Aunque desde Roma
hasta Tokio se le conozca como El Rey del Mambo, todavía se le disputa a Dámaso
Pérez Prado la creación del ritmo-baile. Se le hacen homenajes en Japón, pero
en su natal Cuba nadie lo recuerda. Se hizo famoso y murió en México, pero
pocos saben que fue expulsado de ese país —cuando estaba en la cúspide—debido
a intrigas y envidias. La historia de
Pérez Prado es fascinante, pero está ligada al mambo, uno de los más famosos
ejemplos de cómo la música latina del ayer conquistó al mundo.
¿Quién Inventó
el Mambo?
Decir “mambo” es
decir “Pérez Prado” por lo que comenzaremos con el genial matancero. Nacido en
diciembre de 1916 en Matanzas, Cuba, fue hijo de una familia compuesta por
profesionales de clase media. Sara, su madre, era maestra, su padre Gabriel Pérez
Prado era periodista.
Desde pequeño
Damaso demostró aptitudes musicales. Sus padres le costearon los estudios de
piano y órgano esperando hiciese una carrera en la música clásica. A pesar de
que Damaso no fue el concertista con el que soñaron sus padres, sus estudios lo
ayudarían en sus composiciones futuras. En esta entrevista de RTVE, en 1981, El Maestro Pérez
Prado muestra sus aptitudes para el piano.
Para cuando
terminó la escuela, Pérez Prado ya evidenciaba que la música clásica no era lo
suyo. Pronto entraba en el mundo de la música popular de la Cuba de la época,
llegando para ello a trasladarse a La Habana, en 1939. Existe una leyenda de
que anteriormente, por tres años, fue arreglista de la legendaria Sonora
Matancera, pero no he encontrado documentación que asevere ese hecho. Lo cierto
es que en 1943 lo encontramos como pianista y arreglista de la Orquesta Casino
de la Playa, la más famosa de la Cuba de entonces.
Es en Los 40 que
la música cubana se esparce por el continente y hasta cruza El Charco con sus rumbas,
congas y su típico danzón. Como el chachachá, el merecumbé y la salsa nacerán
del mambo, este será hijo del danzón. Ya Los Hermanos Orestes e Israel “Cachao”
López estaban experimentado con un danzón más acelerado. Una de sus composiciones
para la orquesta de Arsenio Rodríguez se tituló “Mambo”. Esa es la razón por la
cual se dice que fueron ellos y no Pérez Prado los creadores del “mambo”.
Se dice que esta
palabra significa “conversación con los dioses” en idioma congolés. Mambo es también
el nombre que se le da a las sacerdotisas del vudú. El ritmo que crea Pérez Prado
resume las estridencias alocadas de un baile de santería y de una ceremonia
ritual africana. Si se oye el mambo de los Hermanos López la música
predominante viene del violín y de la flauta. La de Pérez Prado es toda
percusión e instrumentos de viento mayoritariamente contrapuntos de saxofón y
en ella se encierran, como dijera García Márquez, todos los ruidos urbanos.
Vodoo Suite y Perez Prado en "ChaCha Boom"
Aunque Pérez
Prado se mantiene fiel a sus raíces caribeñas no teme explorar compases
internacionales como el jazz que viene de los Estados Unidos especialmente con
los innovadores acordes de Stan Kenton. Se le critica por eso, y sus compañeros
músicos lo acusan de” extranjerizante”. Podemos notar esa influencia kentoniana
es su ya clásico “Mambo a la Kenton” que aquí nos baila la inolvidable vedette
boricua Iris Chacón.
Entre los
compatriotas que critican al músico está Fernando Castro, ejecutivo de la
disquera Peers International. Es él quien acusa al PP de estar destruyendo la
música afrocubana. Las acusaciones de Castro hacen mella en la industria
musical de la isla y Pérez Prado pronto verá que se le cierran las puertas.
El Cara de Foca, Benny Moré y Los Pachucos
Pérez Prado se va
de gira, primero, por Sudamérica, luego el Caribe, para encallar en el México
de Miguel Alemán. Ahí entra a trabajar al distinguido Club 1-2-3 y a armar su
orquesta, sobre todo en el aspecto vocal donde tendrá la ayuda de la voz magnifica
de su compatriota Benny Moré. Será Benny quien le ponga su famoso apodo como
respuesta a la pregunta “¿Quién inventó el mambo que a las mujeres vuelve
locas? ¡Un chaparrito con cara de foca!”
