lunes, 25 de marzo de 2019

Latinas en Hollywood: Margo



Margo es un enigma hollywoodense. Una “niña bien” mexicana que sin soñar ser actriz se convirtió en estrella de Hollywood y de Broadway, todo para un día abandonar su carrera sin dar explicación. ¿Será verdad que en tiempos de la “Amenaza Roja”, Margo fue incluida en la famosa Lista Negra que le cerró las puertas de Hollywood? ¿O simplemente prefirió ser esposa y madre antes que seguir una vida ficticia ante las cámaras?

Maria Margarita Guadalupe Teresa Estela Bolado y Castillo y O’Donnell nació en la Ciudad de México en mayo de 1917. Como indica su nombre, era una típica ‘Niña Bien”. Hija de un médico, se crió en una familia de clase media acomodada, humanista y amiga de las artes. La hermana de su madre, Carmen Castillo, fue una de las primeras mujeres en cantar boleros en México.

A Margo lo que le gustaba era el baile. Tanto fastidió que sus padres la llevaron a Los Ángeles a tomar clases con Eduardo Cansino, el padre de Rita Hayworth. Cansino era un ser humano repugnante, pero era un gran bailaor de flamenco y un buen profesor. Fue en ese entonces que los padres de Margo le permitieron quedarse en Los Ángeles con su abuela y su tía Carmen quien incursionaba en Hollywood como doble de Dolores del Rio.
Carmen Castillo y Dolores del Río

Margo se presentaría en público por primera vez en 1927, a los 10 años, en un teatro de Los Ángeles. En 1929, cuando Margo tenía 12 años, su tía Carmen se casó con el famoso director de orquesta Xavier Cugat. Rápidamente Cugat reconoció el potencial de su nueva sobrina y la incorporó a su troupe de bailarines.
Los Cugat

En 1933, Xavier Cugat fue contratado por el prestigioso Waldorf Astoria. Todas las noches, lo mas granado de la sociedad neoyorquina subía al techo del hotel al restaurant Starlight donde Cugat les presentaba un ritmo nuevo: la rumba. Y la rumba la bailaba la quinceañera Margo.

Una noche, Ben Hecht y Charles MacArthur presenciaron el acto bailable de la adolescente. Este dúo de escritores estaba haciendo historia con sus comedias semi independientes de Hollywood que ellos mismos dirigían y producían en los estudios de la Paramount, aquí en Astoria. Solo ver a Margo y ya comenzaron a acosarla para que trabajara con ellos en su próxima cinta “Murder Without Passion”. 

Margo tenía 16 años, nunca había pensado en ser actriz, pero la oportunidad le pareció interesante.
Hoy considerada un clásico de culto, “Murder Without Passion” gira en torno a Lee Gentry (Claude Raines) un prominente y ególatra abogado. Lee ha encontrado una mujer que le interesa, pero para acercársele debe librarse de su querida, la bailarina Carmen Brown (Margo). Primero la acusa de serle infiel y luego Lee le dispara accidentalmente. Ahora le tocara a él burlar la ley usando todas sus artimañas de leguleyo.

El filme fue todo un éxito y Margo aceptó hacer otras películas para la Paramount. En “Rumba” era la antagonista, Carmelita, la compañera de pista de George Raft, pero que lo pierde cuando aparece la platinada Carole Lombard. Margo ya conocía a Raft de su época de bailarina cuando ambos compartieron un acto en el Teatro Paramount de Nueva York.

El próximo proyecto de Margo fue para la Metro. En “Robin Hood of El Dorado”, basada en la vida de Joaquín Murrieta, Margo encarnó a Rosa, la primera mujer del legendario bandido cuya violación y asesinato empujaban al mexicano a una venganza que lo sacaba de las fronteras de la ley.

Con este proyecto, Margo dejó a un lado a Hollywood. También estar siempre encarnando a “Rositas” y “Carmelitas” debe haberle resultado un poco aburrido. Regresó a Nueva York y se enroló para tomar clases de actuación en la famosa escuela de drama de Benno Schneider. Ahí tendría como compañeros a Burgess Meredith y a Vincent Price quien seria su amigo de por vida.

Fue de esa escuela que Margo (y Burgess Meredith) saltó al escenario y ya no para bailar sino como la protagonista de la obra Winterset que le ameritaría elogios de la crítica. Inspirado por el caso de Sacco y Vanzetti, en Winterset Maxwell Anderson narraba la historia de Mio Romagna (Meredith) cuyo padre fue injustamente ejecutado. Años más tarde intentaba probar la inocencia del padre, pero caía en las garras de la Mafia.

Por primera vez, Margo interpretaba un personaje que no era latino. Miriam Esdras era la novia judía de Mio, pero también la hermana del único hombre capaz de limpiar el nombre del padre ejecutado. Tan buena prensa obtuvo la obra y sus protagonistas que Hollywood se los trajo a California para filmar Winterset. Hoy es un filme un poco pasado de moda, con diálogos inconcebibles, pero se admira como se pudo conservar la sensación claustrofóbica del escenario y el espíritu de justicia social (a pesar de un obligatorio final feliz impensado por Anderson) del original.
Margo y Burgess Meredith en Winterset

Margo se había convertido en una actriz reconocida. Ahora podía trabajar para grandes directores como John Ford quien la quería emparejar con Errol Flynn el nuevo ídolo australiano. En “Huracán” Ford los visualizaba como la pareja de ingenuos protagonistas polinésicos. Sin embargo, Samuel Goldwyn les cortó las alas a todos exigiendo que Dorothy Lamour, quien ya iba camino a ser “la Reina del Sarong”, y Jon Hall fuesen los protagonistas.

