lunes, 20 de mayo de 2024

Como El New Look Impactó la Moda de Occidente: El Legado de Los Hermanos Dior.

 


Y llegamos a 1947, un año mágico para los hermanos Dior, un año de perfumes y nueva moda. Pero antes tenemos que ver en que marco sociohistórico nacen The New Look y Miss Dior y como el recuerdo de Madeleine Dior se manifiesta en ellos.

La Moda más Bella del Mundo

La serie The New Look no miente. Después del triunfo del Teatro de la Moda,  y en medio de un clima incierto en Francia lleno de castigos vengativos en contra de colaboracionistas— entre los que injustamente se incluía a Lucien Lelong— los modistos comenzaron a abandonar el barco. El primero en abrir su propia casa de modas fue Pierre Balmain.  Christian Dior lo seguiría en 1946,  apuntalado por la fortuna de Marcel Boussac.

Apodado “El Rey del Algodón”, este empresario de textiles  era uno de los pocos hombres de negocio franceses que no ameritaba acusaciones de colaboracionismo. Boussac instaló a Dior a todo lujo y le proporcionó fondos y carta blanca para manejar el negocio como le pareciese, siempre y cuando cumpliese con su promesa de crear la moda más bella del mundo.

                                           Dior en su taller

Raymonde Zahnaker,  jefa de costureras de Lelong,  siguió a Dior en su nueva aventura. Madame Zahnaker y Catherine formarían parte de un trio femenino que siempre apoyaría a Christian Dior. La tercera de ese trio es Mitzah Bricard que no sale en la serie. Comenzaba una etapa de arduo trabajo para Dior , Zahnaker y Pierre Cardin, el joven modisto italiano que Christian convertiría en su jefe de modistos.

Hasta ahí la serie va bien, aunque se sientan obligados a introducir toques dramáticos con cosas que nunca ocurrieron. Dior no solucionó la ausencia de modelos contratando prostitutas, ni se “robó” las modistas de otras casas de modas. En cambio,  usó todo su potencial imaginativo para desarrollar una moda que diese un toque de optimismo a una Francia maltratada y dividida. Sería un homenaje a la mujer francesa que le recordase que era la más chic de Europea.

Se dice que el haber visto a sus hermana y a sus compañeras de cautiverio retornar en harapos, flacas y sin cabello,  lo motivó a crear un look ultrafemenino en el que prevaleciese la feminidad, la elegancia, las curvas. En suma,  todo lo que la guerra les había quitado.

                                 Maisie Williams como la calva y desnutrida Catherine en The New Look

Dior volvió los ojos a épocas de prosperidad en la historia de Francia como la del reinado de Luis XV,  el Segundo Imperio y la Belle Epoque de su infancia. Las faldas se alargaron y se hicieron amplias y acampanadas. Se las llamó “corolles” porque simulaban las corolas de las flores del jardín de Madeleine Dior.

Christian también diseñó ropa interior que ayudase a crear un efecto que reflejaba la “arquitectura” del cuerpo femenino, como bustiers y enaguas almidonadas que recordaban los miriñaques de la Emperatriz Eugenia. Con estos vestidos retornaba el buen calzado. Después de años de usar suelas y tacos de madera o corcho, la parisina podía empinarse en tacones altos y cubrirse de grandes pamelas.

                                     Ava Gardner luce ropa interior de Dior en The Love Hut

Como comprenderán, la imagen del New Look contrarrestaba con el ideal femenino delgado, atlético,  semi andrógino de Chanel. Esa es la razón por la cual Coco dice en The New Look que Dior ha destruido la moda francesa y que ella viene a rescatarla. Sin embargo, ella lo dirá en 1954 cuando el New Look ha triunfado en todo el mundo.

El New Look Conquista al Mundo

El primer desfile de Dior fue un éxito fenomenal. Dice Alan Jenkins,  en su libro The Forties, que muchas mujeres del público sollozaron conmovidas al ver esas modas inimaginables durante la guerra. Fue la editora de Harper’s Bazaar,  Carmel Snow quien bautizaría esa moda tan exquisita,  con sus derroches de telas, volantes y encajes, como “The  New Look”.  Si bien es cierto que Carmel estuvo presente en el primer desfile de Dior, es falso que antes quisiese nombrar a Balmain el modisto más importante de Francia

No todo el mundo abrazó la novel moda. En una Francia hambrienta y aplastada por una inflación que aumentaba los precios, muchas mujeres atacaron a las modelos de la Casa Dior que estilaban los diseños en la vía pública.  En Estados Unidos e Inglaterra, donde todavía existía un racionamiento de material textil, aparecieron clubes de mujeres que se negaban a alargar las faldas.