En 1949, Pérez
Prado y Benny graban “Pachito Eche” que ahora me entero fue una composición
colombiana y que fue el himno no oficial del Deportivo Cali.
Pronto Pérez
Prado se hace de un nombre en la noche chilanga y es conocido en las radios.
Compone una gran cantidad de mambos, algunos cantados por Benny Moré, otros
instrumentales. El éxito de Pérez Prado nace de su costumbre de dedicar mambos
a cada gremio. Así nace el himno a los taxistas “El Ruletero”, “El Mambo de los
Bomberos”. “El Mambo del Politécnico”, “El Mambo Universitario”, “El Mambo del Papelero”,”
El Mambo del Futbol””, etc.
También compone
mambos con nombre de mujer (se dice que era para homenajear a exnovias) como “Lupita”,
“Claudia”, “María Cristina”, “Norma de Guadalajara”, y su famoso “La Niña Popoff”.
Cuando ya no tiene más nombres le planta
números de ahí vienen sus famosísimos “Mambo N° 5” y “Mambo N °8” que
aquí bailan el popular cómico Adalberto “Resortes” Martínez y la rumbera cubana
María Antonieta Pons.
Pérez Prado comienza
a cultivar una imagen con su barbita en punta y su famosísimo gruñido (en
realidad es un ahogado “¡Dilo!”). Usa zapatos blancos, y la leyenda cuenta que
exige tapetes donde vaya para no ensuciar su calzado.
Aunque se le
asocia con chalecos sin mangas y pullovers de cuello de cisne (turtle necks),
al comienzo aparece vestido con el zoot suit típico del pachuco. Los
Pachucos fueron miembros de una tribu urbana chicana que en los 40s adquirieron
notoriedad por una falsa acusación de asesinato y un juicio injusto. La noticia
llegó a México donde los estudiantes de la UNAM hicieron una protesta formal en
1943. A la protesta asistieron en estos trajes amplio. Así entró el pachuco a
formar parte de la cultura popular mexicana y su gran promotor fue German Valdés
alias “Tin Tan”.
Pérez Prado llega
a México en el auge del pachuquismo y así graba su “Pachuco Bailarín” aquí
bailado por los Hermanos Norton. El estribillo de la letra completa “Pachuco Bailarín, baila el mambo” ya establece
el vínculo entre baile y esa subcultura.
“El Cara de Foca”
entra así a formar parte de la cultura vigente, lo ayuda su inclusión en el
popular género del cine de rumberas y que promuevan el mambo los artistas
asociados con este tipo de filme, los ya mencionados Tin Tan, Resortes y
rumberas como Tongolele y Lilia Prado que aquí baila el “Mambo N° 5”.
En 1950, el
arreglista Sonny Burke, de vacaciones en México, escuchó “Que rico el Mambo” y
se lo llevó allende la frontera donde se grabó como “Mambo Jambo”. Así fue como entró Pérez Prado en la Unión
Americana y a través de los 50, Gringolandia bailará al son de Pérez Prado,
porque la música va vinculada un baile. Pero cuidado, porque el mambo que se
importa al Primer Mundo (y es que pronto cruza el Atlántico y aparece en Europa)
no es el mambo que se baila en México y en el resto de Latinoamérica.
Bailando el
Mambo
Esa es una duda:
¿cómo se baila el mambo? En Estados
Unidos le temen al ritmo salvaje del Sur de la frontera y le imponen algunos límites
que lo convertirán en baile de salón. Se busca evitar movimientos “muy eróticos”
y por eso tenemos una versión como la que nos muestran el desaparecido Patrick
Swayze y Jennifer Gray en “Dirty Dancing”.
En realidad, el
mambo que se baila en toda America Latina no tiene reglas y por eso podemos ver
diferentes formas de danzarlo. La que más conocemos es la que nos legaron las
rumberas de ayer y hoy. Así podemos ver a la difunta Edith González bailando el
“Mambo Lupita”, y a” la Chapis “Verónica Castro haciendo algo parecido con el”
Mambo N° 8”.
Pero también
tenemos esta curiosa versión que Sofia Loren baila con Vittorio de Sica en “Pan
Amor y …”.
En cuanto a
hombres bailando el mambo nadie como Resortes que hacia el moonwalk
antes que Michael Jackson y mi favorito TinTan dando catedra de mambo en” El Revoltoso”.
