¡Qué difícil es
escribir sobre El Zorzal Criollo! Es un ser tan legendario que los mitos, las
ficciones y las inseguridades cronológicas y geográficas abundan en su biografía.
¿Nació en Francia o en Uruguay? ¿Fue Berthe Garde su madre biológica o solo
adoptiva? ¿Comenzó sus amores con Isabelita Martínez del Valle cuando ella
contaba 13 o 14 años? Todo es incierto, menos una realidad del porte
del continente. Fue Carlos Gardel quien convirtió el tango en canción y al
hacerlo lo volvió y se volvió inmortal.
La vida de Gardel
se divide en cuatro etapas, sus orígenes, nacimiento e infancia, épocas
brumosas y debatibles; su juventud aventurera, un poco delincuente, que presagia
al héroe; su triunfo en America y Europa, triunfo que acaba en muerte temprana
y abrupta: y los mitos postmortem que se vuelven verdades, los rumores que se truecan
en leyendas urbanas. Toda America (y España) sabe quién es Carlos Gardel, pero
no se puede apreciar su música sin conocer la fábula de la que nace. Por eso
voy a seguir esas etapas para que nos encontremos con El Morocho del Abasto.
Volver (Gardel-LePera, 1934)
¿Toulouse o Tacuarembó?
Los historiadores
del tango—y la mayoría de los biógrafos de Carlos Gardel— aceptan que nació en
Toulouse, un 11 de diciembre de 1890, hijo de una planchadora llamada Berthe Garde
quien lo registra como hijo desconocido y lo bautiza como Charles Romualde
Garde. Luego, Berthe dirá que el padre es un tal Paul Laresse, casado, que se
ha desentendido de ella. Años después, Laresse se aparecerá en Buenos Aires.
Carlos ya va camino a la fama. Su padre, un poco tarde, ofrece darle su nombre.
El Zorzal Criollo lo rechaza. No lo ha necesitado hasta ahora, no lo necesitará.
Berthe, incomoda
con su situación de madre soltera, decide emigrar a la Argentina, donde nadie
la conoce y se hará pasar por viuda. Es a raíz de esa emigración que surge la
hipótesis uruguaya. Supuestamente, Carlos Gardel nace en Tacuarembó, en la
Ribera Oriental. Su madre es la pequeña Maria Lelia Oliva de solo trece años y
lo tuvo de su cuñado Carlos Escayola, conocido estanciero y jefe político de la
región. Berthe pasa por ahí con una troupe de bailarines franceses de la que
ella es parte. Como su hijo ha muerto, acepta criar al ‘guachito”. Hay quien
dice que incluso vivieron en Montevideo donde el ídolo cursó estudios en la
Escuela de Varones del Barrio Sur.
Mar'ia Lelia Oliva y Gardel |
Ese cuento tiene
muchos agujeros. Hay una versión de que Gardel nació el 1887 y otra que nació
en 1883. Se dice que Maria Lelia no tenía trece sino diecisiete años. Que el
niño fue concebido en vida de Blanca, la hermana de la madre. Otra dice que ya
había fallecido. Lo cierto es que María Lelia se casó con el viudo Escayola,
¿entonces para que ocultar a su primogénito? Se dice que Gardel conoció a sus hermanos
producto de ese matrimonio. Se dice que el verdadero Charles Romualde Garde
murió en batalla durante la Gran Guerra. Ese Charles ha sido identificado como
hermano de Berthe.
Coronel Carlos Escayola |
Sin embargo, se
han escrito volúmenes sobre la teoría uruguayista. Se dice que Berthe viaja
primero a Uruguay y que vivirá en la estancia del Coronel Escayola, donde funge
como planchadora. Que se le encarga el hijo de Maria Lelia. Los disparates
prosiguen, Bethe embarazada carga con Carlitos y vuelve a Francia donde da a luz
al verdadero Charles Romuald. Regresa con los críos a America y se instala en
Buenos Aires. Claro, como los viajes entonces eran tan cortos y batatos. Que en
algún momento Charles Romuald y El Gauchito Carlos, hijo de Escayola,
trastocaron personalidades… No sigo, porque es una delicia este caos.
Un caos provocado
por el mismo Gardel y su madre que en cada entrevista contaban cosas
diferentes. Pero esta aparente mitomanía obedece a una razón. Cuando Gardel
quiere llevar su arte a Europa es cuando comienzan a circular los rumores del
origen uruguayo. El mismo los provoca e incluso busca la posibilidad de
adquirir la nacionalidad uruguaya. La razón es prosaica, pero urgente.
Gardel no quiere pisar
Francia como ciudadano galo. Durante la Primera Guerra Mundial ni intentó
unirse al ejército francés. Se la pasó muy cómodo en Buenos Aires. Esa ausencia
de carrera militar es penada en Francia. Mejor decir que es uruguayo.
Lejana Tierra M'ia (Gardel-LePera, 1935)
Los Traverso del Abasto
Dicen que un héroe
trae conflictos y mitos desde el momento de nacer. En eso es heroico El Zorzal Criollo
porque los tuvo a granel, pero también es cierto que pasa una infancia dura.