No todas pensaban igual y donde primero se rindieron fue en Hollywood, tanto actrices como filmes. Aquí tenemos a Rita Hayworth en 1947 luciendo un Christian Dior.



Lauren Bacall fue otra de las nuevas clientas y aquí la vemos con Bogey, en 1951 en un desfile de Dior.



Dior viste a Ava Gardner, dentro y fuera de la pantalla.



En 1950, Alfred Hitchcock contrata al modisto para diseñar el vestuario de Marlene Dietrich en Stage Fright.




En 1952, Christian Dior es nominado a un Oscar por Mejor Vestuario por Estación Termini


                                            Jennifer Jones en Estación Termini

En Inglaterra se apaciguaron los ánimos cuando la Princesa Elizabeth encargó,  para su luna de miel,  un guardarropa que seguía las pautas del New Look. Su hermana Margaret Rose se convertiría en clienta de Dior de por vida.

                               Fotografía de Sir Cecil Beaton de la Princesa Margarita en Dior

En America Latina el New Look ya estaba instalado en 1949 . Lo llevaban desde colegialas a amas de casa y se veía en los anuncios comerciales. Aquí fotografías de la revista Eva de Chile y de la argentina Mucho Gusto.







Ese mismo año, en un tour por Colombia, Libertad Lamarque estilaba un vestido típico del New Look.



La siempre cosmopolita Dolores del Rio fue clienta de Dior quien la consideraba una mujer de medidas perfectas.




Pero el gran logro de Dior fue vestir a la primera Dama de Argentina, icono mundial de elegancia. Aquí vemos a Evita luciendo un strapless de Dior, en el Teatro Colón,  en 1949. De ella diría el modisto “es la única reina a la que he vestido”



Las latinas de Ayer son súbditas de Dior como lo atestigua una colección de los vestidos de Maria Félix  de la exhibicion "María Bonita"en Miami.


Aunque los vestidos de esa exhibición son en su mayoría de Los 60 y 70, Christian había disenado en vida para La Doña, como este vestido que Maria lució en el filme italiano Incantessimo Tragico  (1951)



En 1951, la revista mexicana La Familia pone en portada una variación del vestido “Junon” de Christian Dior. Creado en 1949, en el 2023, Natalie Portman lo lució en la Alfombra Roja de Cannes. La moda de Dior no pasa de moda.



Para 1950, ante Christian Dior se han rendido estrellas de cine y la realeza europea,  vestirá a primeras damas como Evita Perón, pero también a la nobleza. En 1947, para su primera boda, Cayetana de Alba elige a Dior para que confeccione su vestido de novia. Las hispanoparlantes de ambos lados del Atlántico aman el New Look.

                                            La Duquesa de Alba en Dior

La “Falda Dior”

A mis seis añitos yo ya sabía, por la revista Elegancia,  que el perfume de mi madre lo hacía un Señor Dior que venía de Francia,  como mi abuela,  y que era modisto. Me lo imaginaba en Paris como uno de los sastres de mi padre, pero pegado a una Singer como las modistas del taller de mi mamá.

Me tomó un tiempo descubrir que había fallecido dos años antes de yo nacer y que existía una gran diferencia entre costureras de barrio y diseñadores de la Haute Couture del cual Dior había sido el mejor. Aunque eventualmente concordé con Chanel que “El Maestro de Todos” era Cristóbal Balenciaga, Dior siguió teniendo una conexión conmigo y eso gracias a la “falda de Dior”.

                                              (foto de Etsy)

El temblor (o terremoto) de este abril en Nueva York, me hizo recapacitar en los cinco sismos de más de 6 grados que he experimentado en mi vida. Como siempre,  el recuerdo más agudo es el de 1965, que sin ser el más fuerte fue el más destructivo para mí en términos de vivienda.

Visionando en mi memoria el espectáculo de paredes derrumbadas,  vidrios rotos y muebles despedazados,  por primera vez reparo en la perdida material que sufrimos donde se perdió todo desde ropa hasta enseres domésticos. Tuvimos que comenzar de cero. De nuestros juguetes,  mi hermano y yo solo rescatamos un oso de peluche y a Practico, un cerdito plástico que mi hermano todavía conserva.


