Siguiendo con el
regalo de cumpleaños de nuestra Latina del Ayer, Valentina Párraga, ahora le
llega el turno a “My Funny Valentine”. Aunque estrenada en 1937, le tomó años
convertirse en una balada romántica. Vamos a ver cuál fue el motivo.
Hablar de Richard
Rodgers y Lorenz Hart es hablar del teatro musical estadounidense. Nos tomaría
tres días cubrir toda su obra. Valga saber que para fines de los 30, cuando
escriben Babes in Arms, están en la cúspide de su fama.
Babes in Arms, precisamente por la fama de sus autores,
pudo tomarse algunas licencias en su trama sobre un par de adolescentes que, en
ausencia de sus padres, son amenazados (por ser menores de edad) con ser
internados en una granja para delincuentes juveniles. Para huir del castigo,
Val y Marshall deciden hacer parecer que tienen trabajo y para eso ponen una
obra teatral en la que actuarán también Billie, la novia de Val, y Baby Rose
una antigua estrella infantil del cine silente.
La trama es
bastante política. Hay un personaje comunista, un par de afroamericanos,
denuncias del racismo y para los 30 era revolucionario imaginarse que los adolescentes
(un término todavía desconocido en America) pudieran mantenerse solos y
tuvieran derecho a ser escuchados. De hecho, cuando Babes in Arms fue
llevada al cine, con Judy Garland y Mickey Rooney —los primeros Teen Idols
de Hollywood— se la blanqueó de todo tono político.
Babes in Arms fue un exitazo en Broadway y puso en el
mapa musical canciones como “Where or When”, “Ï Wish I Were in Love Again” y
“The Lady is a Tramp”. Algunas de ellas
llegaron a la versión fílmica. Ese no fue el caso de “My Funny Valentine” (Mi
chistoso Valentín) que en la obra Billie le canta a Val combinando la idea de
su nombre “Valentine” con el concepto de “mi Valentín” que es como los
enamorados se refieren a las parejas con las que celebran el Día de San Valentín.
Considerada una
canción-parodia se perdió en el tiempo. A lo más, una orquesta menor como la de
Fairchild and Carroll le hizo un arreglo instrumental en el 37. Muy bailable,
tampoco supo capturar el poder de la música de Richard Rodgers. Tan poco
recordada es una de las baladas más románticas de la historia que no hay
grabaciones de Mitzi Green cantándola en la primera representación. La versión
que aparece en YouTube es de una puesta en escena más reciente.
Nadie reparaba en
que la letra escondía los complejos de Lorenz Hart sobre su físico, y que era
un llamado patético a ser amado. Pero en 1945, la orquesta de Hal MacIntyre,
con su vocalista Ruth Gaynor, la grabó. Llegó al #13 de Billboard. De ahí la entonarían
voces femeninas más conocidas como las de Margaret Whiting y Mary Martin.
Sin embargo, era
la música de Rodgers la que seguía atrayendo a músicos de jazz. En el otoño de
1952, el cuarteto de Gerry Mulligan, acompañado de la trompeta del entonces
desconocido Chet Baker, graba el tema. Dos años más tarde, luego del primer
arresto de su legendaria vida, Chet grabará una versión solo y entonará la
canción. Hasta entonces se la había considerado un tema para que una chica se
lo cantara a un feo. En la voz tenue de Chet Baker por primera vez descubrimos
que es una canción para todos los descontentos con su físico, los que creen que
por no ser perfectos no merecen ser amados.
Como afirmación a
esta idea, ese mismo año Frank Sinatra la graba y hace que nos demos cuenta del
poder de la letra y como se trata realmente de una canción para el Día de los Enamorados.
Mi chistoso Valentín
Dulce cómico
Valentín
Haces reír a
mi corazón.
Tu físico es
ridículo,
Para nada
fotogénico
Sin embargo,
eres mi obra de arte favorita…
Y luego en la
tercera estrofa
No cambies ni
un cabello por mí, no si te importo, permanece así, pequeño (a) Valentín. Contigo
todos los días son San Valentín.
Escuchar a
Frankie es como sentir que me la canta a mí. Por eso que fue un twist
interesante que se la cantaran a Ol’ Blue Eyes en otra adaptación de una
pieza de Richard Rodgers. En “Pal Joey” será Kim Novak que se la cante al
protagonista. En realidad, La Novak está solo moviendo los labios. Es Trudy Stevens
quien canta.
La música de
Rodgers sigue apasionando a virtuosos de diferentes instrumentos. En 1954, mi
clarinetista favorito Artie Shaw la incluirá en su repertorio. Don Shirley—el
protagonista de “The Green Book”— le hace un arreglo para piano en 1955.
En 1957, el
discreto Harpo Marx le pone un toque semi clásico al hacerle una versión para
arpa. Stephane Grappelli pondrá su violín al servicio de “My Funny Valentine”
pero prefiero la versión de 1978 en que Grappelli hace un duelo con otro
violinista mítico, Sir Yehudi Menuhim.
Mayor homenaje a
la música se lo hace en 1959, El Maestro Tito Puente dándole a su instrumental
un toque latino que sirve para bailarlo, pero también es lo suficientemente
romántico para que una se siente en un bar a reflexionar sobre un amor que nos
deja y el que llega. Muy diferente de la rumbera versión de Xavier Cugat del
’64 que es totalmente un cha-cha-cha.