Viven con Berthe (ahora Doña Bertha) en un conventillo, ella se gana la vida
como “alisadora”. Hay trabajo, pero la paga no es buena. Aun así, Berthe tiene buena
reputación y la llaman del Teatro Colon para planchar ropa de actores y cantantes
de ópera. Ahí, Carlitos a los doce años consigue empleo primero como “claque” (encargado
de aplaudir lo que ocurre en el escenario) y luego como tramoyista. Un famoso tenor,
admirado de su voz, le da lecciones de canto.
Carlos Gardel en su infancia |
Gardel o “el Pibe
Carlitos” ya adolescente, comienza a merodear por el barrio del Abasto, en las
cercanías del mercado. A sus dieciséis años ha dejado la secundaria. Su barra de amigos lo lleva al Bar O’Rondeman,
propiedad de una familia genovesa, i
Fratelli Traversi. El O’Rondeman, que también es fonda, provee
acompañamiento musical al menú. Sus viejos fonógrafos tocan grabaciones de
Enrico Caruso (ídolo de Gardel) y canzonettas napolitanas. Para variar, ponen a
cantar a Gardel.
Los Traverso no
son solo comerciantes, son los patrones políticos del Abasto, representantes
del Partido Nacional Autónomo. Responden al diputado Pedro Cernadas y el bar es
donde se compran votos y gente. Esa será la primera audiencia de Gardel. La
protección de los Traverso llevará a Gardel a amenizar veladas y mítines
políticos conservadores. Así conocerá a hombres fuertes como Alberto Barceló,
el que no le negaba un favor a nadie, y su sicario Alberto Ruggiero “Ruggierito”.
También al payador José Betinotti que lo apodará “El Zorzal Criollo”.
Curiosamente,
Gardel nunca fue payador. No se le daba improvisar verson. Cantaba lo que se ofreciera,
opera, canciones napolitanas, mucha música criolla, genero folclórico como
zambas, chacareras, milongas, hasta cuecas chilenas. Su voz perfecta de
barítono servía para todo. Con los Traverso tenía trabajo (e importante), buena
comida gratis que, como diría Edmundo Guiburg, futuro cronista de La Nación, lo convertiría en “un gordito
infame”.
Carlos Gardel en 1917 |
Ahora que estamos
hablando de esta etapa aventurera, vale decirse que los Traverso se las traían.
“Cielito”, el hermano de Don Giggio, el dueño del O’Rondeman y protector de Gardel,
había matado a un hombre ahí mismo en el bar. Solo el amparo político lo libró
de una larga condena. Tras dos años “en cana” salió libre. Su sobrino,
Constancio, una vez que arrestaron a su madre, se fue a la comisaria y a puñetazo
limpio, la liberó.
Funeral de Giggio Traverso. A la derecha, Gardel ayuda a cargar el feretro |
Al Zorzal eso no
le importaba. Prontuarios de la época nos muestran que Gardel no era muy amigo
de la ley. Se le conocía por ser campeón del “cuento
del tío” ósea era, como en
letra de uno de sus tangos, ”malandrín y
estafador”. La ironía es que a Gardel no le molestaba estafar, pero era
orgulloso para pedir. Al finalizar sus canciones no gustaba pasar el platillo como
hacían otros cantantes. Giggio Traverso tuvo que inventarse unas rifas para
poder recolectarle la tarifa a su cantor.
Se entiende la
actitud del “Pibe Carlitos” a la luz del código de machos que imperaba en el Abasto,
un código que se reflejará en la letra de los tangos. Al mendigo sin dignidad
se le negaba el respeto que merecía el que “labura” a espaldas de la ley. Si un
hombre era valiente, generoso y leal con sus amigos, su conducta delictiva era
lo de menos.
Garufa (Collazo-Fontaina, 1927)
Otro de los
admirados de Gardel, fue Andrés Cepeda, cuyas letras cantará El Zorzal y quien
ejemplariza este código. Cepeda, musico, poeta, anarquista, homosexual y también
delincuente, había muerto asesinado y se había pasado gran parte de su vida en
la cárcel. En su intento por demostrar la
homosexualidad de Carlos Gardel, la Dra. Magali Saikin, aludirá a la
amistad Gardel -Cepeda. ¡Otros dirán que hasta compartieron celda! Se sabe por ejemplo
que, en 1913, cuando Gardel ya era musico profesional fue arrestado por ‘malas juntas”.
Su madre se presentó en la comisara a denunciar la desaparición de su hijo. ¡Todo
para descubrir que estaba preso!
Ladrillo (Rivero-Corsini, 1926)
“¡Ya no cantarás más El Moro!”
Aunque Gardel
dejará el timo cuando se dedique totalmente a su música, no abandonará nunca
estas amistades que tanto lo ayudaron en su momento. Todavía falta una última
anécdota que pudo tener un trágico final. En 1915, Gardel y sus amigos fueron
al restaurante Palais de Glace a celebrar el cumpleaños del “estilista” (que
así se llamaba entonces a quienes cantaban el género folclórico). A la salida
notaron que otro auto los seguía.