                                       Práctico sobrevivió el derrumbe de 1965 y sigue con nosotros

Lo extraordinario es que hubo dos cuartos que no sufrieron grandes daños, tal vez por ser aledaños a la puerta principal y haber sido construidos con mejor material o más cuidado. Uno albergaba la biblioteca de mi padre que se salvó casi entera, el otro era el vestidor de mi madre.

Aunque el amplio vestuario de mi madre se guardaba en armarios de tres cuerpos y estos quedaron convertidos en astillas, hubo dos baúles que sobrevivieron al terremoto y que curiosamente nos acompañarían al otro lado del continente. Uno era de esos corpulentos baúles de viaje que se usaba entre los ricos para sus cruceros trasatlánticos.

Este tenia los sellos de la Braun y Blanchard, la compañía naviera de mi bisabuelo. Sus iniciales “J.B.”(Jean Blanchard) estaban incrustadas en sus lomos. Mi madre lo usaba para guardar zapatos y bolsos de mano. Eso la salvó de andar descalza en el otoño de 1965.

El otro baúl era igual de imponente. Era un arcón español forrado en cuero de caballo bayo. Había sido el  “Baúl de la Esperanza” de mi madre y el único objeto que pudo recuperar luego que mi abuelo la desheredó por casarse con un cristiano.

El baúl soportó los embates del terremoto y su contenido fue el único lazo al pasado sartorial de mi madre. Adentro había piezas “valiosas” como su estola de armiño, sus vestidos de novia (el del civil y el de la boda religiosa) y la famosa falda de Dior.

En la familia se la conocía como “la falda de Dior”, “la falda que vino de Europa” o “la falda de la Zia Elvira”.  Se la sacaba con cuidado, como las otras prendas de ese baúl no se la colgaba, sino que se la guardaba envuelta en papel de seda (papel “crepé”) . Nunca vi a nadie usarla. Mi madre juraba que se la había puesto “antes”, eufemismo para referirse a que varios embarazos y diabetes gestacionales la habían privado de una cintura de avispa.

                                   Diseño de Dior. Esa hechura era la de la falda que describó, pro más larga.

La falda era abullonada como la mitad de las prendas del New Look. Estaba confeccionada en tafetán negro cruzado por bandas de terciopelo del mismo color. Tenía un forro de seda cruda negra que bien almidonado producía esa imagen acampanada que caracteriza el New Look. Aun así, mi madre decía que había que usarla con “falsos”, los famosos enaguas de cintura de lienzo tieso, y varillas de plástico o madera delgada,  que por casi tres décadas fueron prenda obligatoria de las fans del New Look.

El origen de la falda era legendario como todo lo asociado con las tías-hadas y aunque ellas viajaban periódicamente a Europa y volvían con sombreros, pieles y vestidos, no todos eran de Dior. Con los años las interrogantes sobre la falda han aumentado. ¿Era realmente de Dior, o una imitación? La Casa Dior no tenía pret-a-porter todavía, por lo que debe haber costado carísima.

Como y cuando la adquirió la Zia Elvira son los mayores signos de interrogación. Mi investigación me lleva a descubrir que es un diseño  de la segunda etapa del New Look (1950-55). Suena más plausible que se haya comprado en esa decada que mi primera deducción. ¿Cómo mi tía abuela, recién salida de Auschwitz (donde lo había perdido todo, incluyendo a sus hijas) iba a estar gastando un dinero que no tenía en una falda de diseñador?

                                             Así era exactamente

Gracias a Pinterest y Etsy (que todavía vende algunas) descubrí que el diseño lo impuso Dior a comienzos de los 50, cuando el éxodo de la Zia Elvira la tenía en la Costa Oeste de los Estados Unidos. No sé en qué momento salió de Europa, solo que llegaron ella y su esposo el Tío Milan,  a Chile por allá por 1954. Permanecería en Santiago , hasta que la viudez y el gobierno de la Unidad Popular la hiciesen regresar a la Unión Americana. La falda, que había sido parte de su equipaje,  viajó entonces desde Europa a USA y de ahí a Chile donde se quedaría como la mitad de nuestras pertenencias en Viña del Mar, cuando nos tocó a nosotros iniciar nuestro propio éxodo.

Hace unos días descubrí otro eslabón perdido. Es posible que mi tía la haya comprado en el mismo Chile. Desde 1950 que la Casa Dior tenía un arreglo comercial con Los Gobelinos, la tienda de departamentos más exclusiva de Santiago. Con eso doy término a mis vínculos con Dior y vuelvo al modisto y a su hermana.

