lunes, 29 de noviembre de 2021

Cristobal Balenciaga: Santo Patróno de la Costura

 


Tuve que rendirme ante la evidencia. Años de ahorro y todavía no tengo para comprarme un clásico de Balenciaga, esos perfumes que cada día son más escasos. Me enfrentaba a una disyuntiva o no hablar de su perfumería o describir la biografía , en todas sus dimensiones, de quien debe considerarse como el santo patrón de la Haute Couture.

El nombre de Balenciaga es conocido hoy, pero por hazañas que avergonzarían a su creador. El modisto vasco dejó de diseñar en 1968 y murió a comienzos de los 70. La franquicia quedó en manos de desconocidos que por medio siglo se calentaron al sol que creó El Rey, pero que no supieron respetar su legado. Lo que ha llevado a tres horrorosas expresiones en este año de gracia del 2021.

Annus Horribilis para el Legado de Balenciaga

El primer regalo que le hace Julien a su hermana Zoya, en el repulsivo Reboot de Gossip Girl,  es un par de zapatos. Mas que zapatos son unas horribles zapatillas de tenis. ¿De cuándo acá, Balenciaga diseña ropa de deporte?


                           Julienne y algo que San Cristobal nunca hubiesen aprobado

En ese derroche de mal vestir que fue la última Metgala, la infaltable Kim Kardashian apareció luciendo algo que era una combinación de uniforme de Fantomas con disfraz de Gatubela. A alguien se le ocurrió que ese tocado enmascarado era una protesta en contra de burkas e hiyabs. Pues las damas musulmanas progresistas le dijeron a la Kardashianvía Twitter que flaco favor le hacía a su causa con un vestuario tan esperpéntico. Flaco favor le hizo a su fundador los modistos de la actual Casa Balenciaga que fueron los culpables de un atuendo estrafalario indigno del gran Cristóbal.


                                                ¿Ahora Balenciaga hace disfraces de Halloween?

Pero lo que tiene a Balenciaga saltando en su tumba es una hechura de pantalones masculinos. En la última colección, han desfilado por la pasarela unos pantalones con corte en la cadera que exponen el calzoncillo. Aparte de vulgares, son un plagio de un estilo que los adolescentes estadounidenses han usado desde hace quince años. La guinda del pastel han sido los BLM que han puesto el grito en el cielo ante los que consideran “apropiación cultural”.



                                         La elegancia de los sagging pants

Aparentemente, los pantalones,   “a mitad del traste” como diría mi madre, son parte de la cultura afroamericana. Mejor aún, de la cultura carcelaria donde la ausencia de cinturones lleva a lucir prendas que se deslizan y muestran la ropa interior. de ahí vienen los sagging pants ¡Que preciosidad!  pero más precioso es que la Casa Balenciaga se sienta obligada a reinventar modas tan…ofensivas.




La mayor ofensa es escuchar,  cuando uno dice “Balenciaga” ,  que te salgan “si yo he comprado sus artículos “o “usado sus perfumes”. ¡No, No y recontra no!  No me voy a esperar a ver que hacen en esa biopia que preparan en Disney para contarles quien fue el (opinión de Servidora y de muchos) el más grande couturier que ha visto la historia

¿Quién se imaginaria que una villa de pescadores de las vascongadas seria la cuna de un diseñador legendario? Sin embargo, fue en Getaria donde Cristóbal Balenciaga vería la primera luz. Cuando falleció en 1972, Women’s Wear Daily dijo “El Rey ha muerto”. Pues en 1895 nadie sospechaba en la Familia Balenciaga que les había nacido un rey.

Hijo de una costurera y un pescador, Cristóbal quedó huérfano de padre muy pequeño. Se crió junto a la madre que le enseñó a coser, y  a los 13 años era aprendiz de sastre.  Según una anécdota de Givenchy, el primer diseño de Balenciaga fue un collar de cuentas para su gato, pero los conocedores sabemos que los michis son reacios a disfraces. Su próxima cliente fue más cooperadora. Según cuenta la leyenda, Balenciaga apenas un adolescente ofreció a la Marquesa de Casa Torres , clienta de su madre, hacerle un vestido.


