La apodaron “El
Ruiseñor Chileno”, pero su carrera la hizo en la Alemania Nazi. El mismo Fuhrer
fue su admirador, pero el Tercer Reich la acusó de espionaje. Se la ha
relacionado con un régimen antisemita, pero se casó con un sefardita egipcio. ¿Como
podemos los chilenos, y los admiradores de la música de los 40, visualizar a Rosita
Serrano, una grande de la música latina del ayer? Eso es algo que trataré de
responder en esta semblanza de mi compatriota con la que quiero regalar a mi
hijo adoptivo, mi querido Ernesto Medalla que es el cumpleañero de abril.
Su nombre era
Marta Sofia Maria Esther Aldunate del Campo. Dicen que nació en la Ciudad del
Sol, Quilpué, en 1912. Dicen, porque otros la creen viñamarina, nacida en el
’14. ¿Qué importa la fecha? Como decía mi difunta madre: “ninguna chilena que
se respete cuenta su verdadera edad”.
Hija del
diplomático Héctor Aldunate y de la reconocida soprano Sofia del Campo, Rosita
Serrano heredó de sus padres un gusto por los viajes, la buena vida
cosmopolita, una voz sobresaliente y un tremendo temperamento. Tan
temperamental era Sofia del Campo que su matrimonio no aguantó los embates de
sus divismos. Siguió cantando sin marido. Rosita y sus hermanos fueron criados por diferentes
familias amigas, incluyendo los Serrano de Quilpué de los que usaría el
apellido para hacerlo famoso.
A los 17 años,
Rosita se casó con el diplomático chileno Carlos Villegas que la llevó al Brasil.
Allá el joven matrimonio comenzó a tener desavenencias. Una provocada por la
prohibición de Carlos de que su esposa cantase en público. Se divorciaron y Rosita
comenzó un peregrinaje por el mundo en busca de su madre. Finalmente se dio el
reencuentro en Berlín en 1937.
Sofia se había casado
con un industrial germano apellidado Salvaj que además de ser el representante
de la firma Remington en Berlín, era muy cercano a los círculos nazis. Aunque Rosita
estaba feliz de reencontrarse con su madre, deseaba ser independiente y ganarse
su propio dinero. Su intención era hacerlo con su voz y guitarra. Esto
escandalizó a Doña Sofia quien creía que el único género respetable era el
lirico. Que su hija pretendiera subirse a un escenario a apalear guitarra y
cantar cuecas como una “huasa” cualquiera le parecía casi inmoral.
Rosita no le hizo
caso y un día apareció en su casa anunciando que iba cantar en uno de los escenarios
más cotizados de Berlín, el Teatro Winter Garten. No se sabe exactamente como lo
consiguió, pero tenía todo para certificar que iba a ser un triunfo. Primero
era muy “metida” y “movida” como diríamos en chileno. Tenía audacia y no dejaba
que nadie la detuviese.
Luego conquistaba
con su apariencia física. Para la época era altísima (1.80 de estatura), tenía
inmensos ojos verdes y hermoso cabello castaño rojizo. Y no es un detalle menor
que poseyese una voz privilegiada de soprano que aderezaba con silbidos y gorjeo
que le ameritarían el apodo del “ruiseñor chileno”.
Hay quien ha
comparado estas interrupciones de un estilo de canto operático con skats
y otros recursos de canción popular con el jazz afroamericano, tipo Ethel
Waters. No se equivocan, pero también le veo dejos de intérpretes de tonadas
chilenas con los famosos ‘Tiquitiquiti” que en ella se vuelven trinos de aves.
Aquí les dejo su interpretación de la tonada chilena “Yo vendo unos ojos negros”. (única pieza que aprendí a tocar en guitarra)..
Es música latina
(muy apreciada en el Tercer Reich) y Rosita la interpreta muy bien. No solo las
cuecas, los tangos, sino estándares mexicanos como “Cielito Lindo” y canciones
de Maria Grever. Ya les mencioné que fue la primera en cantar el “Ti-Pi-Ti-Pi-Tin”
en castellano.
Firma un contrato
con la emisora Telefunken, la más importante del Reich para grabar discos. Ha
atraído el interés de Peter Kreude quien le da un pequeño rol en “La máscara
azul” y se la lleva de gira por Alemania. Rosita se está volviendo una diva. Entre
sus admiradores se cuentan Göring y Goebbels. Un día el Fuhrer viene a escucharla.