A propósito, el bailarín de la derecha
de Tin Tan yo creí que era su hermano “Don Ramón “Valdés, pero es otro hermano,
Antonio “El Ratón” Valdés.
¿Y quién dijo que
los gorditos no pueden mambear? Vean a Don Joaquín Pardavé haciendo el Paso
Baklán.
El Mambo
Excomulgado
En 1951, aun antes
de la presentación de Pérez Prado en Estados Unidos, ya el continente americano
bailaba mambo, pero no todos estaban contentos con el nuevo ritmo. Previo a una
visita del musico a Perú, la radio El Sol y el diario La Primera Noticia
convocan a un concurso de mambo en la Plaza de Acho. El ganador será un niño de
9 años, Héctor “Mambito” Cruz que gana un cheque de 2,500 soles, una foto con
su ídolo Pérez Prado y que lo lleven en andas hasta su barrio de Surquillo.
La revista Time
cubrirá este evento que demuestra el furor que causa el baile. Otro tipo de
furor es el que aqueja al Cardenal Gualberto Guevara. El primado de Lima ya
tiene entre ojos el dichoso ritmo que trae movimientos lascivos y está
vinculado con el vudú. Mas encima el concurso ha tenido lugar durante la Cuaresma.
Primero hace una exhortación a que se respete el periodo de la Cuaresma, pero
llega más allá. En el 1953 se lanza una “monición” (léase advertencia) de que
se le negara la absolución a quienes bailen el Mambo.
De ahí surge la
leyenda que en el Perú se llegó a excomulgar al mambo. ¿Será por eso por lo que
en “Diarios de motocicleta” tenemos a unas monjitas peruanas bailando el mambo
y a un Che Guevara (Gael García Bernal) que se niega a salir a la pista?
Para cuando Pérez
Prado parte en su primer tour a la Unión Americana, en 1951, ya se ha casado en
México con Maria Engracia Salinas con quien tendrá dos hijos Damaso Jr. y Maria
Engracia. En Estados Unidos, y a pesar de que el Sindicato de Músicos Mexicanos
le ha prohibido importar su orquesta, se arma una propia que contará con la participación
del famoso conguero Mongo Santa Maria.
Damaso Pérez
Prado y su nueva orquesta se presentan con éxito en Nueva York y Chicago.
Cuando están en Texas, se vuelca el bus en que viaja la comitiva. Muere una bailarina
y Mongo Santa Maria casi pierde una pierna. Mas adelante el bonguero acusara al
cara de Foca de haberlo abandonado en un hospital sin siquiera pagarle. Lo
cierto es que Pérez Prado tampoco ha quedado muy bien y aun así acaba la
exitosa gira.
El Mambo
Exiliado
De regreso a México,
siguen los éxitos, pero también las envidias que acabarán de la manera más insólita.
En 1953, y en el apogeo de su fama, Damaso Pérez Prado es deportado a Cuba. Se
han entretejido muchos mitos respecto a esa expulsión, desde drogas hasta que
hizo una versión mambo del himno nacional mexicano. Como nunca se ha encontrado
esa versión, se cree que fue un falso rumor levantado por músicos envidiosos
capitaneados por Venus Rey.
La versión más
creíble gira en torno de la bailarina carioca Leonora Amar, a quien el Maestro
ofrece un contrato de exclusividad y llevársela al extranjero. Esto incomoda al
mujeriego Licenciado Alemán de quien Leonora es “amiguita” y será el presidente
quien conspire para expulsar al musico de México. Pérez Prado nunca le guardó
rencor a México y siempre se echó la culpa diciendo que había sido culpa de él
por no haber renovado su visa.
Así el Chaparrito
Cara de Foca desembarca en su isla donde se le recibe como la celebridad que
es. Inaugura el canal de televisión Telemundo propiedad de Gaspar Pumarejo, se
presenta en varios teatros con revistas musicales, pero no se queda mucho
tiempo. Lo llaman de los Estados Unidos.
En la Unión Americana,
gente de todas las clases, colores y credos “mambea”. El Chaparrito nota que
las orquestas latinas de Machito, Tito Rodríguez y Tito Puente han creado un
mambo más dinámico, más desenfrenado. Pero el primer gran éxito del músico será
un mambo chachachá.
