Tuve que rendirme
ante la evidencia. Años de ahorro y todavía no tengo para comprarme un clásico
de Balenciaga, esos perfumes que cada día son más escasos. Me enfrentaba a una disyuntiva
o no hablar de su perfumería o describir la biografía , en todas sus
dimensiones, de quien debe considerarse como el santo patrón de la Haute
Couture.
El nombre de
Balenciaga es conocido hoy, pero por hazañas que avergonzarían a su creador. El
modisto vasco dejó de diseñar en 1968 y murió a comienzos de los 70. La
franquicia quedó en manos de desconocidos que por medio siglo se calentaron al
sol que creó El Rey, pero que no supieron respetar su legado. Lo que ha llevado
a tres horrorosas expresiones en este año de gracia del 2021.
Annus
Horribilis para el Legado de Balenciaga
El primer regalo
que le hace Julien a su hermana Zoya, en el repulsivo Reboot de Gossip Girl,
es un par de zapatos. Mas que zapatos
son unas horribles zapatillas de tenis. ¿De cuándo acá, Balenciaga diseña ropa
de deporte?
Julienne y algo que San Cristobal nunca hubiesen aprobado
En ese derroche
de mal vestir que fue la última Metgala, la infaltable Kim Kardashian apareció
luciendo algo que era una combinación de uniforme de Fantomas con disfraz de Gatubela.
A alguien se le ocurrió que ese tocado enmascarado era una protesta en contra
de burkas e hiyabs. Pues las damas musulmanas progresistas le dijeron a la Kardashian—vía Twitter— que
flaco favor le hacía a su causa con un vestuario tan esperpéntico. Flaco favor
le hizo a su fundador los modistos de la actual Casa Balenciaga que fueron los
culpables de un atuendo estrafalario indigno del gran Cristóbal.
¿Ahora Balenciaga hace disfraces de Halloween?
Pero lo que tiene
a Balenciaga saltando en su tumba es una hechura de pantalones masculinos. En
la última colección, han desfilado por la pasarela unos pantalones con corte en
la cadera que exponen el calzoncillo. Aparte de vulgares, son un plagio de un estilo
que los adolescentes estadounidenses han usado desde hace quince años. La
guinda del pastel han sido los BLM que han puesto el grito en el cielo ante los
que consideran “apropiación cultural”.
La elegancia de los sagging pants
Aparentemente,
los pantalones, “a mitad del traste” como diría mi madre, son
parte de la cultura afroamericana. Mejor aún, de la cultura carcelaria donde la
ausencia de cinturones lleva a lucir prendas que se deslizan y muestran la ropa
interior. de ahí vienen los sagging pants ¡Que preciosidad! pero más
precioso es que la Casa Balenciaga se sienta obligada a reinventar modas
tan…ofensivas.
La mayor ofensa
es escuchar, cuando uno dice “Balenciaga”
, que te salgan “si yo he comprado sus artículos
“o “usado sus perfumes”. ¡No, No y recontra no! No me voy a esperar a ver que hacen en esa
biopia que preparan en Disney para contarles quien fue el (opinión de Servidora
y de muchos) el más grande couturier que ha visto la historia
¿Quién se
imaginaria que una villa de pescadores de las vascongadas seria la cuna de un
diseñador legendario? Sin embargo, fue en Getaria donde Cristóbal Balenciaga
vería la primera luz. Cuando falleció en 1972, Women’s Wear Daily dijo “El
Rey ha muerto”. Pues en 1895 nadie sospechaba en la Familia Balenciaga que les había
nacido un rey.
Hijo de una costurera
y un pescador, Cristóbal quedó huérfano de padre muy pequeño. Se crió junto a
la madre que le enseñó a coser, y a los
13 años era aprendiz de sastre. Según
una anécdota de Givenchy, el primer diseño de Balenciaga fue un collar de
cuentas para su gato, pero los conocedores sabemos que los michis son reacios a
disfraces. Su próxima cliente fue más cooperadora. Según cuenta la leyenda, Balenciaga—
apenas un adolescente— ofreció a la Marquesa de Casa Torres , clienta de
su madre, hacerle un vestido.