Gardel hizo detener
el vehículo y fue a hablar con los perseguidores. Se oyeron disparos. Una
versión dice que fue porque Gardel hizo un gesto como que iba desenfundar un arma
(¿Iba armado?). Lo cierto es que un tal Roberto Guevara (que la leyenda emparienta
con El Che) le disparó al Zorzal tras el grito “¡Ya no vas a cantar más El
Moro!” aludiendo a una canción que
Gardel había hecho famosa.
El Moro (Juan Mar'ia Gutierrez, 1914)
Este atentado fue motivado por líos de faldas. Por entonces Gardel andaba en amores con Giovanna Ritana, ex cantante de ópera, quien ahora regentaba un salón de baile y una discreta casa de citas. El problema es que Madame Jeanette, o la Ritana, era la mujer de Juan Garesio, un inmigrante corso, dueño del famoso Bar Chantecler y conocido hampón porteño. Obvio que los cuernos le molestaban al corso y decidió silenciar al Morocho del Abasto.
La Ritana |
En el Hospital
Ramos Mejía, los médicos dictaminaron que la bala estaba instalada en el pulmón
derecho de Gardel: las opciones eran simples: o se la dejaba ahí o se la extraía.
Esto último pondría en riesgo la vida del Morocho del Abasto. Se decidió no
removerla. Gardel viviría veinte años más con una bala en el cuerpo que, por
suerte, nunca le molestó. Tras la tragedia de Medellín, en la autopsia se encontró
esa bala en los restos calcinados del ídolo y de ahí surgió otra quimera, la de
la balacera en el interior de la cabina que hubiese provocado el accidente
fatal.
Tras salir del
hospital, Gardel necesitó de un tiempo para recuperarse. Lo hizo en la Ribera
Oriental donde se reencontró con “Cielito” Traverso que vivía semi exiliado, y
en amasiato con Amanda Escayola, supuesta “prima” del Zorzal.
Antes de partir a
Uruguay, Gardel, temiendo otro posible atentado, solicitó la ayuda de
Ruggierito. Fue el pistolero quien zanjó este asunto. Habló con Garesio,
prometiéndole que lo de Gardel y La Ritana era cosa del pasado, pero a los
matones se las cantó claras “¡tocan a Gardel y habrá guerra!”
Se dice que fue Alberto Barceló, preocupado
por la suerte de su cantante favorito, quien envió a Ruggero. También corre el
rumor de que fue Barceló quien ayudó a Gardel a conseguirse un certificado de
nacimiento que atestiguara que era de Avellaneda.
Incluyo esta
historia por todos los que han dicho que Gardel nunca tuvo una aventura en
serio con una mujer. De hecho, la novia-amante oficial del ídolo, Isabel del
Valle diría que, conociendo la anécdota, se fue a ver a la Ritana a ver cuánto
de cierto había en los rumores. La Madame le respondió “Vos serás la noviecita,
pero yo soy su mujer”.
Isabel añadía en
entrevistas, que Gardel tuvo el descaro de regalarles sendas perritas
pequinesas a la novia y a la amante. Esto debe haber ocurrido por 1921, dado lo
reciente del romance de Gardel e Isabel. Es creíble que cuando ella le devolvió
la perrita y exigió que rompiera con “esa mujer”, el ídolo aceptase. Lo curioso
es que, si le creemos a la Del Valle, Gardel siguió (y las promesas de Ruggerito
se fueron al caray) en amores con Madame Jeanette hasta seis años después del
atentado.
La Cumparsita (Contutsi-Rodriguez, 1917
Primeras giras y nace el tango-canción
Dejemos atrás por
un momento esta etapa tan pintoresca y veamos cómo va la carrera de Carlos Gardel.
Para 1915, se ha convertido en parte de la cultura nocturna porteña. Ha
comenzado un dúo con Francisco Martino al que se le suma José Razzano en 1911.
En 1912, Gardel graba sus primeros discos, la, mayoría poemas musicalizados de Andrés
Cepeda. En 1914, el ídolo es contratado por el cabaret Armenoville con un
sueldo extraordinario para la época, 70 mil pesos por noche.
Razzano y Gardel |
Ahora convertidos
en el Dúo Gardel-Razzano dejan atrás el mundo de los cabarés y pasan al teatro
siendo contratados por el Nacional por dos semas. A eso le sigue el primer tur.
Primera parada, Montevideo, éxito total. Ni tanto en Brasil por problemas de
idioma y más encima a Gardel lo arrestan por andar parrandeando con antiguos
amigos del hampa porteña, ahora exiliados en Rio. Para compensar, en el barco,
El Zorzal es presentado a su ídolo Enrico Caruso quien le felicita la voz.
De regreso a
Buenos Aires, sigue la buena racha. Se incorporan al espectáculo teatral,
cantando la cueca “Corazones Partidos” en la pieza Juan Moreira. Esto en 1915 un poco antes del atentado. Pero
inclusive, al regreso de Uruguay, Gardel se presenta en teatros elegantes como
el Esmeralda y el Empire.