A Margo no le importó porque pronto trabajaría con otro gran director. A Frank Capra le habían asignado la adaptación de Lost Horizon, el bestseller de James Hilton. A pesar de que no era su estilo, el siciliano probó su versatilidad con este cuento fantástico sobre un grupo de europeos cuyo avión cae en el Tíbet y son rescatados por los habitantes de la fabulosa Shangri-La, un paraíso perdido donde nadie envejece o se enferma.

Margo era Maria, una joven que lo ha sido desde su llegada a Shangri-La hace medio siglo. A pesar de que solo lleva 50 años en ese lugar paradisiaco, María esta aburrida y quiere volver a la civilización. En el grupo de viajeros encuentra George Conway (John Howard), hermano del protagonista. George es el único que se siente fuera de lugar en Shangri-La y desea marcharse. Su hermano David (Ronald Colman) le advierte que María no soportará la salida al mundo exterior y que puede envejecer súbitamente y morir.

Ni Maria ni George le creen y parten juntos. Y aquí viene el momento más recordado del filme, en las nieves la octogenaria María comienza a perder fuerzas. Los años se le vienen encima y se convierte tan velozmente en una anciana decrepita que muere. George se suicida.
María envejecida

 A pesar de la fragilidad de los efectos especiales la decrepitud de María fue una escena impactante. Tanto que veinte años más tarde se la recordaría en el musical “bye. Bye Birdie” cuando un personaje refiriéndose a lo avejentada que se ve Karen Ziemba la describe como “Se parece a Margo cuando salió de Shangri-La”

A pesar de que el rol femenino más importante era el de Jane Wyatt, la gente ya reconocía a Margo por este y otros roles, pero a la mexicana no parecía importarle su carrera hollywoodense. Volvió a Broadway en otra pieza de Maxwell Anderson y, más importante que todo lo demás, a fin de año se casó en Las Vegas con el actor Francis Lederer. Después de la boda, la nueva Mrs. Lederer se retiró un breve tiempo del cine.
Margo y Francis Lederer

Francis Lederer era nacido en Checoeslovaquia, pero había hecho su carrera en el cine silente alemán donde había alcanzado la fama como uno de los amores de Louise Brooks en el clásico “La Caja de Pandora”. La subida al poder de Hitler había obligado a Lederer, que era judío, a exiliarse, primero en el Reino Unido luego en California donde estaba ya convirtiéndose en un ídolo de matinée hollywoodense.

Es la época de su primer matrimonio la que daría que hablar una década más tarde   con relación a las “actividades políticas’ de Margo.  En el libro Ronnie and Nancy: The Path to the White House: 1911-1980, Bob Collacello cuenta que, en 1938, ¡Eddie Albert y “su esposa Margo “habían disuadido a Ronald Reagan de unirse al Partido Comunista! También Collacello describe a Margo como “Far left”.

Este fue un rumor creado por el novelista Howard Fast (Espartaco, Los Inmigrantes) que era miembro del partido. Según Fast fue la alta jerarquía comunista quien dio la orden a los Albert de disuadir a Reagan puesto que no era considerado un buen elemento.

Eso es un ramo de mentiras.  Fast se unió al Partido Comunista en 1943, cinco años tras los hechos. En 1938, Margo no estaba casada con Albert, ni lo conocía. Ni Eddie ni Margo fueron nunca miembros del Partido Comunistas. Margo era antifascista, poseía una gran conciencia social y puede considerársela de tendencias socialistas, pero ‘far-left”es una exageración, pero lo que ocurriría a Los Albert una década más tarde es un ejemplo de ese histerismo paranoico que arruinó vida y carrera de muchos inocentes.

Pero volvamos a 1939, cuando Margo filmaría otra cinta, hoy olvidada, titulada “Miracle on Main Street”.  Lo interesante es que se le hizo una versión en castellano y Margo regresó a su país a filmarla junto al nuevo galán del cine mexicano, Arturo de Córdova. Es un filme sencillo, pero conmovedor, que debería ser más conocido incluso como película navideña.
Margo en "Milagro en la Calle Mayor"

Maria Porter (Margo) es una bailarina de burlesque que trabaja en la taberna de su marido delincuente. La noche de Navidad, la pareja intenta asaltar a un borracho que resulta ser un policía encubierto. Maria alcanza a huir, se refugia en una iglesia donde se encuentra con un bebé abandonado. Gracias a ese bebé, María deja la vida sórdida, se vuelve una diseñadora de renombre y hasta se enamora…pero regresa el marido…

Ya en México, Margo comenzó a tomar lecciones de bailes folclóricos sin olvidarse de su flamenco. En 1940, dio un recital de baile español en el Teatro Nacional de Ciudad de México. Tanta ausencia afectó su matrimonio y al regresar a Estados Unidos, Mago hizo una parada en Reno para divorciarse de Francis Lederer.

Tras su divorcio, Margo se tomó otro descanso del cine, pero manteniéndose activa en otros medios. En 1941 estuvo en la obra Tarnyard Dreams que duró apenas una semana en cartelera. Al año siguiente Margo encontraba otro medio para hacerse conocida, la radio. Por más de un año, Margo haría apariciones en las ondas radiales en episodios de la serie “Suspense” que se especializaba en adaptar cuentos de misterio.