La maquina de costura de la madre del modisto en la que él aprendió a coser.
Fue así como la
gran dama, por curiosidad, contrató al
sastrecillo para que le diseñara unos trajes. Asombrada por el trabajo del
futuro couturier, lo apadrinó y envió a
hacer un internado con un cotizado sastre en San Sebastián. Para 1913, Cristóbal,
de solo dieciocho años, era tan de confianza de su patrón que lo enviaba
a Paris a comprar telas. Pero el sueño
del adolescente era tener su propia tienda.
Ahorró, estudió
francés en Burdeos sabedor de que era el idioma de la clientela que buscaba, y en 1918 abría su primer negoció en San Sebastián.
Para la mitad de Los Locos 20 ya tenía
tiendas en Barcelona y Madrid. Por ese entonces todavía no diseñaba mucho y se
concentraba en vender ropa de otros modistos incluyendo quien sería su mayor
inspiración, Madeleine Vionnet.
De San
Sebastián a Paris
El encuentro
entre ambos diseñadores se da en San Sebastián, en 1920 cuando Madame Vionnet
ofrece un desfile privado para la Reina Victoria Eugenia. Es la modista la que
aconseja a Balenciaga desarrollar su espíritu creativo y dejar de vender (y
copiar) a otros.
La primera etapa
de Balenciaga es olvidable y por eso casi no se encuentran fotos de ella. Sin embargo,
para mediados de los 30 ya se ha hecho de un nombre y de una clientela
exclusiva. En 1933, confecciona un
vestido largo en falla negra para la esposa del nuevo gobernador de Las
Canarias, un tal General Francisco Franco. Desde ese instante, Carmen Polo será clienta del modisto, como lo
serán su hija y sus nietas.
En 1936, el
estallido de la Guerra Civil hace que las tiendas Balenciaga cierren y el
modisto enfile rumbo a Paris. En 1937 abre su tienda parisina. Es ahí que comienza
a experimentar con un tipo de hechura muy española. Para eso vuelve la mirada hacia
pintores clásicos desde los del Siglo de Oro hasta Goya. Juega con tonos
oscuros, borlas, encajes. El experimento acaba en el legendario vestido “Menina”
de 1939, inspirado por la magna opus de Velásquez.
El vestido "Menina"inspirado por Velasquez
Hay otro motivo
para que el diseñador se instale en la Ciudad Luz. Ahí puede vivir abiertamente
con quien será el amor de su vida. Wladzio Jaworowski D’Attainville es un
diseñador franco-polaco descendiente de aristócratas de Polonia y Rumania.
Además de robar el corazón del modisto vasco, Wladzio pondrá dinero en el
negocio de su pareja y le atraerá clientas de la alta sociedad parisina, a la
par de diseñar sombreros para realzar los modelos creados por Balenciaga.
Acabada la Guerra
Civil, Balenciaga no regresa definitivamente a su patria. Le es más fácil llevar
su estilo de vida en París, aun durante la Ocupación Alemana. Aunque todos sus
íntimos saben de la homosexualidad del modisto, la naturaleza privada y su
devoto catolicismo, hacen que Balenciaga sea discreto. Vive con Wladzio, pero
la presencia de su madre bajo el mismo techo otorga un aire de respetabilidad a
esa cohabitación.
Esto no quiere
decir que Balenciaga no se ocupe de sus boutiques españolas o de su clientela
que ahora incluye a su gran musa, Sonsoles de Icaza. El modisto hace visitas
esporádicas a Madrid, pero su vida está en Paris. Tampoco es como que vivir
bajo el yugo nazi sea muy agradable.
Los alemanes están
empeñados en trasladar la industria de la alta costura a Berlín, a la que
pretenden convertir en la capital europea de la moda. Solo los heroicos
esfuerzos de Lucien Lelong lo impiden, pero muchas casas de moda son cerradas o
tienen que cerrar debido a la falta de telas. A pesar de que entre su nueva
clientela se encuentran las esposas del Alto Mando Alemán, Balenciaga llegó a cerrar
su tienda.