Catherine y sus Flores

 ¿Y que ha sido de Catherine en todo este tiempo? Tras la muerte de su padre, Catherine se dio cuenta que los productos de la granja no bastaban para vivir. Ella y Hervé se fueron a Paris a vivir con Christian. Así que estaban ahí cuando nacieron tanto The New Look y Miss Dior.

La leyenda cuenta que estaban Dior y Mitzah Bricard discutiendo qué nombre iba a llevar el perfume cuando entró Catherine: “ ¡Voila, Mademoiselle Dior!” exclamó Mitzah y al modisto le gustó el nombre. No pudo ser “Mademoiselle Dior”,  eso sería conectarlo con Chanel. Mejor quedaba en inglés como homenaje a los Aliados de Francia.



Miss Dior, tal como el New Look, era un homenaje a las mujeres de las familia del diseñador. El jardín de su madre, la ropa vaporosa , estampada y etérea usada por Madeleine,  y era un modo de retratar las flores que Catherine seguiría cultivando de por vida.

Catherine y Hervé pusieron un puesto en el mercado donde venderían las flores de su granja. Entretanto, Catherine estaba siendo objeto de reconocimientos por su valor durante la guerra. Tal como muestra la serie,  recibió la Croix de Guerre y La Cruz de Combatientes Voluntarios de la Resistencia. Los polacos la honraron con La Cruz de Valor y los británicos con la King’s Medal for Courage in the Cause of Freedom. En 1994 sería inducida a la Legión de Honor.


                                                     Hervé y Catherine en París

Solo que las medallas no dan de comer y Catherine necesitaba ampliar su campo laboral. Decidió importar flores exóticas de las colonias francesas. Ese trabajo ya existía, pero nunca lo había hecho una mujer. A fines de Los 40,  Catherine recibía el permiso gubernamental para ser una Mandateire en Fleurs Coupées, labor que desempeñaría por casi una década.

                                     Los Hermanos Dior en el puesto de flores de Catherine

El Juicio de La Rue de La Pompe

En medio de reconocimientos y desafíos laborales, llegó la hora de la retribución de quienes hablan torturado a Catherine y a otros. En 1952 se les abrió juicio a los hombres y mujeres que operaron el centro de torturas de la Rue de la Pompe. Desgraciadamente, Los 50,  debido a la Guerra Fría,  fue una época en que Occidente vio a los alemanes como aliados y le bajaron el tono a la idea de rechazo y castigo de sus antiguos enemigos. A nadie pareció interesarle este juicio donde la mayoría de los acusados fueron juzgados y condenados in absentia.

                                Los acusados en el juicio. Denisse Dulfau es la de pie

Catherine hizo varias deposiciones de las cuales se han extraído detalle de su cautiverio. Su aparición en la sala casi pasó desapercibida. Solo se sabe que el abogado de uno de los acusados demostró que se había equivocado al identificarlo. Esta fue una estrategia de leguleyo muy común en esos juicios. Qué triste que se deba desacreditar a la víctima para defender al criminal.

Aunque muchos periódicos importantes cubrieron este juicio, solo Le Monde mencionó a Catherine sin decir que era hermana del más famoso modisto del mundo. Tal vez porque en esa época, Christian Dior comenzó a viajar a Alemania con sus desfiles de moda y mensajes de reconciliación y olvido, que chocaban con estos juicios que molestaban a la burguesía francesa en su afán de guardar secretos incomodos en arcones.

El juicio acabó en una nota agridulce. Siete de los cabecillas de a Rue de la Pompe fueron condenados a muerte (la secretaria-torturadora Denisse Dulfau fue condenada a 20 años de trabajos forzados). Solo tres serían fusilados, los otros lograron huir. El líder de La Rue de la Pompe, Friedrich Berger se había refugiado en diferentes países, ofreció trabajo a diferentes agencias de inteligencia, fue rechazado por todas ya que notaban que no era más que un torturador. Moriría tranquilo y libre en su cama de Múnich en 1960.



Auge y Final de Christian Dior

Los 50 tienen a Dior en la cúspide de la moda. Nadie lo aventaja. Balenciaga modestamente acepta un decoroso segundo lugar. Cuando Chanel reaparece en París, habla pestes del New Look y amenaza con derrocar a Dior. Nada de eso sucederá. Dior viste a la realeza,  a las estrellas de cine, a esposas de jefes de estado, hasta esa ex nazi la Duquesa de Windsor se rinde ante el altar de Dior y se vuelve su clienta.