En 1957 se hizo
la primera versión de “My Funny Valentine” en otro idioma. La francesa Anny
Gould graba un cover titulado “La Saint Vaurien”. Jacques Larue no le hace
honor a la letra de Lorenz Hart. nunca
he entendido si el titulo se refiere a “vaurien”, que en slang galo significa
‘bueno-para-nada”, o a un yate pequeño que había inventado en los 50s en Francia.
En 1959 se grabó
la versión que yo escuché por primera vez casi quince años después. Mi madre
que sufría de insomnio en los primeros meses en USA, se la pasaba haciendo zapping
(en era pre cable teníamos menos de una docena de canales de televisión) y se
concentraba en comerciales que en la madrugada eran de discos LP de cantantes
de décadas pasadas. Así descubrió y compró una pequeña colección de Johnny
Mathis que incluía este tema. No voy a decir que me haya impresionado mucho. Me
tomaría unos años encontrarle el swing a la canción.
Uno pensaría que
un tema intrínsicamente relacionado al amor romántico no tendría lugar en los desinhibidos
60. Para demostrar lo contrario basta mirar al año 67 en que cantantes tan del
momento como lo eran Frankie Vallie y Barbra Streisand la grabaron. Contrasta
el arreglo para el ex vocalista de los Four Seasons con un fondo musical digno
de película de James Bond, con la exquisita interpretación lírica de la
Streisand que nos recuerda que este fue originalmente un standard del teatro
musical.
Pero mi versión
favorita de los 60 es la de Diana Ross y Las Supremas también grabada ese mismo
año y que demuestra la atemporalidad del tema de Rodgers&Hart.
Se fueron los 60
de revoluciones y llegaron los prosaicos 70. No hay mucho que mencionar, solo
que detrás de la Cortina de Hierro se grabó una versión en serbo croata. La
cantante es Josipa Lisac.
Uno creería que
en Occidente donde la música pop estaba sufriendo fuertes alteraciones no había
espacio para el romance y patetismo de “My Funny Valentine”. Eso hasta que, en 1979,
uno de los grandes exponentes del Movimiento Punk, Elvis Costello la interpretó
a su manera.
Aunque no me
gusta la versión Costello, el cantante puso de nuevo en el mapa musical esta
canción que se negaba a morir y así llegamos a 1981 a uno de los filmes
favoritos de mi hermano (más que nada por tener un “chongo” /metejón tremendo
con la Rachel Ward). Basada en la novela de William Diehl, “Sharky’s Machine”
es un Noir moderno que narra la investigación del detective Tom Sharky (Burt
Reynolds) encargado de monitorear los movimientos de Dominoe (Ward), una prostituta
de lujo, y acaba enamorándose de ella.
En la magnífica
banda sonora del filme se encuentra un arreglo que hizo el compositor Doc
Severinsen usando como base “My Funny Valentine”, versión Chet Baker (e incluso
la misma voz de Rachel), es preciosa, de ahí la canción de Rodgers-Hart se
convirtió en una de mis favoritas.
Los 90, la década
de la nostalgia, oyó voces femeninas trabajando esas letras tan conmovedoras.
Linda Rondstad prestó su voz inigualable para una grabación que data de 1986.
En 1989, fue Michelle
Pfeiffer la que incluiría su voz en la banda sonora de “The Fabulous Baker
Boys” y no lo hizo mal.
Chet Baker había expuesto
lo bien que sonaba “My Funny Valentine” en trompeta, pero se necesitaría de dos
presidentes para superarlo con otro instrumento de viento. En 1994, en su
visita a Praga, el Presidente Bill Clinton recibió un regalo de su homologo
checo Vaclav Havel, un saxo tenor marca Amati.
Clinton demostró su agradecimiento uniéndose a la Orquesta del Club
Reduta donde por un cuarto de hora tocó su nuevo instrumento. Una de las piezas
fue su propio arreglo de “My Funny Valentine”.
Cuando ya
creíamos se había dicho la última palabra sobre “My Funny Valentine”, llegó
Matt Damon a cerrar con broche de oro el siglo XX. Sin ser la mejor cover, el
personaje de Tom Ripley, un desadaptado que vive envidiando a los más exitosos
hasta que encuentra el modo de vencerlos, era el perfecto candidato para
entonar la amargura que Lorenz Hart había infundido en su letra.
En el Siglo XXI,
han sido los latinos los que han portado el estandarte de esta canción. En el
2003, el trompetista cubano Arturo Sandoval le compuso un solo de trompeta.
Supe (aunque no he encontrado el video) que el guitarrista chicano Trini López grabó
una versión en el 2011. La que si encontré fue la adaptación coral del jazzista
catalán Joan Chamorro, donde las mejores voces de su ensamble, incluyendo a
Andrea Motis, le hacen un coro que parecen monjitas (¡!).
Y para cerrar, la
universalidad y atemporalidad de “My Funny Valentine” queda confirmada cuando
en “Los Simpsons” se la canta un pretendiente a Lisa en la Temporada 29 (2018). Un toque irónico que ahi vuelve a ser canción parodia cuando por 70 años ha sido balada romántica.
Desde FB de Valentina Párraga
ResponderEliminarConmovida, y definitivamente me siento como una obra de arte favorita, con esta maravillosa reseña!!! Gracias por ese par de regalos espectaculares....
Valentina Del Rosario Parraga Gracias a ti, porque este viaje, sobre todo para esta canción, me ha hecho conocer versiones preciosas pero tambien el impacto que la musica tiene en la cultura popular y hasta en la historia.
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