El público no la olvidaba. En noviembre de 1942, en una venta de bonos de guerra en Atlantic City, Margo recaudó $37,000 en una sola jornada. Ese mes, se convirtió en ciudadana estadounidense. En diciembre de ese año, el periódico PM le hizo un reportaje ilustrado por fotografías de Mary Morris. Una mirada retrospectiva al artículo escrito por Peggy Wright muestra la ironía de como Margo era vista como una promotora de las políticas gubernamentales, y como menos de diez años, se la representara como alguien contrario a los ideales norteamericanos.



Eran los días de La Política del Buen Vecino y Margo estaba siendo utilizada por la propaganda de la Administración Roosevelt como un puente entre México y USA. Según palabras del vicepresidente Wallace ella era “La Voz de las Américas”.  El mismo articulo la describe como la propagandista no oficial de una campaña de buena voluntad entre su país natal y el adoptivo e incluso se refiere a ella como “Home-front Hero” (heroína del frente doméstico).

Gracias al artículo nos enteramos de que, en 1942, Margo anda ocupada dando charlas en universidades y escribiendo una columna para Walter Winchell. Su propósito es eliminar falsos conceptos sobre México y los mexicanos. En la entrevista, Margo intenta explicar que lo que aparentemente es pereza en los mexicanos es apatía nacida de la miseria y de la falta de progreso y alaba al gobierno de Lázaro Cárdenas que cambió las condiciones sociales del mexicano. Unos años más tarde la alabanza a un gobierno considerado “rojo” y el vehemente clamor por justicia social de Margo serán vistos como subversivos.

Yo soy anti-izquierda, pero como Margo, creo en la justicia social y no puedo evitar sentir admiración por esta jovencita (Margo tenía 25 años para esa entrevista) tan erudita, despierta e informada. No solo evidencia lo absurdo del desprecio de los Anglos por los mexicanos, pero también demuestra que Margo no era la actriz latina común obsesionada con frivolidades y publicidad.

Aun así, 1943 sería el canto del cisne para la nueva americanita, pero también su último gran año en Hollywood.  Margo firmó contrato con la RKO para tres filmes.  Aunque la RKO siempre había sido considerada una productora modesta, ahora estaba ganando dinero gracias una serie de filmes de terror producidos y dirigidos por una mancuerna conformada por Val Lewton y Jacques Tourneur. Tras el éxito de “Cat People” (1941) y “I Walked with a Zombie” (1942) Lewton y Tourneur se habían embarcado en “The Leopard Man” una adaptación de Black Alibi de Cornel Woolrich.

“El Hombre Leopardo” hasta hoy es considerado un clásico del cine de terror. En Santa Fe, Nuevo México, la cantante Kiki (Jean Brooks) se ve eclipsada por la bailarina Clo-Clo (Margo). Su agente (Dennis O’Keefe) le aconseja incorporar un jaguar a su acto para hacerlo más exótico.  La envidiosa Clo-Clo asusta al felino con sus castañuelas y lo hace huir.

Poco después varias mujeres son asesinadas aparentemente por el jaguar. Tras una lectura negativa del Tarot, la supersticiosa Clo-Clo cree que ella será la próxima víctima. A pesar de que Kiki es la protagonista, Margo recibe el primer crédito y su trabajo, como siempre, es lo mas memorable de la cinta en términos de actuaciones.

Consciente de eso, la RKO le da el rol protagónico de su ambiciosa adaptación del libro del periodista James R. Young, Behind the Rising Sun. El libro publicado meses antes del bombardeo de Pearl Harbor, describe el Japón moderno aun atado a sus tradiciones, y el peligro que representa para Occidente. La RKO compró el libro por el titulo sin conocer su contenido. La adaptación aun hoy debería ser aplaudida puesto que para ser un filme de propaganda es el único de ese entonces (y posiblemente el único hasta “Hiroshima, Mon Amour”) en mostrar japoneses decentes y de intentar explicar qué provoca la brutalidad de un pueblo en contra de otros.

Tom Neal es Taro Seki, joven de buena familia, quien regresa a Tokio en 1936 tras su graduación de Cornell. Taro está totalmente americanizado, prefiere la amistad con caucásicos, no se mide por tradiciones (para él) ridículas y termina de novio de Tama (Margo), la secretaria de un estadounidense. Ahí las tradiciones le ponen obstáculos. Para casarse necesita del permiso de su padre (J. Carroll Naish) quien se rehúsa ya que Tama, hija de granjeros, no es de casta aristocrática por lo tanto su matrimonio está prohibido.
Margo y Tom Neal

Entretanto, Japón ha invadido China y Taro es reclutado. En Manchuria es testigo de las atrocidades cometidas contra la población civil. En vez de repudiarlas, Taro abraza las ideas expansionistas y militaristas del gobierno de Tojo. Su padre ha aprendido a apreciar a Tama y consigue que una familia amiga la adopte para que así pueda entrar en el circulo aristocrático al que pertenecen los Teki, pero para cuando regresa Taro, y Tama se entera de su nueva manera de pensar, el matrimonio se convierte en un plan del pasado.

Después de Pearl Harbor, Taro se vuelve mas fanático. Tama es acusada de espionaje, arrestada y torturada. Taro incluso declara en contra de su exnovia. Taro muere en la guerra. Tama es rescatada de la cárcel durante el bombardeo de Dollitle, pero rechaza la oportunidad de huir del país, creyendo que cuando acabe la guerra personas como ella serán necesarias para reconstruir al Japón.

“Behind the Rising Sun” fue el mayor triunfo de Margo en la taquilla y el llevar el primer crédito demostró que volvía a ser un miembro reconocido de la comunidad de estrellas de Hollywood. Sol Naciente fue la primera película de Margo que vi en mi vida y me creí tanto el personaje que hasta que vi “Horizontes Perdidos” no supe que ella no era japonesa.