A lo largo de
esta semblanza he ido incluyendo clips de los tangos mas reconocidos (y mis
favoritos) de Gardel. Una sorpresa fue descubrir que la mayoría datan de su
colaboración con Alfredo LePera. Ósea son casi cercanos a la muerte de ambos. Gardel
tiene una carrera artística que dura un cuarto de siglo, pero su obra más
recordada será cantada en la última etapa.
Golondrinas (Gardel-LePera, 1934)
Su primer tango “Mi Noche Triste” lo grabaría
en 1917. Reitero, la fama ya lo rondaba cuando cantaba de todo: poemas adaptados
a música, milongas, cuecas chilenas, baladas rusas, canzonettas. Su rango de
voz (que se ha comparado al de Caruso y de María Callas) le permitía probar
todo tipo de música. Incluso hasta el final, él podía grabar tanto un bambuco
colombiano como un foxtrot.
“Mi noche triste”
que Gardel graba en 1917 es un hecho histórico. Aunque el tango se bailaba en
Paris (el tango apache) desde el 1900, y Hollywood y Valentino lo pusieron de moda
en Estados Unidos en 1921, nadie había combinado canción y música.
Mi Noche Triste (Contursi-Castriota, 1917)
La reacción original es de rechazo. Se acusa
al Zorzal de parodiar al tango, de caricaturizarlo con el uso del lunfardo, el
argot del mundo del hampa; a la vez que se le reprocha gastar su excelente voz
en tareas tan ingratas. Pero al año siguiente, en el sainete Los Dientes del Perro, una actriz canta
“Mi noche triste” y pronto todo Buenos Aires la corea. Así es como entran las
modas.
1917 será también
la entrada de Carlos Gardel al cine. Protagoniza su primer largometraje (mudo
lamentablemente), una adaptación de la Flor
de Durazno de Hugo Wast. Aunque sigue siendo parte del Dúo Razzano-Gardel,
ya El Zorzal es reconocido como figura individual y se está creando un culto
alrededor del cantante. Culto promovido por el mismo Carlos quien baja de peso,
contrata un fotógrafo para que le saque retratos favorecedores y cultiva una
imagen que atraiga al público femenino.
En ese año de
1917, Gardel y Razzano hacen su única gira por Chile. Desembarcan en Valparaíso
donde se presentan en el Teatro Colon, para luego ir a Viña del Mar donde
cantan en el Olimpo, mi viejo cine de barrio, para acabar en el Royal de
Santiago. La gira es todo un éxito. En la
Revista Zigzag se les alaba su temperamento y originalidad.
Vuelven a Buenos
Aires. Razzano está teniendo problemas con las cuerdas vocales, ya le es
difícil cantar, a mitad de los 20, se retirará y dedicará a ser el manager de
su socio de antaño. Entretanto siguen grabando tangos. De Celedonio Flores
grabarán “Margot” y luego el incomparable “Mano a Mano” en 1923, previo al
viaje europeo que Gardel ha soñado.
Mano a Mano (Gardel-Razzano-Flores, 1923)
Ese viaje será
posible gracias a varias artimañas de documentación. En 1920, Gardel con su
certificado de nacimiento de Avellaneda obtiene la nacionalidad uruguaya. Tres
años más tarde en Buenos Aires solicita la nacionalidad argentina. Con esa faramalla
tendrá papeles que lo alejen de su nacimiento francés.
La “Papusa” Isabel
Otras cosas
estaban ocurriendo en la vida de Gardel, A comienzos de 1920, El Morocho del
Abasto conoce a la que va a ser su eterna “novia”, Isabel Martínez del Valle.
Los detalles de cómo se conocen varían, el consenso es que es hija de un
empleado ferroviario, sus padres son inmigrantes gallegos, Gardel ya conoce a
sus hermanos. Se dice que en cuanto la ve El Zorzal queda prendado “¿Quién es
esa papusa?” Pregunta. Ambos inician una
relación que durará más de una década.
Carlos e Isabel |
Aunque Gardel no la presente a la prensa como
su novia, la relación es conocida y aceptada por todo su entorno, incluyendo su
madre. Con Isabel, Carlos asiste asus espectáculos favoritos, el boxeo y las
carreras de caballos, van al cine, (ella recordará más tarde que el ídolo era
tan sensible que lloraba con ciertas películas) y comparten picnics en Palermo.
Leo que era un “affaire clandestino”. ¿Cuán clandestino si Gardel la exhibía en
el teatro, en restaurantes y cabarets?
Se dice que quien
conquista a Gardel es la suegra y por el estómago que El Zorzal siempre fue de
buen diente. La Señora Martínez es buena cocinera, su especialidad el arroz a
la valenciana. Acabado el plato Gardel pregunta si puede quedarse a vivir en esa
casa. Poco se imagina que terminará hasta poniéndoles carnicería a los hermanos
de la novia. Antes de acabar su relación
con Isabel, trece años más tarde, Gardel le habrá comprado una casa en Montevideo
donde planean vivir después de casados.