En 1951, Christian Dior publica su autobiografía Je suis coutourier (soy modisto).  Se vende como pan caliente, ni el retorno de Chanel ha hecho tambalear su corona.  Jean Cocteau dirá indignado en su diario que su sociedad ha desproporcionado sus prioridades cuando más se habla en los periódicos de como Dior ha acortado las faldas en Los 50,   que del desarrollo de la bomba de hidrogeno.

Dior se ha hecho millonario. Su ropa se vende desde Sídney hasta Santiago de Chile. Incluso compra un castillo en los Alpes Marítimos cercano a Les Naysses. En 1955,  Dior encuentra nuevamente el amor. Se llama Jacques Benita, es un sefardita argelino, que canta profesionalmente bajo el nombre de Tony Sandro. Tiene casi 30 años menos que el modisto, pero serán muy felices.

                                            Jacques Benita y Christian Dior

El amor hace que Dior se aleje de su ritmo trabajólico. Ya ha sufrido dos infartos de tanto trabajar. Su amistad con la buena mesa lo ha hecho subir de peso, pero su nuevo romance le recuerda que debe descansar y adelgazar. Visita las Termas de Montecatini en Toscana. Lo acompaña la fiel Madame Zehnacker, pero durante un juego de cartas se desploma víctima de un fatal paro cardiaco. Solo tiene 52 años.

Francia le da un funeral de honor. Catherine cubrirá de flores las calles de Paris por donde pasa el cortejo fúnebre. Las clientas llegan en masa lideradas por la Duquesa de Windsor. Los grandes de la moda presentan sus últimos respetos al gran Dior. Chanel no va, pero envía una enorme corona de rosas rojas.

                                  Homenaje floral de Catherine a su hermano
                                                      La Duquesa de Windsor en el sepelio de Dior

En su testamento, Dior nombra herederas a Raymonde Zehnaker y a Catherine, pero lo que heredarán son deudas. En vida, Christian Dior vivió como un gran señor, a su muerte le debía a cada santo una vela. Hay que vender su catillo provenzal (hoy pertenece a la perfumería Dior).La Casa Dior queda en las aptas manos de Yves St. Laurent, el joven protegido que Christian veía como su sucesor, pero Catherine será nombrada custodia de la memoria y nombre de su hermano. Una labor que cumplirá hasta su muerte, aun cuando la lleve a repudiar a miembros de su familia.

Una Sobrina Inconveniente

Uno de esos miembros sería Françoise, Condesa de Caumont La Force, sobrina de los Dior. Hija del hermano mayor, Raymond, Françoise era lo opuesto al padre. Si Raymond era un periodista de tendencias comunistas, su hija era conservadora, monarquista y finalmente desvergonzadamente nazi, llegando a casarse con Colin Jordan,  el líder de los nazis ingleses.

Quienes vieron Ridley Road (ahora disponible gratis en Tubi) recordarán que el gran villano de la serie es Colin Jordan (Rory Kinnear) en cuyas filas debe infiltrarse una joven espía judía. En un episodio aparece la esposa francesa de Jordan que nota el interés romántico de su marido por la nueva acolita.



En la vida real, Françoise se había divorciado del Conde de Caumont La Force para unirse a Jordan y al resurgimiento del nazismo en la política británica de Los 60. Françoise incluso había expandido la ideología neonazi,  trayéndola a Francia. Como lo hacía abiertamente, su nombre estaba ligado a estas políticas fascistas que horrorizaron a su tía reviviendo todo el horror vivido durante La Ocupación.

A pesar de llevar una vida retirada, Caro estaba indignada,  tanto por las posturas de su sobrina como del modo en que la prensa quería vincular el nombre de Dior con este auge del neonazismo. Mademoiselle Dior fue a los medios e hizo declaraciones desligándose de Françoise y de sus ideas. Además, remachó que el apellido Dior,  siempre reconocido por representar “honor y patriotismo”, no podía enlodarse por las opiniones de un miembro de esa familia.



Hervé fallecería en 1997, su mujer seguiría en Provenza dedicada al cultivo de flores. En 1999, la propiedad normanda donde Los Dior habían nacido se convirtió en el Museo Christian Dior y Caro pasó a ser su presidenta honoraria hasta su muerte en el 2008.

Ha sido en los últimos años que los historiadores se han interesado en vincular la vida de esta gran mujer con su famoso hermano. En ese proceso se ha descubierto la influencia que tuvieron Catherine y su madre en el nacimiento del New Look. Sin haber sido una mujer preocupada por la moda, Catherine siempre usó Miss Dior como su perfume personal y sus flores jugaron partido en los diseños de su hermano como lo demuestra el vestido “Miss Dior”.