La última película que Margo hiciera para la RKO fue “Gangway for Tomorrow”. Otro de los esfuerzos de propaganda hollywoodense, “Gangway” relata vía flashback la historia de cinco personas (tres hombres y dos mujeres) camino a la fabrica de aviones donde trabajan. Margo es Lisette Rene, una resistente francesa que, tras huir de la Gestapo, ha logrado llegar hasta Estados Unidos. Otra vez Margo obtenía el crédito principal.
Margo como Lisette

En 1944 el contrato con la RKO expiró, pero estaban dispuestos a renovarlo. Incluso se habló de tenerla junto a Paul Henreid en la adaptación del nuevo bestseller de Pearl Buck, China Sky. Mientras se arreglaban las negociaciones, Margo volvió a Nueva York y a Broadway.

A Bell for Adano le había ameritado a John Hershey un Premio Pulitzer y ahora este superventas había sido adaptado para el escenario. Aunque no era un romance, Tina era el personaje femenino mas importante en este cuento de un oficial italoamericano que intenta ayudar a los habitantes de una aldea castigada por el fascismo y la guerra. Frederic March daba vida al Mayor Joppolo y la obra abrió con muy buena crítica.
Margo y Fredric March


A pesar del éxito en Broadway, 1945 trajo dos desilusiones para Margo. “China Sky” fue filmada con una desconocida, Ruth Warwick, en el rol principal. Mas triste aun, cuando la 20th Century Fox adaptó A Bell for Adano se despreció el elenco teatral. El gran Frederic March fue reemplazado por John Hodiak, a quien estaban intentando convertir en ídolo de matinée. Se le dio un toque romántico a su relación con Tina y esta fue interpretada por Gene Tierney que tenia mas cartel que Margo. De hecho, llevó el primer crédito. La ironía es que “La Campana de la Libertad” es considerada hoy un clásico del cine de la Segunda Guerra Mundial, pero la única crítica que recibe es que Gene Tierney está totalmente fuera de papel.
Gene Tierney y John Hodiak

Margo no tuvo tiempo de desilusionarse. El amor de su vida era ahora parte de su presente. Años más tarde Margo hablaría de que conoció a su marido por el exitoso filme “Brother Rat”, comedia de escuela militar protagonizada por Ronald Reagan y Eddie Albert. Margo pensó que el ‘ultimo seria alguien de quien pudiera enamorase. A sabiendas, una amiga la presentó con Eddie Albert en 1945, siete años después del filme.

Eddie, como Margo, había trabajado en el cine y el teatro, también había sido pionero de la televisión. La guerra lo había alejado de la actuación. Pre-Pearl Harbor, había trabajado para los servicios de inteligencia estadounidense, luego se había enlistado en el servicio de la Guardia Costera finalmente había visto servicio activo en el Pacifico. Su valor al rescatar a sus compañeros en La Batalla de Tarawa le ameritó una Estrella de Bronce.
Margo y Eddie en el Stork Club

Eddie, todavía de uniforme, era un verdadero héroe. Pero Margo no era el tipo de mujer superficial que se dejaba deslumbrar por un uniforme. Lo que le atraía de Eddie era que ambos compartían las mismas ideas y preocupaciones por los menos privilegiados. En 1945, Margo y Eddie se casaron.
Los recien casados


Entremedio de su trabajo en Broadway y su boda, Margo se dio tiempo de acompañar a su tía a los tribunales. 1946  fue el año en que Carmen Castillo se divorció de Xavier Cugat.
Margo y su tía Carmen

Los Albert no volvieron inmediatamente a Hollywood. Eddie estaba interesado en la naciente industria televisiva. En 1948, Margo lo secundaba, debutando en el “Teleteatro Chevrolet”, al que seguiría una adaptación de “La novia viste de negro” de Cornell Woolrich para el programa “Suspense” en el cual Margo había participado cuando era un radioteatro.

Para el regreso de los Albert a California, las cosas no se veían bien en Hollywood. La Segunda Guerra Mundial había dado paso a La Guerra Fría. La expansión soviética en Europa y la nueva China Roja habían provocado un pánico de que Estados Unidos estuviese en la mira de los marxistas. Un extraño fenómeno es que se temía que el comunismo minase la sociedad estadounidense desde su interior destruyendo el modo de vida norteamericano.

Debido a eso comenzaron a monitorearse las películas de Hollywood y a quienes tomaban parte en su fabricación. El Comité de Actividades Antiamericanas que había sido creado para descubrir agentes fascistas ahora se enfocó en Hollywood. La ironía es que durante La Segunda Guerra Mundial no solo se habían hecho filmes glorificando la Rusia de Stalin, sino también promoviendo los que ahora se consideraban valores revolucionarios.

Hubo interrogatorios en los cuales se buscaba descubrir quienes habían sido o eran miembros del Partido Comunista o simpatizaban con ideas marxistas. Se obligó a miembros bajo sospecha a presentarse en el Congreso a responder un interrogatorio. Diez se negaron a responder y fueron encarcelados. Entre los “Diez de Hollywood” estaba Edward Dmytryk quien había dirigido a Margo en “Behind the Rising Sun”. Los Albert nunca fueron miembros de ningún partido, pero se sabía que apoyaban públicamente a los Hollywood Ten, que tenían ideas socialistas, y que Margo había asistido a manifestaciones antifascistas. Eso era suficiente.