                             La maquina de costura de la madre del modisto en la que él aprendió a coser.

Fue así como la gran dama, por curiosidad,  contrató al sastrecillo para que le diseñara unos trajes. Asombrada por el trabajo del futuro couturier,  lo apadrinó y envió a hacer un internado con un cotizado sastre en San Sebastián. Para 1913, Cristóbal,  de solo dieciocho años,  era tan de confianza de su patrón que lo enviaba a Paris a comprar telas.  Pero el sueño del adolescente era tener su propia tienda.

Ahorró, estudió francés en Burdeos sabedor de que era el idioma de la clientela que buscaba,  y en 1918 abría su primer negoció en San Sebastián.  Para la mitad de Los Locos 20 ya tenía tiendas en Barcelona y Madrid. Por ese entonces todavía no diseñaba mucho y se concentraba en vender ropa de otros modistos incluyendo quien sería su mayor inspiración, Madeleine Vionnet.

De San Sebastián a Paris

El encuentro entre ambos diseñadores se da en San Sebastián, en 1920 cuando Madame Vionnet ofrece un desfile privado para la Reina Victoria Eugenia. Es la modista la que aconseja a Balenciaga desarrollar su espíritu creativo y dejar de vender (y copiar) a otros.

                                                  Madame Vionnet

La primera etapa de Balenciaga es olvidable y por eso casi no se encuentran fotos de ella. Sin embargo, para mediados de los 30 ya se ha hecho de un nombre y de una clientela exclusiva. En 1933,  confecciona un vestido largo en falla negra para la esposa del nuevo gobernador de Las Canarias, un tal General Francisco Franco. Desde ese instante,  Carmen Polo será clienta del modisto, como lo serán su hija y sus nietas.

En 1936, el estallido de la Guerra Civil hace que las tiendas Balenciaga cierren y el modisto enfile rumbo a Paris. En 1937 abre su tienda parisina. Es ahí que comienza a experimentar con un tipo de hechura muy española. Para eso vuelve la mirada hacia pintores clásicos desde los del Siglo de Oro hasta Goya. Juega con tonos oscuros, borlas, encajes. El experimento acaba en el legendario vestido “Menina” de 1939, inspirado por la magna opus de Velásquez.


                                     El vestido "Menina"inspirado por Velasquez

Hay otro motivo para que el diseñador se instale en la Ciudad Luz. Ahí puede vivir abiertamente con quien será el amor de su vida. Wladzio Jaworowski D’Attainville es un diseñador franco-polaco descendiente de aristócratas de Polonia y Rumania. Además de robar el corazón del modisto vasco, Wladzio pondrá dinero en el negocio de su pareja y le atraerá clientas de la alta sociedad parisina, a la par de diseñar sombreros para realzar los modelos creados por Balenciaga.

Acabada la Guerra Civil, Balenciaga no regresa definitivamente a su patria. Le es más fácil llevar su estilo de vida en París, aun durante la Ocupación Alemana. Aunque todos sus íntimos saben de la homosexualidad del modisto, la naturaleza privada y su devoto catolicismo, hacen que Balenciaga sea discreto. Vive con Wladzio, pero la presencia de su madre bajo el mismo techo otorga un aire de respetabilidad a esa cohabitación.

Esto no quiere decir que Balenciaga no se ocupe de sus boutiques españolas o de su clientela que ahora incluye a su gran musa, Sonsoles de Icaza. El modisto hace visitas esporádicas a Madrid, pero su vida está en Paris. Tampoco es como que vivir bajo el yugo nazi sea muy agradable.

                Javier Rey como Balenciaga y Blanca Suarez como Sonsoles en "Lo que escondían sus ojos"

Los alemanes están empeñados en trasladar la industria de la alta costura a Berlín, a la que pretenden convertir en la capital europea de la moda. Solo los heroicos esfuerzos de Lucien Lelong lo impiden, pero muchas casas de moda son cerradas o tienen que cerrar debido a la falta de telas. A pesar de que entre su nueva clientela se encuentran las esposas del Alto Mando Alemán, Balenciaga llegó a cerrar su tienda.

