lunes, 4 de junio de 2012

Novias Latinas de Ayer: Los Locos 20’s



Siempre he tenido pasión por los vestidos de novia, pero en los últimos tiempos, ese traje tan importante para las mujeres se ha convertido en un cliché. Todos siguen el mismo modelo, invierno o verano. Sea la novia joven, vieja, chica, gorda, flaca o giganta, siempre usan lo mismo, strapless o halters blancos.


A lo mejor el velo arrastra por el suelo como una pitón birmana, tal vez la falda sea bouffant o drapeada, pero las novias del Siglo XXI siempre se adhiere a una formula. Triste es, cuando recordamos que en el Siglo XX se creaban diseños únicos para que cada mujer se sintiera una princesa.  Solo en la década de los 20’s, también se usaron vestidos-uniformes puesto que la importancia de la que iba a casarse se cifraba en su cabeza.

Los vestidos de novia de las “flappers” latinas  cumplían con tres requisitos: velo más largo que las faldas, estilo “camisero” suelto y con mangas largas, y algún adorno capilar que se convirtiese en el centro de la atención con todo tipo de agregados, flores, plumas o pedrería. Las damas de honor lucían faldas cortas e inmensa capelinas. Piernas y cabezas cobraban más importancia que el cuerpo de la recién casada.





Las revistas femeninas en sus crónicas sociales ilustran las modas de la época. El velo de novia es el elemento principal e incluso las contrayentes cuando posan para la obligatoria foto prefieren hacerlo de perfil para que se aprecie más la dramática cascada de encaje y tul que cuelga de su cabeza.



Despues del velo, otro elemento importante del modelo nupcial es el casquete o corona que lo sostiene. Esta puede ser una guirnalda delgadita y sencilla que ciña la frente de a novia. Pero en general son verdaderos cascos que llegan hasta las cejas de la desposada y van bordados con perlas o piedras semi-preciosas.

Los velos de la época se inspiran en tocas medievales e iconos bizantinos. Pero éste parece que se inspiró en “El sheikh” de Valentino. Esa banda que cincha el mentón de la novia la hace parecer como afligida por un terrible dolor de muelas.


Esta otra señorita parece La Dama de Elche. Aparte de lo feo de los tocados, la circunspección de la época exigía que las novias no sonrieran ni aunque les hicieran cosquillas. Po eso las pobres se ven serias o quizás asustadas por sus feos vestidos. Por suerte estos modelos nunca han tenido su “revival”. ¿Te atreverías tú a casarte con alguna de estas creaciones?

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