Con Isabel en Mar del Plata en 1923 |
Los biógrafos de
Gardel, los historiadores del tango y muchos fans no saben qué hacer con esta
relación que ofende las sensibilidades de este siglo. ¿Que ve un hombre de 30
años en una chicuela de trece? Tras la muerte de Gardel, Isabel que todavía no
cumple los treinta, se casa y tiene un hijo. Termina poniendo un
hotel-restaurante en Montevideo. Hasta allá gravitan periodistas, devotos del
tango, biógrafos y curiosos.
Isabelita en su madurez |
Se sabe (lo dicen
todos sus documentos y su obituario) que Isabelita nace en marzo de 1907, por
lo que tendría 17 años menor que su amante. Sin embargo, en entrevistas, Isabel
dirá que ella tenia catorce años y Gardel veinte mas que ella. Como que ahí la
suma no funciona. Se entiende, es una entrevista con una señora de casi ochenta
años. La memoria le falla.
Pero lo divertido
es que gente más joven argumenta que Gardel e Isabel se conocen en 1920,
entonces Isabel tenía 13 años (así lo informa la Wikipedia) Hay quien dice que
se conocieron en febrero del 20. ¡Uy entonces tendría doce años la chica! Al final se contentan diciendo que el
encuentro fue en los primeros meses de 1921, igual antes del catorceavo
cumpleaños de Isabel.
Hasta su muerte, Isabel mantuvo que ella fue
la única novia formal del Zorzal Criollo. Cuando le preguntaban sobre su
juventud al iniciar el romance ella respondía que a sus trece primaveras ella
“ya tenía cuerpo de mujer”. Lo cierto es que Gardel e Isabel pasaron poco
tiempo juntos. A partir de 1923, Carlos estará casi siempre de gira y ella no
lo acompañará.
El viaje a España
Es en 1923 que
Gardel emprende su añorado tour europeo. Llegan a Madrid, con Razzano y su entourage musical y tienen un éxito
increíble. Se convierten en una sensación y los famosos vienen a conocerlos desde
Jacinto Benavente hasta el torero, loado por García Lorca, Ignacio Sánchez
Mejía. Don Ramon del Valle Inclán escribe un artículo elogioso sobre el dúo y llegan
al teatro a aplaudirlos nada menos que la Reina Ena y las Infantas Cristina y
Beatriz.
Después de este
éxito, Gardel toma un tren y va a Toulouse, su ciudad nativa donde se encuentra
con su madre que ha venido a visitar a la familia. Es la primera vez que
vuelven. Muy diferente este regreso triunfal que la salida de ambos casi
huyendo del que dirán.
Con los Garde en Toulouse |
Después de esta
reunión familiar, Gardel retorna a Buenos Aires donde lo espera un publico que
lo idolatra. Gardel seguirá cantando para la realeza, da una función especial
para agasajar al Príncipe del Piamonte, el futuro rey Umberto II. En 1925, hará
lo mismo para celebrar la llegada del Príncipe de Gales.
En septiembre de 1924, y todavía acompañada de
Razzano, la voz de Carlos Gardel puede escucharse por primera vez vía ondas
radiales. El Zorzal debuta en la Radio Grand Splendid. Una novedad es que
Gardel no estará acompañado solo por sus “escobas” (apodo cariñoso con el que
llamaba a sus guitarristas) sino por toda una orquesta, la de Francisco Canaro.
Ese año ha grabado más tangos “Milonga Fina”,” Cascabelito” y el famoso “A media
luz”.
A Media Luz (Donato-Lenzi, 1925)
En 1925, Gardel,
ya en su etapa de solista, parte nuevamente de gira a España en el SS Principessa Mafalda. Esta vez va a Barcelona donde se presenta el 5
de noviembre en el Teatro Goya. También aprovecha de grabar algunos discos para
el sello Odeón, la novedad es que por primera vez canta ante un micrófono. El
éxito que abarca también a su gira madrileña es tal que los diez días iniciales
se convierten en un mes. Tras presentaciones en el País Vasco, Gardel regresa a
America en el Reina Victoria Eugenia.
De vuelta en
Buenos Aires se aboca más a la grabación de discos que a presentaciones públicas.
Es por este entonces que Gardel entabla una relación laboral con el gran Santos
Discépolo que escribirá muchos de sus tangos como “Chorra” y “Yira, Yira”. En
su primera etapa, Gardel había escrito algunas letras, pero prefirió dejar de hacerlo,
aunque seguirá componiendo la música de muchos de sus tangos famosos.
Yira, Yira (Santos Discepolo, 1931)
En 1927, Gardel
se muda por última vez. Deja de vivir (siempre con Doña Bertha) en
departamentos alquilados y se compra una casa en la Calle Jean Jaures en su
amado barrio del Abasto. No la utiliza mucho tiempo, porque ya en noviembre
vuelve a embarcarse a España en el Conte
Rosso. Esta vez va acompañado de Edmundo Guibourg, su amigo de la infancia,
ahora convertido en reconocido periodista.