Pide que se la presenten. Tras felicitarla le dice “Fraulein, la próxima vez la
quiero oír cantar en alemán”.
Rosita es
poliglota y no le cuesta obedecer un pedido. Es el compositor Michael Jary, el
que le escribirá temas que la harán aún más famosa como “Die Onkele Jonathan”
(el Tío Jonathan” y “Roter Mohn” (“Amapola Roja”) que es un exitazo en toda
Alemania en 1938.
Lo próximo es el
cine. Sin llegar a ser protagonista, Rosita está bajo contrato de la UFA y
actúa en varios filmes en roles recordables por sus canciones como su
interpretación de “La Paloma” un éxito en el hit Parade alemán de 1940 que fue
incluida en “Das Boot” (el filme no la serie). En 1939 participa en “Bel Ami”
basada en la novela de Maupassant. En su entrada de 1940 de sus famosos diarios,
la Princesa Marie Wassiltchikoff recuerda haber oído a la chanteuse
cantando el tema del filme en una velada en la Embajada Chilena en Berlín.
Su mejor actuación
es en “Anita und der Teufel” (Anita y el Diablo) en donde canta también una de
mis cinco canciones favoritas “Bie Dir War is immer so Schon” (Contigo todo era
más lindo). Aunque este clásico de Theo Mackeben ha sido uno de los grandes
éxitos de la música popular alemana, con covers en italiano, francés y en inglés,
y que durante la guerra tuvo versiones de casi todas las grandes orquestas del Tercer
Reich, es el modo en que la canta El Ruiseñor Chileno que la hace mi favorita.
Esa canción la hará famosa en el Paris Ocupado que visita ese año de 1940.
Rosita es una
diva la altura de Zarah Leander, la sueca cuya voz imperaba en la radio germana
antes que llegara la chilena. Rosita representa algo diferente de la gélida
belleza nórdica de la Leander. También su imagen es contraria a la de las
sumisas alemas de trenzas rubias que promueve la propaganda nazi como prototipo
de la belleza hitleriana.
Rosita es
exótica, sensual, independiente. se maquilla, fuma en público, conduce su propio
auto, un Mercedes que es una copia del de Hitler y cuyo interior esta tapizado
de verde haciendo juego con los ojos de la cantante. Se le atribuyen amores con
el Rey Gustavo de Suecia, con el Mariscal Rommel, con el mismísimo Fuhrer. Lo cierto,
y lo confesara más tarde es que Rosita es tan liberal que se da el lujo de tener
(eso si muy discretamente) un toyboy, un estudiante de medicina peruano
al que mantiene.
Toda esta
celebridad hará que hasta hoy se rumoree que Rosita Serrano fue una
simpatizante nazi. Es natural. Canta para los nazis, recibe jugosos cheques de
ellos, sus fans son nazis. En el documental de Paul Berthalon “Rosita Serrano”,
del que abajo les dejo un cachito (está completo en YT), Isabel Aldunate,
sobrina de la cantante, cuenta que en su infancia le preguntó a su tía si había
sido nazi. Rosita le respondió que, aunque había cantado para los alemanes hitlerianos,
también había “salvado cientos de judíos” que había escondido en su casa.
Mas allá de la hipérbole chilena (creo que
solo Oscar Schindler salvó cientos de judío) el rescate de una veintena de personas
es una proeza inmensa sin contar con los peligros que corrían los rescatistas. Es
posible que Rosita haya ocultado en diversas ocasiones a judíos en su casa y
que haya sido parte de algún grupo resistente que se ocupaba de este tipo de
operaciones. Una lástima que no haya pruebas que puedan convertirla en una
rescatista oficial.
Lo que si hay
evidencia es que Rosita no era nazi. Lo prueba su negativa de firmar el
documento obligatorio que el gobierno exigía de sus artista probando la sangre “aria”
de estos. Como todos los aristócratas
chilenos, Rosita provenía de una estirpe de pura sangre vasca, pero su negativa
nacía del desprecio por esas leyes absurdas del país que la había visto
triunfar.
A partir de 1940,
la Gestapo comienza a vigilarla. Es que Rosita está viajando a Suecia muy a
menudo y ha dado algunos conciertos en beneficio de refugiados. En Kaput,
Curzio Malaparte recuerda haber vivido en el mismo edificio de la diva en Estocolmo.