Comenzaron a aparecer panfletos conocidos como Red Channels (canales rojos) en los que aparecían nombres de sospechosos. Aunque entre ellos había verdaderos comunistas como Dashiell Hammeett y su pareja, la rabiosa estalinista Lilian Hellman, había gente cuyo único pecado era haber sido antifascista como Dorothy Parker, Orson Wells y Doña Lolita del Rio. Los Albert estaban también en esa lista. El mayor peligro era ser boicoteado y vetado, pero según el hijo de Margo, el también actor Edward Albert Jr., su madre fue insultada, atacada en la calle y hasta la escupieron. Hubo que ponerle un guardaespaldas.

Por supuesto, Los Albert tenían una salida. Mucha gente en Hollywood optó por delatar amistades comunistas y así limpiar sus nombres. Los Albert no eran delatores. Gracias a su récord militar, Eddie pudo seguir en el cine. En 1953 recibía una nominación al Oscar por su rol del amigo fotógrafo de Gregory Peck en “La princesa que quería vivir”.

Margo era otra historia. No volvió a hacer cine sino en roles terciarios como una soldadera en “Viva Zapata”, un filme sobre mexicanos en que los roles principales estaban en manos de Anglos. También apareció en un par de filmes junto a su marido y fue la madre de la protagonista (Diane Varsi) en el western “Del Infierno a Texas”.

La mayor parte de su trabajo fue en la televisión, sobre todo en westerns como “Rawhide” o “Las Aventuras de Jim Bowie” La televisión de los 50 era de impensada calidad puesto que había dado refugio a muchos exiliados de Hollywood. En los 50 también Margo comenzó a armar una familia. En 1951 nacía su único hijo biológico Edward Albert Jr. Tres años mas tarde, sabiendo que Margo no podría volver a ser madre, Los Albert adoptaron una huerfanita española llamada María.
Margo y sus hijos

En 1953, Eddie Albert obtuvo su propia serie “The Eddie Albert Show”, un programa de variedades. Inspirado por la música, Eddie convenció a su mujer de crear un acto juntos combinando baile y música en varios idiomas. 
Los Albert en El Show de Ed Sullivan


En 1954 comenzaron a llevar este acto a centros nocturnos de Nueva York y Las Vegas y en 1956 grabaron un disco “Eddie Albert y Margo”, seguido por “September Song”.

Para los 60, Los Albert se habían instalado en California en una hermosa casa de estilo español en Pacific Pallisades. Margo había comenzado a dar clases de actuación. 1965 fue un año importante para la familia Albert. Edward Albert Jr. de 14 años debutó en el cine junto a Tony Perkins en “The Fool Killer”. En contraste, su madre hizo su última actuación como la asesina Serafina Buccio en un episodio de “Perry Mason”.

A Eddie Albert lo habían buscado para protagonizar varias series de televisión. Ya se había rehusado a ser Wilbur en “Mr. Ed” y le había cedido a Fred Murray, el rol protagónico de “My Three Sons”, pero el papel de un afamado abogado citadino que, junto a su sofisticada esposa (Eva Gabor), se va a vivir en una granja apeló al lado medioambientalista y naturista del actor.

“Green Acres” fue todo un éxito y duró seis temporadas. Margo aplaudía y apoyaba los proyectos artísticos de su esposo e hijo (en 1972 Edward Albert Jr. ganó un Globo de Oro por “Las mariposas son libres”). Después de todo, Hollywood la había buscado a ella y la actuación nunca había sido su pasión.

Se podría pensar que su mayor ambición fue su familia. En entrevistas, sus hijos siempre tuvieron palabras de elogio para referirse la madre que les dio un hogar armónico, les enseñó la importancia de servir al prójimo y ayudar a los desposeídos, y les inculcó aprecio por sus orígenes latinos (entre Margo y Maria, convirtieron a Edward Albert Jr.  En hispanoparlante).


Edward Albert como el novio perdido de La Dra. Quinn

Sin embargo, la energía militante de Margo necesitaba de un ‘ultimo proyecto, uno muy diferente a los que había abrazado anteriormente. Margo iba a combinar su cariño por la población mexicana del Este de Los Ángeles, su afán por culturizar a los mas pequeños, y su amor por la arquitectura en su mejor obra: La Plaza de la Raza.

En 1969, Margo creo un grupo que se oponía a la demolición de un antiguo edificio en Lincoln Heights. Tras vastos esfuerzos no solo se salvó el lugar, sino que, en 1970, ella y el líder sindicalista Frankie López fundaban La Plaza de la Raza. El humilde cobertizo para botes se convirtió en un gran centro cultural y educacional para la población chicana.

Se ofrecieron clases en español desde las de actuación dictadas por la propia Margo hasta programas de alfabetización para adultos.  Hubo exposiciones de arte local y obras de teatro. Pronto la Plaza era famosa más allá de las fronteras. David Alfaro Siqueiros donó una de sus pinturas para la galería. Hasta hoy, La Plaza de la Raza es un tributo a Margo, ejemplarizado por su teatro que lleva el nombre de la actriz.
Margo y el comite de La Plaza de la Raza

Sin embargo, Margo no se involucró solamente en este proyecto. En 1980, el presidente Ronald Regan quien nunca había dejado de ser amigo de Los Albert (también fue su vecino en Pacific Pallisades), le daba la bienvenida a Margo como nuevo miembro del Consejo Nacional para las Artes y las Humanidades. Margo también sirvió en el Comité Presidencial de las Artes y Humanidades y en muchas otras organizaciones artísticas relacionadas con Los Ángeles tales como La Comisión para el Bicentenario de la ciudad o los comités que aconsejaban a la alcaldía en temas artísticos y culturales. Para ser una mujer que una vez había sido tildada de antiamericana, al final de su vida, Margo fue reconocida como un ejemplo de civismo.
Margo y el Presidente Reagan

En 1985, Margo Albert fallecía víctima de un tumor cerebral. Tenía 68 años. Toda su vida estuvo dedicada a tres amores: su familia, el arte y la misión de llevar este ultimo a quienes por razones de raza y clase social no tenían acceso a el. Se puede decir que su paso por Hollywood fue accidental, pero tanto su contribución al cine estadounidense como la manera ignominiosa en que se obstruyó su carrera, la señalan como otra peculiaridad de la experiencia latina en Hollywood.

