lunes, 1 de julio de 2019

Aromas del Ayer: Halloween de Jesús del Pozo



Yo vine a conocer este perfume de Jesús del Pozo en su vigésimo cumpleaños, desde entonces nuestra relación ha sido amor-odio-amor, pero de alguna forma se ha convertido en mi perfume de este verano. Leyendo reseñas descubro que no es sorpresa, Halloween es uno de esos aromas que a nadie lo deja indiferente. Se le ama o se le odia.

Hasta su temprana muerte en el 2001, Jesús del Pozo fue el gran nombre en la industria de la moda española. Desde el único y gran Cristóbal Balenciaga que no existía un coutourier en España que trascendiera las fronteras y que ameritase fama y galardones mundiales.

Del Pozo comenzó diseñando ropa masculina en 1974. Originalmente él había estudiado decoración de interiores y diseño de muebles, pero descubrió que la moda era lo suyo. En 1980 presentaba su primera colección Pret-a-Porter femenina en la Pasarela Cibeles de Madrid. Antes del fin de siglo, sus diseños eran conocidos desde Paris a Tokio.

Antes de que el enfisema se lo llevase en el 2011, Jesús del Pozo había incursionado en todos los aspectos del negocio diseñando joyas, ropa interior, vestidos de novia e incluso líneas de vestuario infantil. Su gran talento y fama lo hicieron idóneo para proyectar los guardarropas de óperas, zarzuelas, piezas teatrales y hasta el vestuario del Ballet Nacional Cubano.

En 1992, Jesús Del Pozo entra en el negocio de la perfumería con su exótico “Duende”. El nombre no alude a los elfos de los cuentos infantiles sino a un concepto esbozado ya por García Lorca de un estado de ánimo exaltado que tiene lugar ante una manifestación artística.

Duende en su graciosa botellita que parece un gorrito de pitufo tiene la particularidad de contener altas notas de flor de tilo. Olerlo es evocar una tisana de tila, ya con eso tiene un efecto calmante e hipnótico. A fines de siglo, Jesús Del Pozo expandió el aroma con Esencia del Duende. De color rosado, en vez del verde de su predecesor, este perfume de 1996 no tiene ni el vigor ni el magnetismo de Duende.

Sería un año más tarde que Del Pozo lanzaría al mercado su perfume más emblemático. Yo había visto Halloween en perfumerías en Chile. Recuerdo ese líquido morado dentro de una botella de forma de campana con tapita redonda de color metálico (en realidad es plástico). Nunca se me ocurrió probarlo.

Fue aquí en mi primer verano, en la tienda de Frgrance.com en Roosevelt Field cuando se me antojó olerlo y quedé prendada. “¿Por qué se llama Halloween?” Preguntó mi hermana que me había acompañado. Ni idea.

Tal como el color de su perfume, Halloween es una esencia de violetas, pero no como esas colonias de niños, es una violeta escondida, modesta, pero peligrosa. La violeta de Halloween es tan enigmática, pero tan presente como la lila en Je Reviens.

Un mes, más tarde volví y me lo compré. Llego a casa y me perfumo …¡y que desilusión! Tal como me ocurriera con la Gardenia de Dame Liz y la reformula de White Shoulders, este perfume no se parecía al de la tienda. Era una peste a fumeiro. Olor a incienso y a una pimienta que heria mis fosas nasales. Me sentí estafada.

Desde entonces he querido encajárselo a otra persona. En mi peregrinar de esta primavera, exilié mi baúl de perfumes a casa de mi hermana, y quise regalárselo. Lo rechazó con “un ya tengo muchos perfumes”.  “Por qué se llama Halloween?” volvió a preguntar. “Será porque huele a diablos.” le respondí “¡apesta a azufre”.

Lo olió y sacudió la cabeza “no huele mal”. Enojada me rocié la muñeca y… había ocurrido un milagro, los tufos sulfúricos se habían desvanecido. Yo sé que humor, edad y salud pueden alterar el PH. Al parecer en casa nueva, el mío volvía a ser compatible con Halloween.

Me acabo de rociar la muñeca y es un perfume un poco fuerte, me arde la epidermis, pero el olor es exquisito. Es violeta, es nardo, es lirio del valle. Nada de la hoja del banano que yo conozco como envoltura de la hallaca venezolana y de la cochinita pibil. Nada tampoco de aromas marinos. Nada de inciensos apestosos, ni del famoso aceite de petitgrain que en realidad es un derivado de la hoja del naranjo amargo. Muy buena en infusión para los dolores menstruales, pero que sabe y huele a rayos.

Es un perfume floral con tonos pastel y cierta ingenuidad. Dicen que Max Gavarry, quien creara este perfume, se inspiró en una mujer enigmática y pasional. Puede ser, pero debe haber sido una mujer muy joven, todavía inocente. Pasan las horas y el perfume permanece, pero sufre una mutación.

Ahora la violeta es más dulce casi como esos caramelos “Te quiero”, combinada con vainilla y un olor a,... no, no es hoja de plátano, es a banana. Este perfume tiene olor a dulce, a postre, a caramelo. A la bolsa de caramelos que todo niño espera recolectar en Noche de Brujas. ¡Ahora sé por qué te llamas Halloween!

Como suele ocurrir en la perfumería moderna, se han echado a la venta múltiples variaciones de Halloween: Halloween Flor, Halloween Fever, Halloween Fiesta hasta un Halloween para hombres, pero la mejor sigue siendo la que yo recomiendo, la original. Este perfume se vende en todas las perfumerías de grandes casas comerciales de Estados Unidos, España y America Latina.

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