Nuevos triunfos y
grabaciones de discos en Barcelona entre ellos “Caminito”. Lo mismo en Madrid y
el País Vasco. Tras una breve estadía en Paris, Gardel regresa Buenos Aires
acompañado de un automóvil (un Graham Paige 1928) que sus fans catalanes le han
obsequiado. En un reportaje en Critica
lo encuentran a Gardel más gordo, pero también “europeizado”.
En septiembre de
1928, Carlos Gardel vuelve a Europa. Ahora a va Francia, pero ya no como
turista, tiene una misión, conquistar Paris y la cumple. Les dice a los lectores de Crítica que enfila rumbo a la ciudad
donde reina Maurice Chevalier “pero como buen criollo, voy a conquistar esa
tierra con nuestro tango”.
Por una Cabeza (Gardel-LePera, 1935)
Parece tarea
fácil. Paris está lleno de argentinos de todas las clases, los mas reconocidos
los famosos “rastacueros” que motivan el dicho francés “rico como un argentino”.
Paris bailaba tango cuando Gardel gateaba y no es ajena a la nueva generación
de músicos argentinos. Recientemente la Orquesta de Francisco Canaro se ha
presentado con éxito en Ciudad Luz. Pero Gardel es único en su estilo y clase
de cantante de tango.
Un domingo de
septiembre, Gardel hará su debut en el Fermina, en una función de caridad para
los damnificados del huracán de Guadalupe. La ovación será tan fuerte, que el
chofer de Gardel que la escuchaba afuera del Fermina se preguntó si estaban en
Paris o en Buenos Aires.
La palabra “triunfo
total” resume la temporada de Gardel en Francia. Tiene al público en el
bolsillo. Se venden más de 30.000 discos suyos en un mes (hay quien cita que fueron
70.000). pero Gardel no estará satisfecho sino hasta que consiga un triunfo
similar en la Costa Azul donde se presenta en Cannes y en Montecarlo. El
Morocho del Abasto tiene a su patria nativa a sus pies.
El Tango como Poesía
Antes de entrar
en la etapa más fructífera y famosa de la obra gardeliana, detengámonos a ver el
legado de Carlos Gardel como creador del tango-canción y del valor de este género.
Aun antes de Gardel llegar a Europa su influencia se sintió en otros autores
del tango- canción como el catalán Félix Garzo que escribió “Fumando
Espero”.
Sarita Montiel canta Fumando Espero
Para la Segunda
Guerra Mundial, el tango se bailaba y cantaba desde Londres a Varsovia. Hubo tangos
cantados en la Rusia estalinista, la Italia fascista y la Alemania nazi donde
los tangos tenían nombre de mujer (Tango Marina, Dona Clara, Micaela). Algún día
me gustaría escribir algo sobre la influencia del tango y la música latina en
la Europa de los 30s.
Micaela-Barnabas von Gezy
Pero el poder del tango está en la letra que, aun en traducción es un gancho imperdible. Las letras de los tangos son una muestra de literatura popular, poesía pura y representan el espíritu del baile. Hoy en día pueden resultar ofensivas a sensibilidades feministas y diversas, con su exaltación al male bonding, la camaradería masculina, con sus códigos de honor machistas y anticuados y, sobre todo, con su manera de retratar a la mujer con una dicotomía madonna-prostituta que es casi freudiana.
Aunque Gardel ya
no escribía letras, encarna a las canciones en tres aspectos a) Siempre tendrá
alguna influencia sobre la composición de las letras. B) El modo en que compone
la música para que engarce perfectamente con el tema es una manera de hacer
suyas las palabras c) Gardel se convierte en la encarnación del espíritu del
tango-canción porque ese código es el suyo. Él ha vivido las experiencias que describe,
conoce ese mundo y lo ama. La amistad para Carlos fue siempre un elemento
crucial en su existencia. La barra del bar, la gente del turf, los músicos,
ellos fueron su familia y siempre más importantes que ninguna mujer.
Adios Muchachos (Vedani-Sanders, 1927)
Por casi un siglo,
feministas e historiadores se han quejado del retrato de la mujer en el tango,
un retrato normal en la percepción masculina mediterránea-latinoamericana de
entonces. Primero tenemos la alabanza a la madre, a la viejita sufrida (“Madre”,
“Pobre Madrecita”, “Viejecita Mia”); luego viene el panegírico de la noviecita
santa una mujer tan inocente que es casi una niña (“Mi novia ausente”, “Nena”, “Mi
Mocosita”) para culminar en la temible
femme fatale, la vampiresa, la traidora, la estafadora, la “Chorra” del
tango favorito de mi padre.
Chorra (Santos Discepolo, 1928)
Sin embargo, el tango gardeliano también se muestra compasivo con la mujer y su condición inferior en una sociedad patriarcal. Recordemos el tristísimo tango “Fea”. En él se cuenta del suicidio de una chica abrumada y marginada por “las burlas inhumanas” debido a que no cae dentro de los cánones de belleza imperantes.
Fea (Petorozzi-Navarrine, 1925)
También el tango
gardeliano muestra compasión por la mujer forzada a prostituirse (“Carne de
cabaret”, “Callejera”) por la que se suicida por culpa de las drogas (“Griseta”)
por la migrante (“Galleguita”,” La Provinciana”) expuesta a los peligros de la
gran ciudad.