Rosita tenía unos perritos salchicha que según el escritor toscano no dejaban
dormir a nadie con sus ladridos.
En 1943 se hace público
que Rosita ha cantado para niños judíos. Los amigos le aconsejan no regresar a Berlín.
Se la acusa de ser agente de los Aliados. Sus canciones y filmes son
prohibidos. Su fortuna, incluyendo su villa en Berlín, es requisada. Su madre también
es expulsada del Reich. Años más tarde, la cantante dirá que solo tenía un baúl
de ropa y diez marcos cuando partió al exilio. Cuando Sofia y su hija llegan a Berna,
el cónsul chileno le avisa a su gobierno que vienen en calidad de refugiadas
sin dinero ni para pasajes.
La llegada a Chile
no trae problemas. Rosita es recibida
como una artista reconocida en el extranjero. Por fin Chile ha roto relaciones
con el eje. La condición de expulsada de Rosita no acarrea estigma. Como
muestra, en 1945, el célebre Teatro Municipal de Santiago hace una excepción y
permite un concierto de música popular.
Es la primera vez que este enclave de la música lirica lo hace y la
cantante es Rosita Serrano.
El fin de la Segunda
Guerra Mundial encuentra a la cantante llena de energía con la que retoma su
carrera de regreso y comienza de nuevo a hacer tours internacionales. Será en
Egipto, en uno de estos tours, que conocerá a su segundo marido, el millonario
de origen sefardí jean Aghion. La montaña rusa que será la vida de Rosita Serrano
vuelve a repuntar.
Aghion es viudo,
sus hijos aceptan a Rosita, principalmente Pierre que la adora. Su padre
comparte esta adoración y coloca su fortuna, que nace de fábricas de vidrio, textilerías
heredadas de su padre el “Rey del Algodón”, y tiendas de departamento, a los
pies de su nueva esposa. Rosita vivirá en un palacete de Alejandría con vistas
al mar. Las textilerías de Aghion crearán telas especialmente para ella, tiene
16 criados para servirla. Es una reina y se codea con la realeza.
Da varios
conciertos para el Rey Farouk, otra cabeza coronada que se inclina ante ella. Aghion
esta tan enamorado que no se le ocurre impedir a su mujer que cante. La deja
seguir con su carrera, pero esta va a encontrarse con tropiezos. En 1950,
Rosita viaja a Hollywood. Graba la versión en castellano del tema de la Cenicienta
de Disney. Pero cuando Disney se entera
del pasado “nazi” de Rosita, cancela el contrato y llaman a la mexicana
Evangelina Elizondo para que la reemplace.
Mas fuerte será
la experiencia de Rosita en Berlín. Es su primer concierto desde su expulsión
del Reich, pero la Alemania post-hItler la recibe con abucheos cuándo ella
canta en El Palacio de los Deportes. Los 50 son época de crisis. En 1956, Gamal
Abdel Nasser se hace del gobierno de Egipto y derroca al Rey Farouk. Nasser es
anti monárquico, anti-sionista y anti elite. Como millonario, cercano a la
familia real egipcia, y judío, Aghion es persona non grata. Su cuantiosa
fortuna le es incautada, se le impide salir del país, su esposa logra huir a París.
Solo se reunirán a fines de la década. Nuevamente Rosita está con los bolsillos
vacío.
los 60 serán el comienzo
del fin. Jean Aghion morirá en Patis. Poco después muere Pierre, el hijastro
favorito de Rosita. Antes ha cometido a torpeza de vender la casona de Rosita
en Santiago a parientes de la diva.. La pérdida de este inmueble que la
cantante consideraba patrimonio propio, la deja en la calle. Vivirá un tiempo
con su primo y un poco de la caridad de amigos.
En Europa todavía
le quedan unos años de grabaciones, de entrevistas televisivas, pero se la percibe
como una estrella del pasado. Las nuevas generaciones no les interesa y la ven
como rareza recordar tiempos de antaño en programas de televisión. Pero la vida
todavía le guarda a Rosita a una ‘última aventura.
Es en Hollywood
donde a comienzos de los 70, que Rosita conoce a Will Williams quien se ha
hecho famoso con posters de películas de John Ford y de series de televisión.
Tienen un romance tórrido que acaba en Chile. Peleas van, peleas vienen. Rosita
está arruinada y William no puede mantenerla como ella desea vivir. Él se
regresa a Usa y la cantante queda sola.