Consciente de eso,  María Grazia Chiuri, directora creativa de la actual Casa Dior dedicó la colección del 2019 a la primera Miss Dior, pero incluso antes ha habido renacimientos del New Look en muchas eras porque es un estilo tan bello que pocas se le pueden resistir.


                                                       A fines de Los 70 resurge el New Look
                         En 1981, Lady Diana ecandaliza con un strapless negro digno de Dior
                                      Fines de los 80, la Princesa de Gales  en una copia del New Look
                 El New Look en el Siglo XXI. Elle Fanning desfila por la Alfombra Roja en un diseño de la Casa Dior.

¿Y tu?  ¿Usarías el New Look o te parece un estilo muy complicado?

BIBLIOGRAFÏA  CONSULTADA 

Jenkins Alan: The Forties, 1977

Picardie, Justine: Mademoiselle Dior, 2021

Pochna, Marie-France: Christian Dior, 2021

 

 

 

lunes, 13 de mayo de 2024

La Mujer Detrás del Perfume: Catherine, Christian y Miss Dior

 


Gracias a mi beta Lorena, esta primavera me ha tocado usar uno de los perfumes más icónicos de la historia y un gran favorito de las Latinas de Ayer. A través de The New Look hemos conocido a la valerosa Catherine que inspiró el perfume creado por su hermano en 1947. Hora es de hablar de la influencia de Los Hermanos Dior en la moda, la perfumería, pero también conocer su verdadera y prodigiosa historia.

El Perfume de mi Madre

En la tercera década del siglo XXI, el nombre Dior es asociado con la Alta Costura y la perfumería fina. ¿Quién no conoce los nombres de fragancias como Poison, tan amado por Dame Elizabeth Taylor?



¿O el delicado y sensual floral J’adore que Charlize Theron publicitara a fines del siglo XX?



Sin embargo, el más antiguo y reconocido producto de la Perfumería Dior es el clásico de 1947, Miss Dior. Un perfume que, hasta hoy , incluso después de innumerables mutaciones, sigue siendo un favorito de Las latinas de Ayer y de Hoy.

                   Botella gigante de Miss Dior a la entrada de El Palacio de Hierro (México)

Este perfume floral tenía un lugar importante en mi casa. Hacia su aparición en los febreros de mi infancia envuelto en papeles de regalo. Era el presente obligatorio de mi padre para el cumpleaños de su mujer.

Recuerdo que una vez, intentó variarlo regalándole el Chanel N°5 (“es el que usaba Marilyn Monroe”) solo para que mi madre se lo lanzase por la cabeza.  “¡No quiero oler a esa p—a! Mi perfume es Christian Dior” decía mi madre, criada en el mito de que una mujer siempre debe tener un aroma único que refleje su personalidad.

Todavía recuerdo el suspenso de ver a mi madre romper (su impaciencia le impedía desenvolverlo) el papel y extraer la caja cuadrada que portaba una botella única en su tipo que parecía imitar un vestido de mujer con su lazo en el cuello y el diseño “pata de gallo” (houndtooth en inglés) tan parecido al de la tela de los trajes de Dior.



Me temo que nunca me gustó ese perfume que mi madre usaría hasta nuestro viaje a los Estados Unidos en 1974. Contenía aromas fuertes:  cuero y mi odiada férula. Por eso lo definían como un chipre a pesar de su fuerte carga floral de gardenia, rosa y jazmín.

Con los años mi madre varió de perfumes, pasando de Gloria Vanderbilt a Paloma Picasso y acabando en Oscar de la Renta. Cuando volví a oler Miss Dior ya no parecía el mismo. Aunque Edmond Roudnitska reformuló Miss Dior en 1992,  en este siglo comenzaron a salir curiosas variaciones como el Miss Dior Cherie (2005) que parecía postre con sus aromas a frutas, caramelo y hasta a palomitas de maíz.



En el 2012,  François Demachy reinventaría Miss Dior, con solo tres ingredientes: mandarina italiana, jasmín sambac y pachuli malayo. Esta maravillosa combinación vendría en un frasco oblongo con una corbata de metal.

Aun así, esta versión no era fiel al espíritu del original, no era fiel a las inspiraciones que empujaron a Christian Dior a crearlo: el jardín de su madre, la granja de los Dior en Provenza, las flores que se convertirían en un medio de vida para Catherine Dior.