  

lunes, 18 de marzo de 2019

Aromas del Ayer: Los Perfumes de Estee Lauder



Estee Lauder es un nombre reconocido mundialmente en la perfumería y la cosmética. Sus perfumes son un caleidoscopio de influencias desde lo refinado hasta lo exótico, pero es su historia personal que refleja el sueño americano y la experiencia del inmigrante, la que define la variedad de sus aromas.

Yo llegué a Estados Unidos, en 1974, en pleno auge de Estee Lauder. Sus productos se vendían en tiendas y farmacia; sus perfumes (Estee, Aliage y Azuree) eran usados por maestras compañeras, y vecinas; las revistas mostraban fotografías de la exitosa empresaria y hacían semblanzas de su vida y milagros. Esa señora, que sin ser guapa se veía bien conservada y muy chic, daba la impresión de pertenecer a una gran familia.

Fue en Ezra Academy, en 1976, donde descubrí que Estee Lauder era un modelo para las chicas judías estadounidenses, ya que representaba un pasado que era el de ellas: hija de inmigrantes, clase media trabajadora, empeñosa y creativa. Ahí comencé a verla con otros ojos.

De Esther a Estee
Rose Schotz dejó su Hungría natal en 1899 para cruzar el Atlántico, en compañía de sus cinco hijos, para reunirse con su marido en Nueva York.  Al parecer el tiempo y separación había afectado al esposo porque pronto la abandonó.

Rose no se amilanó. America era el lugar de los imposibles, lo importante era no echarse a morir. Con buena actitud y preocupada siempre de verse y sentirse bien, en 1905 Rose contraía nupcias con Max Mentzer, un almacenero que, como ella, venia del Imperio austrohúngaro y al que la novia le llevaba diez años. 

Un año más tarde, ya establecidos aquí en QueensCorona para ser más exactos los Mentzer recibían a su primera hija Josephine Esther. Si cuento esto es para indicar que la idea de independencia, y el desprenderse de las tradiciones de su madre forjarían el espíritu de “Estee” como la apodaban en la familia.

Estee Mentzer tuvo una infancia y adolescencia típica de las chicas de clase media judía de Queens. Su familia no tenía dinero. Después de la escuela, Estee ayudaba en la ferretería de su padre. Tras graduarse de Newtown High School (de donde se graduó mi hermana Victoria y donde lleva enseñando casi 30 años) Estee comenzó a trabajar con el hermano de su madre, John Schotz.


El Dr. Schotz, químico de profesión, tenía un laboratorio donde fabricaba cosméticos. Pronto la sobrina superaba al tío en el arte de fabricar cremas de belleza. Más allá de ser cosmetóloga, Estee tenía el don de la promoción y se dedicó a ofrecer los productos de su tío en clubes, balnearios, farmacias y salones de belleza. Estee era implacable en su búsqueda de nuevos clientes y acosaba a la gente hasta en los elevadores.

Aunque su carta de presentación era su hermoso cutis, no todas sus experiencias eran agradables. En 1930, en una peluquería, Estee admiró una blusa de una clienta y le preguntó dónde la había adquirido: “¿Para qué quieres saber si no tienes dinero para comprarla?” fue la respuesta de la esnob. Estee se juró algún día ser millonaria no solo para comprar blusas sino para evitarse humillaciones.

Ese año, Estee se casó con Ralph Lauter y en 1932 nacía su primer hijo Leonard que eventualmente heredaría el negocio de sus padres (hoy la compañía es manejada por William Lauder, hijo de Leonard). Sin embargo, a sus 30 años, Estee estaba frustrada. A pesar de que tenía una docena de salones de belleza que compraban los productos de su tío, ella deseaba más. 
Estee y su marido, 1930

Su sueño era elevar su negocio al nivel de Revlon o Elizabeth Arden. En 1937, los Lauter, cambiaron una letra de su apellido para que sonara menos extranjero, pero la insatisfacción de Estee la llevó a divorciarse y a marcharse a Miami a iniciar una nueva vida.

Dos años le tomaría a la cosmetóloga darse cuenta de cuanto amaba a su ex. En 1939, Estee y Ralph volvían a casarse. poco después nació su hijo Ronald que llegó a ser Embajador en Austria y que hoy dirige la Organización Judía Mundial.
Estee y sus hijos

Nace un imperio
En 1946, los Lauder cumplieron su gran sueño abriendo el emporio Lauder (que eventualmente se convertiría en las Compañías Estee Lauder) en un viejo restaurante de Manhattan. Desde el comienzo, Estee decidió que sus productos fabricados por ella misma en la cocina eran demasiado refinados para venderlos a simples droguerías. Ella ambicionaba venderlos en lugares distinguidos.