Estos vaivenes se evidencian en sus diseños de la primera mitad de la década. Tenemos este modelo del ‘41 con falda de crinolina,  confeccionado con yardas de tela . Compárenlo con este dos piezas,  severo y entallado para no desperdiciar material,  diseñado un poco antes de acabar la ocupación en 1944.




El final de la guerra deja a Balenciaga incólume, convertido en uno de los grandes nombres de la costura parisina. Sus diseños siguen teniendo influencia ibera. Entre ellos crea una chaqueta corta, tipo bolero, inspirada en el traje de luces del torero. Aquí vemos lucir una a una nueva clienta del maestro Balenciaga, la soltera más cotizada de la alta sociedad española:  Cayetana Fitzjames, Duquesa de Alba.

                                       Cayetana de Alba con el bolero de Balenciaga

1948 es un año funesto para Balenciaga y su tienda. Su rival Dior ha impuesto un New Look ( que nunca gustó al modisto vasco)  y se establece como el coutourier más famoso del mundo. En el plano personal, las noticias son más tristes. Wladzio fallece sumiendo a su pareja en una noche oscura del alma en la que Balenciaga contempla abandonar el diseño. Según Mary Blume en su libro Balenciaga: The Master of Us All, el Maestro pierde la autoconfianza adquirida, se vuelve melancólico y más privado en lo que toca a su vida personal. Hasta el final de su carrera, el color negro destacará en sus colecciones como recordatorio de su perpetuo luto.

                                     Una de las pocas fotos de Wladzio y Balenciaga

Sin embargo, tal como vimos en mi semblanza de Givenchy, a Balenciaga lo espera más de una década de triunfos. El revolucionará la moda con hechuras inimaginables que rechazan las normas curvilíneas del New Look. Así nacen sus vestidos “globos”, el regreso del camisero de los 20, y el invento del vestido saco que cuelga alrededor del cuerpo de la modelo sin hacer hincapié en lo que sobra e incluso ocultando lo que falta.


                             La Duquesa de Alba modela un Balenciaga para Vogue

La Clientas del Maestro: Marquesas, Princesas y Reinas

En 1968 cuando anunció su retiro,  Cristóbal Balenciaga era un astro e la moda, habiendo vestido por más de una década a luminarias del cine, damas de sociedad, y a la nobleza y a la realeza. Grace Kelly usó sus diseños cuando era estrella de Hollywood y siguió usándolos cuando fue Princesa de Mónaco.


                      

Jackie Kennedy “traicionó” a Oleg Cassini,  su modisto fetiche,  para lucir un Balenciaga.



Balenciaga se caracterizó por vestir generaciones de una misma familia. Diseñó el guardarropa de tres generaciones de mujeres de la Familia Franco. Sonsoles de Icaza lo hizo confeccionar los vestidos de Primera Comunión de sus hijas. Aquí la foto famosa de Sonsoles flanqueada por las dos Carmenes, su hermana y su hija menor que celebraba su puesta de largo. Todas de Balenciaga.

     El Maestro y su musa


                      Sonsoles y sus parientas, todas clientas de Balenciaga

Cuando la primogénita de la Marquesa de Llanzol se casó, Balenciaga diseñó su traje. Es que los diseños más famosos del Maestro fueron sus vestidos de novia,  deade este tradicional de 1939, hasta la ultramoderna simplicidad del de 1967.




En 1947, cuando Aline Griffith, una modelo neoyorquina que se había pasado a guerra espiando para Los Aliados en Madrid, se casó con el Conde de Quintanillas,  fue Balenciaga el encargado de su vestido.

                           La espía vestía de rojo, la novia vestía de Balenciaga

El seguirá vistiendo a la novia cuando como Condesa de Romanones se vuelva arbitro de la elegancia española. Pero sería otro vestido de novia el que convertiría al modisto vasco en el más importante de la corte franquista. Hablo del vestido creado para la boda de Carmencita “Nenuca”, la única hija del Caudillo, cuando ella se casó con el Marqués de Villaverde. .