Demachy siguió experimentando. En el 2017,  le agregó a su fórmula lirio del valle y rosas de mayo. El frasco se volvió cuadrado. Finalmente, en el 2021, Demachy dio en el clavo. Sacó frutas y cítricos de la lista de ingredientes y los reemplazó por notas bajas de sándalo y vainilla. A la rosa y el lirio del valle agregó las flores exóticas que Catherine importaría en su vida de la posguerra como el iris y la peonia. Ese perfume en frasco oblongo con un moño de encaje es el que disfruto ahora.



Pero no se crean que esta ha sido la última reencarnación de Miss Dior. Este año (2024),  la nariz de Francis Kurkdjan ha creado una extravagancia de frutas, pachuli, cedro,  hasta musgo, apenas el humilde jazmín se conserva del original.

Los Hermanos Dior

Este preámbulo es para ilustrar como Christian Dior y sus productos influyeron en mi vida de Latina de Ayer. Me imagino que otras como yo también tendrán sus historias de sus experiencias con la fabulosa firma. Ahora toca dar una muy resumida génesis de Los Dior y agregar lo que no incluí en mis reseñas de The New Look y mi amago de biografía de Catherine Dior.

Christian y Catherine fueron los menores de los cinco hijos de Maurice Dior, un exitoso comerciante de guano de Sudamérica. Los Dior vivían en una inmensa propiedad en Normandía y tenían un muy buen pasar. La madre, Madeleine, era una mujer distante y severa, pero muy elegante con una gran pasión, la botánica.

                                               Maurice y Madeleine Dior y toda su prole

Fue en su jardín donde Catherine,  apodada “Caro”, aprendió a cultivar y amar las flores. Ahí Christian aprendió la importancia del aroma, de la elegancia de las plantas que se asemejaban a su madre, maestra en refinamiento y buen vestir. La influencia de Madeleine Dior cristalizaría en el New Look.

Christian recibió una excelente educación, y tras pasar su bachillerato, se enroló en la prestigiosa Ecole des Sciences Politiques en París. Catherine recibió la educación propia de una hija de familia. Aunque fue un año a una escuela de niñas en Normandía, su vida escolar la tuvo en casa y quedó en manos de una amada institutriz, Marthe Lefevre. Curioso que la serie no nos muestre a esta mujer que compartiría las horas más oscuras de La Familia Dior. Casi tan curioso como que no se hable para nada de Jacqueline, la otra hija de Maurice Dior.

                                Catherine, después de la guerra, con su padre, Hervé y Marthe

Tragedias Familiares y Vida Bohemia

En el periodo de entreguerras varias tragedias azotarían a Los Dior. Raymond, el hermano mayor, regreso de la Gran Guerra con lo que hoy conocemos como fatiga de combate. Aunque se casó y formó una familia, su depresión se agudizó hasta llevarlo a un intento de suicidio.

Peor fue el caso de su hermano Bernard quien fuese diagnosticado como esquizofrénico lo que obligó a internarlo en un sanatorio del cual no volvería a salir con vida. Es falso lo que cuenta The New Look de que asistiese al funeral del padre.

En 1931 fallecía Madeleine Dior tras una larga enfermedad. La crisis de 1929 había afectado los negocios de su esposo. Poco después de enviudar, Maurice Dior tuvo que abandonar sus propiedades y trasladarse a una granja en el sur de Francia llamada Les Naysses. Lo acompañaron su hija adolescente Catherine y la fiel Marthe.

                                                 Las Naysses hoy en día

Todas estas tragedias domesticas afectarían directamente a Christian que en Paris intentaba sacar adelante una galería de arte. Este negocio fracasó, pero le dio al joven Dior la oportunidad de hacer contactos en el mundo bohemio, de admitir su homosexualidad que siempre llevaría con gran discreción,  y de explorar su talento para el dibujo.


                                                  Christian Dior jóven

Les Naysses,  no daba suficiente para mantener a la familia por lo que Christian comenzó a trabajar como ilustrador de revistas de moda. Robert Piguet vio algunos dibujos de Dior que eran también diseños de vestidos y lo contrató como modisto en su taller. Christian comenzó a vivir con holgura en un gran piso parisino.

A ese piso llegaría Catherine, ahora mayor de edad, interesada en compartir vida y amistades de su hermano . Christian encantado, consiguió a su hermana un empleo vendiendo guantes y sombreros, y presentándola con su círculo de amigos incluyendo a Jacques Homberg, que sería pareja de Dior por varios años.

Se sabe poco de Homberg,  a pesar de él pertenecer a una conocida familia judía de banqueros. El romance puso a Dior en contacto con un alma gemela que, como él,  amaba los viajes y el arte, ambos se convirtieron en coleccionistas. Aunque la relación dejó de ser romántica durante la guerra,  Dior y Homberg continuaron con una amistad platónica que duraría hasta la muerte del diseñador.