Estos vaivenes se
evidencian en sus diseños de la primera mitad de la década. Tenemos este modelo
del ‘41 con falda de crinolina, confeccionado con yardas de tela . Compárenlo
con este dos piezas, severo y entallado
para no desperdiciar material, diseñado
un poco antes de acabar la ocupación en 1944.
El final de la
guerra deja a Balenciaga incólume, convertido en uno de los grandes nombres de
la costura parisina. Sus diseños siguen teniendo influencia ibera. Entre ellos
crea una chaqueta corta, tipo bolero, inspirada en el traje de luces del torero.
Aquí vemos lucir una a una nueva clienta del maestro Balenciaga, la soltera más
cotizada de la alta sociedad española: Cayetana Fitzjames, Duquesa de Alba.
1948 es un año
funesto para Balenciaga y su tienda. Su rival Dior ha impuesto un New Look ( que
nunca gustó al modisto vasco) y se
establece como el coutourier más famoso del mundo. En el plano personal, las
noticias son más tristes. Wladzio fallece sumiendo a su pareja en una noche
oscura del alma en la que Balenciaga contempla abandonar el diseño. Según Mary
Blume en su libro Balenciaga: The Master of Us All, el Maestro pierde la
autoconfianza adquirida, se vuelve melancólico y más privado en lo que toca a
su vida personal. Hasta el final de su carrera, el color negro destacará en sus
colecciones como recordatorio de su perpetuo luto.
Sin embargo, tal
como vimos en mi semblanza de Givenchy, a Balenciaga lo espera más de una
década de triunfos. El revolucionará la moda con hechuras inimaginables que
rechazan las normas curvilíneas del New Look. Así nacen sus vestidos “globos”, el
regreso del camisero de los 20, y el invento del vestido saco que cuelga
alrededor del cuerpo de la modelo sin hacer hincapié en lo que sobra e incluso
ocultando lo que falta.
La Duquesa de Alba modela un Balenciaga para Vogue
La Clientas
del Maestro: Marquesas, Princesas y Reinas
En 1968 cuando
anunció su retiro, Cristóbal Balenciaga
era un astro e la moda, habiendo vestido por más de una década a luminarias del
cine, damas de sociedad, y a la nobleza y a la realeza. Grace Kelly usó sus
diseños cuando era estrella de Hollywood y siguió usándolos cuando fue Princesa
de Mónaco.
Jackie Kennedy “traicionó”
a Oleg Cassini, su modisto fetiche, para lucir un Balenciaga.
Balenciaga se
caracterizó por vestir generaciones de una misma familia. Diseñó el guardarropa
de tres generaciones de mujeres de la Familia Franco. Sonsoles de Icaza lo hizo
confeccionar los vestidos de Primera Comunión de sus hijas. Aquí la foto famosa
de Sonsoles flanqueada por las dos Carmenes, su hermana y su hija menor que
celebraba su puesta de largo. Todas de Balenciaga.
Sonsoles y sus parientas, todas clientas de Balenciaga
Cuando la primogénita
de la Marquesa de Llanzol se casó, Balenciaga diseñó su traje. Es que los
diseños más famosos del Maestro fueron sus vestidos de novia, deade este tradicional de 1939, hasta la ultramoderna
simplicidad del de 1967.
En 1947, cuando
Aline Griffith, una modelo neoyorquina que se había pasado a guerra espiando
para Los Aliados en Madrid, se casó con el Conde de Quintanillas, fue Balenciaga el encargado de su vestido.
El seguirá
vistiendo a la novia cuando como Condesa de Romanones se vuelva arbitro de la
elegancia española. Pero sería otro vestido de novia el que convertiría al
modisto vasco en el más importante de la corte franquista. Hablo del vestido
creado para la boda de Carmencita “Nenuca”, la única hija del Caudillo, cuando
ella se casó con el Marqués de Villaverde. .