Veintidós años más tarde, Balenciaga salió de su retiro para confeccionar su última obra maestra, el traje de novia de Mari Carmen Bordiú, hija mayor de Nenuca,  que fue desposada por el Duque de Cádiz. Muchas quisimos ver a Mari Carmen coronada Reina de España, pero Balenciaga si hizo un vestido para unas bodas reales.




En 1958 diseñó el vestido de novia de Fabiola de Mora de Aragón para su casorio con el rey Balduino de Bélgica. La nueva Reina de los Belgas era bisnieta de la Marquesa de Torres, la madrina y primera clienta de Balenciaga. Pocos modistos pueden alardear de haber vestido a tantas generaciones de grandes damas.



                          El vestido de la Reina de Bélgica

En 1968, Cristóbal Balenciaga colgó sus tijeras y aguja, muriendo cuatro años más tarde.  Su negocio pasaría a manos extrañas que no han sabido perpetuar su legado. Eso explica los fashion disasters que se asocian con la firma Balenciaga como también en perfumes ordinarios que hubiesen ofendido el delicado olfato del modisto de Getaria, Pero en vida de Balenciaga el comisionó dos perfumes que ameritarían fama universal.

La Verdadera Perfumería Balenciaga

Fue en 1947 que el Maestro Balenciaga comisiona a Francis Fabron para que le cree Le Dix (el 10) en honor al número de calle de la boutique original . Es un perfume espectacular como todos los productos Balenciaga. Hago memoria porque recuerdo el botellón en el tocador Art Deco de mi madre.



Me dicen que era un floral fresco. ¡Que esperanza! Era un frutal brutal. un cítrico combinado con la esencia del durazno verde, un perfume fuerte, picante,  que daba comezón porque por sobre la ensalada de frutas flotaban los aromas de sándalo, vainilla y almizcle, y para rematar un buen puñado de cilantro.



Ocho años más tarde, Balenciaga vuelve a sacar una fragancia al mercado que será un éxito. Quadrille es la esencia del sabor español con más cuerpo que la Maja de Myrurgia y más picardía que el Tabú de Dana.



Es un frutal porque sus notas altas son melocotón, ciruela y limón que descansan en un cojín de almizcle ambarino, pero el picor se lo dan el cardamomo, los clavos de olor y el fuerte aroma del jazmín. Todavía recuerdo ese perfume tan exitoso y lejano, porque para una niña era imposible imaginarse oliendo así.



Hoy estas dos joyas de la perfumería solo pueden encontrarse, y a altos precios, en sitios especializados como Esty y E-Bay, pero si pueden conseguirlos, háganlo. Es una experiencia única encerrada en un frasco y muy alejada de las boberías que hoy se venden bajo el nombre de Balenciaga. totalmente ajenos al coutourier vasco, ese que Chanel llamaría “el Maestro de Todos Nosotros”.  Tan ajenos como eso que pasa por moda y que promueve la usurpadora Casa Balenciaga.

 

4 comentarios:

  1. De FB de Miroslav Basic
    I wonder what is happening with that TV series they've announced last year about him: https://hollywood-spy.blogspot.com/.../viacom-cbs...

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    1. Para Miroslav Bašić Palković It's in Disney's hand now, so I won't get to see it, but Balenciaga's life was quiet. What mattered was his craft that in his hands became art.

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  2. Desde FB de Norah Frias Muñoz
    Mil gracias, ya lo leeré.
    Ignoraba esto que está ocurriendo.
    Adoré "Le Dix", exquisito!
    Lo usé hace años... delicioso...

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    1. Para Norah Frías-Muñoz Es que hoy en dia, estas firmas solo buscan lucrar y olvidan el sentido de misión que tuvieron sus creadores. El Dix era fuertisimo, si comprara hoy seria el Quadrille. O a lo mejor es que yo era muy chica para apreciar esos perfumes españoles. Mira que ahora Tabu es mi perfume de cabecera y antes no lo soportaba.

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