 Comenzó con la elegante tienda de departamentos Lord &Taylor y luego aspiró más alto, acercándose a la encopetada Sacks Fifth Avenue. Ahí se encontró con un obstáculo. El dueño, un poco condescendientemente, le dijo que sus clientas nunca habían oído hablar de los productos Lauder por lo que no había demanda.

A Estee nada la detenía. Se presentó en una cena de caridad del Waldorf-Astoria donde se reunía lo mas granado de la sociedad neoyorquina y obsequió a las damas presentes muestras de sus lápices labiales.  Hasta entonces los pintalabios venían en ordinarios envases plásticos, Estee Lauder les había creado a los suyos unos elegantes estuches de metal dorado. A la mañana siguiente, Sacks recibió 800 pedidos de labiales de Estee Lauder.

La cosmetóloga no se dormía en sus laureles y tenía presente que por buenos que fueran sus cosméticos no llegarían a ninguna parte sin una buena campaña de mercadeo. Estee Lauder fue una pionera en muchas estrategias de venta, algunas a las que estamos hoy tan acostumbradas que creemos que nacieron con la industria. Estee fie quien convirtió casi en una obligación que gente famosa publicitara sus perfumes. Recordemos las campañas de Elizabeth Hurley, Gwyneth Paltrow y ahora de Kendall Jemner para vender productos Estee Lauder.
Gwyneth, Elizabeth y Kendall: los rostros de Estee Lauder

A Estee Lauder se le ocurrió que la mejor manera de vender era como de joven había mercadeado las cremas de su tío, ofreciendo una prueba gratis in situ. Por eso ahora podemos permitir que la dependienta nos maquille ahí mismo en el mesón. Otra técnica novedosa de Estee fue la de ofrecer muestras de regalo, y descuentos como agregados a una compra.
Estee maquillando una clienta

Con tan buenas ideas, la firma pronto se convirtió en una empresa millonaria. En 1964, Estee creó la marca Aramis (con colonia incluida) de productos para caballeros, y en 1967 fundó la famosa marca Clinique. Con el éxito de estas filiales, para la muerte de Estee Lauder en el 2004, su empresa era un negocio billonario.

La perfumería de Estee Lauder
Hora es de hablar de la perfumería de Estee Lauder que abarca desde 1953 hasta nuestros días. Para apegarnos a los parámetros de este blog comenzaremos con los más reconocidos desde de los 90 hasta retroceder a 1953, y el debut de Youth Dew, el primer perfume de la compañía.

Eso nos lleva a Pleasures (1995), cuya campaña se apoyaría en los rostros de famosas como Elizabeth Hurley y Gwyneth Paltrow. Muchos critican este perfume por considerarlo azucarado. Incluso lo llaman un perfume “para mamás”. Es cierto que la combinación de violeta, lila, lirio del valle, nardo y fresia puede resultar empalagosa, pero es un perfume apropiado para mujeres que buscan sentirse románticas, vintage y no desean espantar con olores fuertes.

Pleasures es un perfume que se puede adquirir por precios razonables (menos de $50) en USA y en línea. También se vende en Chile, Perú y Argentina, en cualquier Falabella (40.000 pesos chilenos), Ripley en Chile y Perú, y Juleriaque en Buenos Aires. En México lo venden en Almacenes Liverpool

Spellbound de 1991 es un gusto adquirido, porque me cuesta recomendarlo. Va más allá de un oriental porque un ingrediente es el cardamomo, una especia muy pungente, mezclada con el aromático sándalo y dulcificado con damasco.

El cardamomo también aparece en Knowing de 1988, un perfume “maderero” pero que a mi en realidad me huele a musgo, un olor no muy apetitoso. Dicen que Evelyn Lauder se trajo de un viaje en el olfato el aroma a pitósporo, en español azahar de la china. Eso hace a Knowing un perfume tan insólito, el bendito pitósporo. Reitero, el único aroma que percibo es musgo con pachuli.

En 1985, Estee Lauder lanzó al mercado una esencia un poco polémica puesto que Beautiful tiene sus detractores. Se le ha acusado de ser un perfume amargo. Una década mas tarde, mi mamá lo compró en Chile, lo encontró hediondo y me lo regaló. Fue mi primer perfume de marca en Chile.

Como había retomado el hábito del cigarrillo, usaba Beautiful para esconder el olor a tabaco. El resultado es que la directora del instuto donde yo trabajaba decía “se sabe que Maria Elena estuvo en un salón porque deja una estela de perfume”. Nunca supe si era un elogio o un reproche.

Beautiful es la combinación usual de flores blancas: lirio, nardo, jazmín con un toque de azahar. Para equilibrar tanta dulzura, le metieron clavel y lo más audaz, ranúnculo. Si han olido alguna vez un ranúnculo (marigold) concordaran conmigo de que es un poquito fétido, eso es lo que le da personalidad al perfume.

Así llegamos al gran año de Estee Lauder, 1978 en que se anotó dos triunfos con los lanzamientos de perfumes tan dispares como Cinnabar y White Linen El primero era una extravagancia total. Más que oriental, Cinnabar es un perfume de Las Mil y una Noches. Una compañera marroquí lo describió como olor a bazar de Tetuán sin tufo a boñiga de burro.


Clavo, canela, limón y azahar un azahar muy fuerte e intenso. Yo no me atreví nunca a usarlo. Lo apodé un perfume para “noches de disco”.  Una amiga, que era reina de las pistas de baile, me decía que era bueno porque ‘tapaba el olor a sobaco sudado”.  Es triste saber que la nueva fórmula es menos exótica y más mansa.