Veintidós años más
tarde, Balenciaga salió de su retiro para confeccionar su última obra maestra,
el traje de novia de Mari Carmen Bordiú, hija mayor de Nenuca, que fue desposada por el Duque de Cádiz.
Muchas quisimos ver a Mari Carmen coronada Reina de España, pero Balenciaga si
hizo un vestido para unas bodas reales.
En 1958 diseñó el
vestido de novia de Fabiola de Mora de Aragón para su casorio con el rey
Balduino de Bélgica. La nueva Reina de los Belgas era bisnieta de la Marquesa
de Torres, la madrina y primera clienta de Balenciaga. Pocos modistos pueden
alardear de haber vestido a tantas generaciones de grandes damas.
El vestido de la Reina de Bélgica
En 1968, Cristóbal
Balenciaga colgó sus tijeras y aguja, muriendo cuatro años más tarde. Su negocio pasaría a manos extrañas que no
han sabido perpetuar su legado. Eso explica los fashion disasters que se
asocian con la firma Balenciaga como también en perfumes ordinarios que hubiesen
ofendido el delicado olfato del modisto de Getaria, Pero en vida de Balenciaga
el comisionó dos perfumes que ameritarían fama universal.
La Verdadera
Perfumería Balenciaga
Fue en 1947 que
el Maestro Balenciaga comisiona a Francis Fabron para que le cree Le Dix (el 10)
en honor al número de calle de la boutique original . Es un perfume espectacular
como todos los productos Balenciaga. Hago memoria porque recuerdo el botellón
en el tocador Art Deco de mi madre.
Me dicen que era
un floral fresco. ¡Que esperanza! Era un frutal brutal. un cítrico combinado
con la esencia del durazno verde, un perfume fuerte, picante, que daba comezón porque por sobre la ensalada
de frutas flotaban los aromas de sándalo, vainilla y almizcle, y para rematar
un buen puñado de cilantro.
Ocho años más
tarde, Balenciaga vuelve a sacar una fragancia al mercado que será un éxito.
Quadrille es la esencia del sabor español con más cuerpo que la Maja de
Myrurgia y más picardía que el Tabú de Dana.
Es un frutal
porque sus notas altas son melocotón, ciruela y limón que descansan en un cojín
de almizcle ambarino, pero el picor se lo dan el cardamomo, los clavos de olor
y el fuerte aroma del jazmín. Todavía recuerdo ese perfume tan exitoso y lejano,
porque para una niña era imposible imaginarse oliendo así.
Hoy estas dos
joyas de la perfumería solo pueden encontrarse, y a altos precios, en sitios
especializados como Esty y E-Bay, pero si pueden conseguirlos, háganlo. Es una
experiencia única encerrada en un frasco y muy alejada de las boberías que hoy
se venden bajo el nombre de Balenciaga. totalmente ajenos al coutourier vasco,
ese que Chanel llamaría “el Maestro de Todos Nosotros”. Tan ajenos como eso que pasa por moda y que
promueve la usurpadora Casa Balenciaga.
De FB de Miroslav Basic
ResponderEliminarI wonder what is happening with that TV series they've announced last year about him: https://hollywood-spy.blogspot.com/.../viacom-cbs...
Para Miroslav Bašić Palković It's in Disney's hand now, so I won't get to see it, but Balenciaga's life was quiet. What mattered was his craft that in his hands became art.
EliminarDesde FB de Norah Frias Muñoz
ResponderEliminarMil gracias, ya lo leeré.
Ignoraba esto que está ocurriendo.
Adoré "Le Dix", exquisito!
Lo usé hace años... delicioso...
Para Norah Frías-Muñoz Es que hoy en dia, estas firmas solo buscan lucrar y olvidan el sentido de misión que tuvieron sus creadores. El Dix era fuertisimo, si comprara hoy seria el Quadrille. O a lo mejor es que yo era muy chica para apreciar esos perfumes españoles. Mira que ahora Tabu es mi perfume de cabecera y antes no lo soportaba.
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