“Cerisiers Rose
et Pommiers Blanches” (Cerezo rosa y capullos blancos de manzano) era una canción
francesa (Louiguy-Larue) de 1950 que se había hecho popular en Europa. Pérez
Prado hará una versión totalmente instrumental con énfasis en la trompeta de
Billy Regis. “Cherry Pink and Apple Blossom White” estará diez semanas
consecutivas en el Billboard y le abrirá las puertas de Hollywood al músico.
Así podemos ver a Pérez Prado en “Underwater” donde Jane Russel baile al son del “Cerezo Rosa”. Se venden un millón de discos y Pérez Prado recibe un Disco de Oro. La canción también es #1 en Alemania y el Reino Unido.
Así podemos ver a Pérez Prado en “Underwater” donde Jane Russel baile al son del “Cerezo Rosa”. Se venden un millón de discos y Pérez Prado recibe un Disco de Oro. La canción también es #1 en Alemania y el Reino Unido.
La fama internacional empuja al Chaparrito
Cara de Foca a nuevos desafíos. Su preparación en música clásica lo lleva crear
piezas complejas, aunque dotadas de profundas raíces caribeñas, como su “Voodoo
Suite” que también llega al cine. En su continua exploración de ritmos, Pérez Prado
se enfrenta a otros bailes de moda. Así tenemos versiones de mambo-rock y de
mambo-twist. También graba versiones de canciones italianas.
La mambomania italiana (y ya vimos como la
vivía Sofia Loren) había nacido a comienzos de Los 50 con el filme “Anna” que
en el extranjero se llamó “Mambo”. Es la historia de una monja que recuerda su
pasado de cabaretera. Eso permitía ver a Silvana Mangano bailando su versión
del mambo y de otro ritmo latino, el baiao brasileño que traía letra en
castellano. Pérez Prado también convertirá al “Negro Zumbón” en mambo. Les dejo
las dos versiones.
Sin embargo, la más
famosa adaptación de música italiana de Pérez Prado es “Guaglione”, el tema que
había ganado el Festival de Nápoles en 1956. “Guaglione” que tenía versiones de
Claudio Villa y Renato Carosone en Italia, y de Dean Martin y Connie Francis en
Estados Unidos, se volverá mambo en las manos de Pérez Prado.
Una ironía, es que,
a pesar de su popularidad, en vida del maestro su versión no alcanza las 10 del
Billboard, pero una década después de desaparecido Pérez Prado, su Guaglione se
convierte en el #1 en Irlanda y el Reino Unido luego que la cerveza Guinness lo
use para un comercial.
Patricia y Mi
Hermano
En 1958, el año
de “Guaglione”. El Maestro Pérez Prado graba su último gran éxito en la Unión Americana,
“Patricia”. Se ha dicho que se trata de un twist y no realmente un mambo.
Aunque hay una versión más acelerada y twistera de Patricia, este es el último
gran mambo de Pérez Prado. Y aquí viene una anécdota personal que lo corrobora.
Como saben,
debido a mi discalculia no tengo sentido de ritmo. Bailar lo que es bailar,
solo domino el foxtrot y el vals. Mi madre era bailarina nata y hasta ganó unos
concursos en su juventud. La pobre intentó enseñarme y a duras penas lo logró
con el twist, pero con el mambo no hubo remedio. El que si salió mambero fue mi
hermano.
En 1965, un
terremoto nos dejó sin casa, las lluvias otoñales acabaron con nuestros empeños
de acampar, y terminamos en el Hotel Prats de Valparaíso. Un día, mi Nana
Yolita apareció en la suite con la noticia de que en los bajos del hotel había
una “boîte”. Yo ni sabía lo que era eso, pero mis padres si y esa noche
bajamos. En realidad, era restaurante y cabaré juntos, y al parecer era lo
suficientemente familiar para permitirnos la entrada a nosotros (yo tenía cinco
años y José Carlos tres).
No recuerdo mucho
del lugar, solo que nos dieron un pollo arvejado con unas papas fritas
grasientas que me reventaron el hígado y me pasé la noche vomitando, pero la
estrella de la velada fue mi hermano. El sí que estaba contento escuchando la
música y mirando hacia la pista de baile donde divisó dos niñas que bailaban
con marinos.
—¡Mamá, Mamá quiero bailar con esas señoritas!
—No, hijo. ¿No ves que están acompañadas? No se
puede.
Las niñas se
sentaron. Los marinos se fueros, otros hombres se acercaron y las invitaron a
bailar. Al parecer ellas eran taxi-dancers.