La contraparte total de la insólita Cinnabar es también, a mi parecer, el mejor perfume de Estee Lauder y uno de los mejores aromas de la segunda mitad del Siglo XX. Hablo de White Linen que no deben confundir con Pure White Linen, una mala imitación de este siglo.

Por empezar me encanta el envase sobrio, elegante, con unos pliegues tanto en el frasco como en la tapa dorada con leves tonos iridiscentes.  Linen significa “lino” en inglés, pero también se refiere a la ropa blanca y es un perfume prolijo y crujiente como sabanas almidonadas.


Comienza con una combinación fantástica de jacinto, violeta y rosa búlgara. Pero esta combinación de cuento de hada se ha masculinizado con el vetiver, el cedro y el sándalo. Es un perfume elegante, pero también tenaz, un perfume para la profesional, la ejecutiva y la intelectual.

A mi madre no le gustaba. Todas las Janukas, mi hermano y mi Pa le regalaban estuches de muestras de perfumes de Bloomingdales, todas traían su frasquito de White Linen y ella invariablemente me los daba. Me tomó casi una década descubrirle un buen uso.

Aunque yo comencé a trabajar a los quince años, fue a los 26 que comencé a desempeñarme en empleos profesionales. White Linen se convirtió en mi aliado en mi búsqueda de trabajo. Me trajo suerte. Por muchos años yo tuve en mi guardarropa un blazer de lino beige (ecrú es el nombre en francés) con un forro de seda marfil. Antes de la entrevista rociaba el forro con el perfume. Su aroma me inspiraba confianza.

No voy a hablar de perfumes de Estee Lauder de los 60 y 70 como Aliage, Azuree y Estee porque en este siglo se les ha reformulado y ya no son lo que fueron. Con horror, me enteré de que hay una reformula de Cinnabar.  Con eso ya no hay posibilidades que las Latinas Millenials lleguen a conocer el verdadero estilo aromático de los productos de Estee Lauder.

Queda una última esperanza. Nunca se ha reformulado Youth Dew, el primer perfume de la empresa. Mi hermana me regaló una botella para Janucá el año pasado. Es un perfume creado en los 50, 1953 para ser exactos, con cuerpo, presencia e historia.

Cuerpo ya se ve en la botella que tiene una “cintura” que refleja la silueta que el New Look había impuesto para la mujer occidental de esa época. La botella sigue un contorno de reloj de arena, con un plisado que recuerda las faldas de entonces. El ‘ultimo retoque es un cinturón-lacito que marca la división entre lo puro y lo pecaminoso de la anatomía femenina.

1953 puede parecernos prehistórico en lo que respecta al modo de comportarse y modo y pensar de las mujeres. Por ejemplo, algo que la astuta Estee notó es que las mujeres no compraban perfumes. Dejaban que se los regalasen sus parejas. En otras palabras, permitían que otros decidieran a qué iban a oler.

Crear un perfume que una mujer desease usar y que comprase era empresa difícil. A Estee se le ocurrió inventar un aceite de baño que fungiese también como perfume. Así nacía Youth Dew (Roció de la Juventud). Efectivamente, las mujeres enloquecieron por un producto que podían rociar libremente en sus tinas de baño y que las dejaba perfumadas todo el día.

Eventualmente, se separó el aceite y el perfume que comenzó a venderse a clientas que ya no esperaban que novios y maridos decidieran por ellas. Y déjenme decirles que Youth Dew es un aroma fuerte para una mujer independiente. Abro la botella y el primer chorrito me hace pensar en el Tabú de Dana. Como mi hermana también me regaló una botella de Tabú para Janucá (me regaló un perfume por cada noche que se celebra la fiesta) pude compararlos.

Ambos son perfumes de especias, ambos combinan clavo y bergamota con el perfume más suave de rosas aunado al pachuli, al vetiver yal almizcle.  Estee Lauder comisionó a la legendaria Josephine “Jo” Catapano para su creación y la perfumista se atrevió a incluir la canela (esto casi un cuarto de siglo antes de Cinnabar). No se necesita leer a Jorge Amado para saber lo sensual que es el coctel de clavo y canela.

Tabú es una oda a la mujer mediterránea en su hábitat natural. En cambio, Youth Dew es un perfume moderno y sofisticado que evoca las calles de Manhattan, la mujer que trabaja, pero que no es la típica WASP, sino alguien como Mrs. Lauder y Jo Catapano, hijas y nietas de inmigrantes. Aunque parezca un oxímoron es un perfume audaz, pero también sobrio y consecuente.

Youth Dew no solo hizo estragos en la clientela americana, pronto cruzaba fronteras y barreras sociales. Estee siempre había querido que sus productos fueran usados por damas encopetadas, ahora tenía el cebo indicado. De México vino Doña Lolita del Rio a comprarlo. Y de Paris descendió la Duquesa de Windsor.  En Hollywood, Gloria Swanson, todavía gozando de su renovada fama por ‘Sunset Boulevard”, lo adquirió, como también lo usaría una ex rival de Swanson, Joan Crawford.
Estee y Joan Crawford

Con esas clientas, la carrera de Estee Lauder como empresa perfumera estaba asegurada. La última adicta al Youth Dew es Madonna. Lo entiendo, no es un perfume para jovencitas sino un aroma para mujer de criterio ya madura.

Youth Dew puede comprarse tanto en Fragrance.Com como en Amazon. También lo venden grandes tiendas de departamento en España y México. En Chile me temo que solo puede adquirirse gracias a compañías que comercian con Amazon y E-Bay.