La Segunda Guerra Mundial acabaría con esa vida idílica. Christian y Raymond Dior fueron llamado a filas, Catherine dejo su empleo y regresó a Grasse a la granja del padre. El Armisticio desmovilizó a Christian que también partió a pasar un tiempo con su familia en Provenza.  Raymond cayó prisionero de los alemanes.

                                                    Catherine al comienzo de la guerrra

El Calvario de Miss Dior

Un año más tarde, Raymond fue puesto en libertad, Christian encontró empleo en el atelier del gran Lucien Lelong y Catherine, en Cannes, conocería al amor de su vida y junto a él decidiría su destino. No quiero gastar tiempo contando la historia de amor de Caro y de Hervé des Charbonneries ni su labor en la Resistencia, puesto que he hablado de eso en su biografía en Confesiones de una Gata Seriefila.

Basta decir que después de tres años de actividad resistente, F2 , la célula donde operaban Catherine y Hervé fue infiltrada por la Gestapo. Hervé debió buscar un escondite y la pareja se separó. Caro se fue a Paris, a vivir con Christian y continuó con sus actividades de la Resistencia. Los detalles de su arresto por la Gestapo de la Rue de la Pompe, su tortura y deportación a Ravensbruck los he narrado con detalle en su biografía.

Por fin he encontrado en otros artículos la información que Justine Picardie nos negó. Mademoiselle Dior estuvo poco tiempo en el campo de exterminio. Pronto fue enviada a trabajar en una fábrica de municiones en Torgau, luego en otra factoría localizada en una mina abandonada en un campo satélite de Buchenwald.

                                       Documento que certifica que Catherine fue deportada

El destino final de la vida de esclavitud de Caro fue en una fábrica de piezas para avión en Leipzig. Allá la liberaron los americanos en la primavera de 1945. La indómita mujer creyó poder volver a París por sus propios medios, pero colapsó en Dresde. Las autoridades militares estadounidenses la pusieron en un hospital. En ninguna parte se ha hablado de que Catherine fuese violada por los rusos. Eso salió de la mente afiebrada de Justine Picardie.

Catherine regresó en tren a Paris a comienzos del verano de 1945. Estaba tan demacrada que le costó trabajo a Christian Dior reconocerla. Cuando la llevó a su piso le tenía preparado un soufflé de queso—el platillo favorito de su hermana—pero Caro estaba demasiado desnutrida para poder comer algo tan rico en calorías.

Catherine pasó un tiempo breve con su hermano en Paris para luego marcharse a convalecer a Les Naysses. Allá la esperaban su padre, la fiel nana Marthe y Hervé. Acabada la guerra, Hervé y Lucie se separarían de facto. El Barón des Charbonnerie se iría a vivir con Caro y para todos los efectos serian una pareja.

                                                Hervé y Catherine en París a fines de Los 40

La “suegra” de Catherine la quería como si fuese su nuera y le regaló un brazalete con dos discos. Uno con la fecha de su llegada a La Rue de la Pompe y el otro con la fecha de su liberación. Los hijos de Hervé comenzaron a pasar las vacaciones con la mujer del padre y pronto—sobre todo el pequeño Hubert—aprendieron a quererla y verla como una segunda madre.

Catherine incapaz de engendrar— debido a las torturas de la Gestapo— encontraría en los hijos de su pareja los medios para desahogar su amor maternal. Otro niño que recibiría su cariño seria su ahijado Nicolas Crespelle, hijo de Lilian, compañera de Caro en La Resistencia. Nicolas es una de las pocas personas que conoció a su madrina en vida y Justine Picardie lo cita mucho a través de su libro.

                                             Catherine y su ahijado Nicolas

Voy a detenerme aquí, cerca de 1947, el año clave de la vida de Christian Dior, el año en que nacieron el perfume Miss Dior y The New Look. Seguiré en otra entrada hablando de los Hermanos Dior, de cómo le llegó a fama a Christian, de la influencia de Madeleine y su amor a las flores y como el New Look la homenajea.

Hablaré también de como las flores llevarían a Catherine a seguir una carrera antes abierta solo a los hombres; de cómo su pasado resurgiría tanto en reconocimientos como en un juicio en contra de sus torturadores. Hablaremos del final prematuro de Christian Dior, de cómo su hermana mantuvo viva su memoria y la defendería aun de su propia familia.