Mi hermano volvió
con la cantinela
—Mamá, quiero bailar con las señoritas.
—No hijo, que hay que pagarles
—Págales, Mamá, mira yo tengo plata (y se metía la
mano al bolsillo y sacaba sus moneditas).
José Carlos no
era llorón, pero una pataleta suya era un espectáculo que nadie quería
presenciar. Se ponía rojo como tomate y se ahogaba. Mi mamá y la Yolita
trataban de calmarlo. Mi Papá, que al principio se reía, comenzó a enojarse, él
y sus pataletas eran peores que las de mi hermano.
La conmoción
atrajo la atención de la hotess (Cuando contamos el cuento la llamamos
“la dueña”). Era una brasileña alta, muy alta (o a lo mejor como éramos
pequeñitos la veíamos giganta como Brienne de Tarth) de cabello oscuro corto,
enfundada en un ceñido vestido negro. Cuando supo que pasaba le preguntó a mi
hermano si quería bailar con ella. Este aceptó feliz Y ahí lo pusieron en una
mesita para que bailara con una dama. Todavía lo veo aleteando y dando sus pasitos.
En la letra dice
“Mambo, Cha-cha or meringue, it’s Patricia” y muchos dicen que es un chachachá.
Aquí les pongo “Patricia” al son del chachachá y del twist. Como verán suenan
diferentes. Mi madre decía que el chachachá se baila en pareja. El hombre guía a
la mujer, en cambio en el mambo cada uno brilla por su lado, nadie opaca a
nadie. Y esa noche, la brasileña con sus tacones en la pista, y Josecito sobre
una mesa, cada uno bailaba solo y a la vez en armonía mutua.
En 1959, Pérez
Prado graba junto a la cantante de moda, Rosemary Clooney (si, la tía de George
Clooney) el Long Play “A Touch of Tabasco”. En él se incluye una versión del
muy de moda “Sway” que no es otro sino el bolero de Luis Demetrio “¿Quién será?”
inmediatamente el maestro lo graba en versión twist y es que el twist está
ganándole terreno al rock y al mambo.
A fines de los 50, la mambomanía comienza a
atenuarse y el baile ha vuelto a convertirse en una particularidad latina. Así
lo vemos en la monumental escena de George Chakiris y Rita Moreno mambeando en
“West Side Story”. El mambo va a ser el padre ausente de la salsa, que hasta
hoy es el ritmo por antonomasia de los latinos de USA.
Los últimos
años del Cara de Foca
Pérez Prado se
aboca un poco a su exploración de un mambo más intelectual. En 1962 compone “Suite
Heroica de las Américas”. Una ironía es que para el funeral de Ernesto “Che” Guevara
se usarán los primeros acordes de esta pieza y se les seguirá usando para los
aniversarios luctuosos del guerrillero. En 1967, Pérez Prado estrena su “Concierto
para Bongo” que Almodóvar incluirá en la banda sonora de “Kika”. El infatigable
Cara de Foca hasta inventa un nuevo baile “El Dengue” en 1965.
Entretanto, Pérez
Prado ha retornado a México (llamado por el presidente López Mateos) en 1964 y
residirá en el país azteca hasta su muerte. En 1980 se convertirá en ciudadano
mexicano. No hay rencores y las heridas se cierran. El Chaparrito Caro de Foca
considera México su país. Incluso en ese 1964 regresa a Lima donde su música
fuera excomulgada.
Los tours tendrán
ocupado al Maestro por el resto de su vida. Viaja, junto a su orquesta,
extensamente por America Latina, España y Japón donde hay un fandom devoto del mambo
y donde el nombre de Pérez Prado es reverenciado por los seguidores del baile. Hablando
del nombre, en USA se creyeron que “Pérez “era el nombre de pila del musico
cubano y Pérez Prado tuvo que cambiárselo legalmente excluyendo el “Damaso”.
Algo parecido ocurrió con la actriz italiana Anna Maria Pierangeli que en
Hollywood fue conocida como “Pier Angeli”.
Aunque hasta 1976
El Cara de Foca grabará solo discos que abarquen sus grandes éxitos, todavía se
anota un último hit, “el Mambo del taconazo” un homenaje a la música norteña.