Griseta (delfino-Castillo, 1924)
Deudas y Sadie Wakefield
1930 será un año
difícil para Carlos Gardel. Las deudas se habían acumulado y eso lo apesadumbraba.
Gardel ganó mucho dinero, pero la previsión no era parte de su vocabulario.
Gastaba tanto como regalaba. Nunca invirtió, apenas la casa que le compró a la
madre y algunos caballos de carrera. Lamentablemente, Razzano, a cargo de las
finanzas del Zorzal, no lo hacía bien. Los pedigüeños Martínez del Valle eran
un pozo sin fondo, y el mismo Gardel era jugador, vivía apostando a los
caballos.
Es por eso por lo
que Gardel se aboca a un ritmo de trabajo intenso. En diciembre vuelve a
marcharse a Paris y de ahí se pasará el invierno en la Riviera. Alojado en el
Hotel Negresco en Niza, tiene el gusto de encontrarse con compatriotas como su íntimo
amigo del turf, el jockey Irineo Leguisamo, y Julio Le Caro, el director de la
orquesta de tango más famosa de Argentina en ese entonces. Pero no solo hay
argentinos en el circulo social europeo del Zorzal.
Es en ese invierno
del 31 que Gardel inicia una estrecha amistad con Sadie Baron Wakefield.
Cincuentona, rolliza, multimillonaria, Mrs. Wakefield es hija del magnate
anglo-judío Bernard Baron y heredera de la fortuna de los cigarrillos Craven. Junto
a su marido se ha trasplantado a Francia donde cultiva las mejores amistades. De
hecho, Gardel cantará en una soirée
de Mrs. Wakefield en honor de Charles Chaplin. Gracias a ella, se verá al
Zorzal en Longchamps en compañía del Agá Khan y del Baron de Rothschild. Ha
recorrido un largo trecho desde El Abasto.
Sadie Wakefield |
Muchas lenguas se
han hecho sobre esta amistad muy peculiar. Los malhablados han acusado a Gardel
de jugar al gigolo. Si bien es cierto que Sadie lo adora, invierte en sus
proyectos fílmicos y hasta le regala un automóvil, casi siempre anda con Gardel,
pero en compañía de su marido, George Wakefield. Aun así, hay quienes ven con
malos ojos esta amistad, que tiene tintes románticos. Molesta sobre todo a a quienes
conocen a Isabelita y creen que ella es la novia oficial del Zorzal.
Los Wakefield con Gardel |
Gardel se
defiende tratando a Sadie de manera desenfadada, casi insolente. En su cara
(aprovechándose que ella no conoce el argot porteño) la llama “Bagayo” que en
lunfardo significa fardo de ropa y también mujer sin garbo. Como Gardel siempre
fue respetuoso con las mujeres, esta ordinariez puede adjudicarse al deseo de
demostrar que Sadie no era su amante.
En 1932, Carlos
Gardel se toma unas extensas vacaciones por Europa. En Milán se reencuentra con
Isabel quien está estudiando canto, lecciones pagadas por el novio. Será la última
vez que se vean. los apremios de la familia de la novia (se ha hablado incluso
de extorsión) tienen harto al ídolo. Gardel quiere ordenar su vida. Ha hecho un
viaje a Buenos Aires y ha nombrado su administrador y albacea a Armando
Delfino. Siempre tan buen amigo, Gardel deja Razzano como su manager. Sera a Delfino
a quien Gardel encargue zanjar “el asunto Isabel”.
Uktimas fotos de Isabel y Gardel |
El Morocho en New York
Gardel se la pasa
en Europa. En 1931 hace su última presentación teatral en París. Ahora ha
enfilado el rumbo hacia otro aspecto de su carrera, el cine. En 1931 filma para
la Paramount, “Luces de Buenos Aires “su primer largometraje hablado (y
cantado). En 1933, filma para el mismo estudio “Melodía de Arrabal” junto a la estrella
de cine español, Imperio Argentina. Para este segundo filme, Gardel contrata
los servicios de un libretista de la Paramount, un hombre que comparte sus
orígenes abigarrados.
Alfredo Le Pera
es hijo de italianos, nacido en Brasil, criado en Buenos Aires y trasplantado a
Paris. Su relación con el Zorzal será laboral aunada a una amistad estrecha que
los acompañará hasta la muerte. Por ahora. Le Pera acompañará a Gardel a su
nuevo desafío, Nueva York.
Llegan a Ellis Island
un Dia de Inocentes en el vapor Champlain.
Hace un frio terrible, Gardel se instala en el Waldorf-Astoria e inicia una
serie de programas radiofónicos para la cadena NBC. Pero Nueva York no es
Paris. Se le intenta hacer cantar en inglés y él se molesta argumentando que no
puede con “palabras que no entiendo, frases que no siento”. El solo puede cantar en criollo. Eso para
quien diga que las letras de los tangos no eran escritas por Gardel. Cierto,
pero el sentimiento era solo suyo.
