Llosa) creó una LIma mágica que trascendió fronteras. Antes de yo viajar a tu pais, yo lo conocia precisamente por sus canciones y por las novelas del Marqués.
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