En la vida
personal de Pérez Prado también hay cambios. En 1976 se divorcia de Maria
Engracia tras medio siglo juntos. En 1979 se casa, a los 62 años, con María del
Carmen Josefina Linares a la que le lleva más de 30 años y con quien convivirá
hasta su muerte. En 1980 se le otorga la ciudadanía mexicana. Sus últimos años
serán de homenaje, de tours, de entrenar a su hijo para que dirija su orquesta.
Damaso Pérez Prado muere en 1989, en su apartamento de Reforma en el DF, de un
paro cardiaco.
El Mambo en la
Literatura
De Pérez Prado se
ha dicho que era antipático y soberbio, pero también que era un hombre devoto
de la música, un trabajólico y un perfeccionista. En suma, un artista total.
Pero más allá de sus fallas y virtudes, fue el creador de la “mambomania” que
fue un estilo de vida. Jack Kerouac en On the Road el manifiesto beatnik
se referirá al mambo como “el ritmo del mundo” (The Beat of the World).
Como dijera García Márquez “Pérez Prado dio un golpe de estado contra la
soberanía de todos los ritmos conocidos”.
Igor Stravinski de paso por México, estrecha la mano del Cara de Foca y
lo califica como “un Genio”.
En su primera
parte de Travesuras de la niña mala, Vargas Llosa (que ha confesado
haber sido un eximio mambero) rememora la felicidad que provoca la mambomanía,
la llegada de Pérez Prado a Lima y el efecto sociocultural que imponía el
mambo. “Aquel verano extraordinario, en las fiestas de Miraflores todo el mundo
dejó de bailar valses, corridos, blues, boleros y guarachas porque el mambo arrasó”
dice el Marqués en su novela.
No solo Vargas
Llosa fue mambero. Elena Poniatowska en Fuerte es el silencio recuerda
que Carlos Fuentes vivió tórridos romances al son del mambo. Por algo el autor
mexicano recordaría a Pérez Prado en el vigésimo séptimo aniversario de la
muerte del músico (y por Twitter). Algo mágico debía tener Damaso Pérez Prado
para que todos esos genios se hincaron ante la música del chaparrito Cara de Foca.
Desde FB
ResponderEliminarGeorge Eduardo Llerena Torrico Mis favoritas: Mambo No. 5 y Patricia. Nunca me enseñaron a bailar y creo que no me atrevería a aprender, la danza nunca ha sido mi fuerte, ni siquiera bailo en las fiestas (a menos que sea un lento o un vals, es lo único que me sé). Debería escribir mas entradas musicales, mi dama. La música de los 40s, 50s, 60s es hermosa y muy variada
María Elena Venant También son mis favoritos, aunque tambien me gusta "Guaglione" y "La Chula Linda"Hay un video estupendo en YT donde Resortes, ya viejo, lo baila. Desde que abri ese blog (en el 2012) que he posteado mucho sobre musica del ayer. Solo que no te he etiquetado.. Primero no sabia que te gustaba la música vintge (es mi favorita) . Hoy lo hice porque encontré tanto sobre el mambo y el Perú que quise compartiirlo contigo.
EliminarDesde FB
ResponderEliminarValentina Del Rosario Parraga Simplemente maravillosa reseña: yo amo el mambo, las rumberas y los pachucos. Así que hoy estoy herida de belleza y nostalgia!
María Elena Venant Sab'ia que te iba a gustar. No ser'ia un buen tema para telenovela? Digo esa 'epoca? Cuál es tu mambo favorito?
EliminarDesde FB
EliminarValentina Del Rosario Parraga El 5 claro!!! Pero cerezo rosa es tan bonito!!
Desde FB
ResponderEliminarAna Estelwen Me pareció bellísima la anécdota de tu hermano. Esas «señoritas de poco más o menos» (como las llamaría mi abuela) bailando con el niñito porque lloraba, y él encantado bailando con ellas... es que los niños son niños, pero no son tontos :-D
María Elena Venant Ana Estelwen Mira hoy mi hermano es un viejo gru~non, pero de ni~no era tan alegre y enamorado. Mi Ma le enseño (porque un dia cuando tenia tres años llegó con la palabra p... en la boca) que "hay señoras, señoritas y niñas. Asi se divide a las mujeres."Uff que tiempos aquellos. Esa noche habia fotografps en la boite y se sacaron fotos. Recuerdo que nos la mandaron a la suite en un sobre blanco, pero como todos nuestros recuerdos se perdieron en cada cambio de casa, cada salto de pais a pais, de continente a continente.
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