Las próximas décadas
la verán ir apagándose. Se dice que el cigarrillo le ha quitado a voz. Nadie la
recuerda solo algunos parientes y amigos que todavía soportan su desplantes o
las ilusiones de las que se sustenta. Will va a regresar, volverá los escenarios,
etc.. Debe haber sido desgarrador escucharla.
En 1997 es internada por graves complicaciones respiratorias. Will regresa, pero solo para darle un último adiós. Rosita Serrano fallece en abril de 1997. Tiempo antes, su sobrina Isabel Aldunate había solicitado del presidente Frei Ruiz-Tagle una pensión de gracia para su tía. Esta llega cuando la cantante ya eta enterrada. Cosas de Chile.
En el 2012, Pablo Berthelon crea el excelente documental sobre su tía abuela “Rosita Serrano: La favorita del Tercer Reich. Luego se filmó un dramatizado “Amapola Roja” con Javiera Diaz de Valdés como Rosita y Consuelo Holzapfel como Sofia del Campo. Nunca he sabido si se distribuyó comercialmente.
Se ha publicado un libro (del cual he sacado datos) en el 2016 Rosita
Serrano: la cantante chilena del Tercer Reich de Maximiliano Misa y Mariana
Maduric. Hay otro de Hans J. Koch Roter Mohn: Das Leben der Chilenische
Nachtingle (Amapola Roja: la vida del Ruiseñor Chileno) en alemán.
Aunque lo ideal
hubiese sido que se la recordase en vida, es bueno que las nuevas generaciones
conozcan a quien es, posiblemente, la cantante chilena que más fama ha
cosechado en el extranjero. ¿Habías oído hablar alguna vez del "Ruiseñor
Chileno”?
Excelente artículo. Qué pena que haya terminado tan mal. A todo esto, sí la he escuchado, ¿en dónde? Pues en SG. ¡MMR!!! Sí, en la sección de "El Chacal" siempre alguien salía cantando "Yo tengo unos ojos negros", ahí fue donde conocí la canción, pero no sabía que fuera de una intérepete chilena, ni sabía absolutamente nada de ella hasta ahora que he leído tu nota. Tampoco sabía que Evangelina Elizondo era cantante. En serio que no. Obviamente ninguna de mi época, aunque la Elizondo muy recordada y famosa por su "Mamalena" en MIRADA DE MUJER y luego en CUANDO SEAS MIA, ambas de TV Azteca. Sería interesante que se hiciera una miniserie de la vida de Rosita Serrano. Esto del espionaje y supuesto rescate de judíos me llama la atención. ¡Besos y abrazos! RAFA
ResponderEliminarA ver corazon. Los Ojos Negros es una tonada chilena anonima. Es tan vieja que no se sabe quien la escribió, pero precede en época a Rosita Serrano. Siii viste? Tu mama Elena cantaba! JiJi. Voy y te cuento en privado porque no se va a hacer nada en Chile sobre Rosita. Ahora los alemanes si pueden hacer algo sobre ella.
EliminarDesde FB de George Llerena Torrico
ResponderEliminarNo sé por qué pero la primera estrofa de "Yo vendo unos ojos negros" me despertó recuerdos de mi temprana infancia. La pregunta es ¿donde puedo yo haberla escuchado? si hoy recién conozco el nombre de esta artista y dudo que mi madre tuviera algún disco o casette de ella, lo único chileno que tenía eran los ángeles negros (hasta donde sé). Por otro lado, su forma de cantar me recordó un poco a una exponente contemporánea de mi país: la gran Ima Sumac, soprano de coloratura, que hizo carrera en Norteamérica y sobre quien también se disputa la fecha y lugar de su nacimiento. Excelente artículo como siempre y feliz cumple Ernesto!
George Eduardo Llerena Torrico Uff Yma Sumac, famosisima. Recuerdo que cuando recien llegu'e en los 70, me preguntaban los gringos "Do you come from the land of Yma Sumac?"Se tejieron muchos rumores sobre ella que era un producto hollywoodense, que no descendia de Atahualpa y que ni siquiera tenia sangre indigena. Lo que nadie puso en duda fue el poder de su voz. Será que conoces "Yo vendo unos ojos negros"por este caballero? https://www.youtube.com/watch?v=Z5D7rQ4hlVE...
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