Es una lástima que,
en el siglo pasado, un encontronazo alérgico con una mala versión de Anais
Anais me haya predispuesto en contra de la marca Cacharel. Nunca es tarde para
remediar. Algo que he descubierto ahora al conocer un par de perfumes de esa
firma que son totalmente exquisitos.
Cacharel es una
firma relativamente nueva. Fue fundada por Jean Bousquet en 1962 y—he ahí
mi sorpresa-—originalmente fue una casa diseñadora de moda
juvenil. Yo ni sabía eso, tal como no sabía que sigue creando ropa para mujer,
de preferencia jovencitas. Miren que bonitos diseños.
Mila Kunis en Cacharel
Sobra decir que,
aunque su ropa sea llamativa y se venda bien, Cacharel ha pasado a la historia
como creadora de perfumes. La mayoría de los cuales nacieron antes que este
siglo, lo que definitivamente coloca a Cacharel en la lista de fabricantes de Aromas
del Ayer.
Todo comenzó en
1978 con un perfume que ha dado nombre a millares de niñas alrededor del mundo.
¡Si supieran que Anais fue inspirado por el Anás, un patito oriundo de la
Camarga! Aunque siempre supe que existía, nunca me interesó comprarlo, usarlo,
olerlo. Fue en 1996, apenas unos meses de regresada a Chile que, en una reunión
familiar, la esposa de un primo tercero ofreció venderme un frasquito. Aunque
me pareció super ordinario andar vendiendo perfumes en una reunión familiar,
para caerle bien lo compré.
Normalmente, mi
reacción alérgica a un perfume es apenas olido comenzar a toser y estornudar.
Con este fue diferente. Un día después de haberlo usado, me brotó un sarpullido
por todo el cuerpo. Para colmo el perfume adquirió un hediondo olor a vinagre.
La Angelita me comunicó que había sido víctima de una estafa común en Chile. La
venta de imitaciones baratas de perfumes conocidos.
La experiencia me
hizo tomarle desconfianza y fastidio al producto Cacharel. Fue en mi último
cumpleaños cuando un frasquito de Anais-Anais en un estuche de miniaturas que
recibí de mi hermano me hizo descubrir lo que me había perdido.
Es un olor exquisito, muy puro y limpio. Por
sobre el conocido colchón de azahar, lirio de valle y jazmín, se eleva la
pulcritud de la azucena y el romanticismo del jacinto. Me trajo a la memoria,
el altar que en mi escuela primaria erigían a la Virgen para el mes de Maria, y
para el cual yo siempre llevaba un ramo de azucenas, una de las pocas flores
que crecían en nuestro jardín.
Con la fama cosechada
por el Anais Anais— confeccionado por Roger Pellegrino y otros—
Cacharel podría haberse dormido en sus laureles, pero nueve años después de la gestación
de su perfume estrella, sacaba al mercado a Lou Lou. Otra miniatura que encontré
en mi estuche, y que a primera vista provoca risa. Su frasquito diminuto de
plástico celeste con su tapita color vino parece un juguete. Mas que ordinario
y baratieri, recuerda esos pomitos de perfume que incluían en los kits de
maquillaje para nenas en los 60.
Es un enigma por
qué Cacharel decidió enfundar un perfume tan exquisito en un envase tan vulgar,
pero lo que importa es el perfume en sí. Jan Guichard creó una fragancia
intoxicante, posiblemente gracias a la evidente presencia de las resinas, del sándalo
y de la canela. Por debajo asoman tímidamente el heliotropo y la flor de tiaré.
Los 90s traerían
nuevas sorpresas de parte de Cacharel como Edén en 1994. En un envase que parece
un termo en verde y plateado, Edén es un cítrico total, muy verde que me recuerda
a
Le Jardín de Max Factor.
Fue a fines de
siglo, en 1998 para ser exactos, que aparecía la fragancia más conocida de Cacharel.
Me temo que, a pesar de su fama y finos ingredientes, nunca he sido fan de Noa.
La encuentro sintética, falsa, una fragancia manufacturada en un laboratorio donde
ha sido despojada de todo olor natural.
Mas o menos lo
que experimento al oler Amor, Amor, el perfume del siglo XXI de Cacharel.
Aunque creado por Dominique Ropion que también fue la nariz tras los mejores de
Givenchy, es nada más que un cítrico avainillado. No me llega. Se lo dejo a
Sandra Bullock a la que parece gustarle.
Otro cuento es el
descontinuado Scarlett. Cuando abrí mi álbum
de perfumes en Pinterest, incluí a mi Reina Scarlett y ella contribuyó con
un Cacharel que lleva su nombre. Aunque descontinuado, sigue siendo una
fragancia increíble creada por Alberto Morilla el perfumista estrella de
Bulgari.; Honorine Blanc que ha creado perfumes para JLO, Britney y Beyonce; y Olivier
Cresp, la nariz detrás del Nina de Nina Ricci y del Black Opium de Saint
Laurent.
Con esos magos,
es natural que Scarlett sea moderno, exótico y exquisito simultáneamente. En
términos simples hay dos aromas que sobresalen, pera confitada como esas frutas
abrillantadas que yo le compraba a mi Pa en Quillota, y una buena y reconfortante
taza de té con limón. Aunque sorprenda, los dos olores combinan competentemente
para conseguir que este perfume del 2008 sea legendario.
Mas encima tiene
un envase sorprendente. La tapa cubre
todo el frasco y aunque de plástico labrado, su tono y aspecto recuerda a
filigranas de marfil. Se puede todavía encontrar en eBay y por meros $200 en
Amazon.
¿Han usado
Cacharel? ¿Cuál es su perfume favorito de esa marca?
A mi me regalaron Anais Anais, si mal no recuerdo cuando cumpli quince años. (Era la primera vez que recibia regalos "de adulta" incluyendo perfumes, joyas, joyeros). Recuerdo que me gusto y lo use bastante. No los he visto en años!!
ResponderEliminarDicen que el Anais Anais que es del 78 ha tenido varias reformulas. Yo solo conoci esa falsa que me dio alergia y esta que tengo ahora que es muy rica, muy delicada.
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