Cuesta Abajo (Gardel-Lepera, 1934)
Aunque la
situación no mejoraba con la radio, el cine lo salva. La Fox intenta
contratarlo, pero la Paramount les gana. Gardel comienza a filmar “Cuesta
Abajo” en los estudios de la Paramount, aquí en Queens. Para interpretar a la femme fatale protagonista El Zorzal quería
traerse a Tita Merello. La Paramount le impone a Mona Maris (¡me acabo de
enterar que era argentina!) Le Pera, además del guion, escribe un par de
tangos. ¡Pero que tangos! “Cuesta Abajo” y “Mi Buenos Aires Querido”.
Mi Buenos Aires Querido (Gardel-Lepera, 1935)
Se ha hablado
mucho sobre Moina Maris y su posible relación sentimental con Gardel. Tras la
muerte del Zorzal, la actriz tuvo cálidas palabras para recordar al astro, pero
nuca confirmó su romance. En cambio, para Isabel del Valle, Mona Maris fue
amante de facto de Carlos Gardel.
“Ella se le ofreció”.
Mona Maris con Gardel |
Sigue casi inmediatamente
a este filme “El Tango en Broadway” para la que LePera escribe el famoso Fox
Trot “Rubias de New York”. Los filmes son tremendamente exitosos. La Paramount
mercadea al Zorzal como “Astro de los astros” Para entonces Gardel ha tomado un
departamento en La 44 y la Segunda Avenida.
Rubias de New York (Gardel-Lepera, 1934)
Ya se ha
aclimatado y construido su barra con sus escobas, Le Pera, y un jovencito, hijo
de un barbero de Manhattan, llamado Astor Piazzola que será su guía bilingüe
por las tiendas. En 1934, Gardel, tras un sketch en la producción de Hollywood “The
Big Broadcast of 1936”, filma dos películas más: “Tango Bar” y “El día que me quieras”
en la cual debuta Astor Piazzolla como actor.
El D'ia que me Quieras (Gardel-Lepera, 1935)
Un Vuelo de Junio
Es el momento más
triunfal de El Morocho del Abasto. Su fama cubre dos continentes. Tiene planes
grandiosos para el futuro. Quedarse en Estados Unidos, dedicarse al cine,
conquistar Hollywood como lo ha hecho Maurice Chevalier, pero antes un último tour
por el Caribe y un retorno a la Argentina.
Se embarca junto
con sus “escobas” y Le Pera rumbo a Puerto Rico. De ahí bajan a Venezuela donde
además de las presentaciones normales, tiene que dar una función privada para el
longevo y temible dictador Juan Vicente Gómez en su palacio de Maracay. Más
tarde volarán en avión hacia las Antillas Holandesas.
Esto incomoda a Gardel
a quien no le gusta volar, pero no hay más remedio. De Aruba bajan a Cartagena.
Recibimientos apoteósicos en tierra colombiana, principalmente en Bogotá. La
gira acaba en Medellín. Un Gardel agotado, junto a su entourage, tomará un último
vuelo para Buenos Aires el 24 de junio de 1935. El avión no llega despegar,
corre por la pista y choca con otro avión de una línea alemana.
El choque provoca
una explosión. De las 20 personas a
bordo, solo se salvan cinco. Gardel y LePera no están entre los sobrevivientes.
El cuerpo calcinado, pero curiosamente intacto, del ídolo es recuperado y enterrado
primero en el cementerio de Medellín (junto a la tumba de Jorge Isaac) para ser
repatriado tiempo después a la Argentina. Hoy descansa en el cementerio La
Chacarita de Buenos Aires.
Hablar de las manifestaciones
de duelo provocadas por la muerte de El Zorzal ameritarían un blog separado. En
la Argentina se declaró Día de Duelo Nacional. Hubo suicidios e intentos de
suicidio en Cuba, Puerto Rico y Nueva York. El duelo es un preludio a la
inmortalidad. Hoy en día hay monumentos
a Gardel en casi todos los países latinoamericanos. Hay premios que llevan su nombre y todo
amante del tango sabe quien fue el Zorzal Criollo.
Una década
después de fallecido Gardel, Hugo del Carril que muchos veían como su sucesor,
protagoniza “la Historia de Carlos Gardel”, una melodramática crónica llena de caprichosas
falsedades. En 1949, Roberto Escalada, que ni cantaba, interpreta al ídolo en
“Se Llamaba Gardel”, película hoy olvidada.
Desde entonces no
se ha vuelto a hacer una biopia, aunque Gardel ha sido el eje de obras de
teatro como El Dia que me quieras del
venezolano José Ignacio Cabrujas y su espíritu acompaña a exiliados de la
dictadura militar en el filme “Tangos: El Exilio de Gardel”. Él productor
Martin De Luca anda ocupado en la creación de una bioserie llamada “Gardel,
King of Tango” que contaría con las actuaciones de Juan Carlo Di Pace como el
Zorzal, Angelica Maria como Bertha, y Barbara Mori como Mona Maris, pero no se
sabe ni donde ni cuando se estrenará.
El Legado Gardeliano
Lo cierto es que
para recordar a Gardel basta oírlo. Como dijera Libertad Lamarque, él es “el
tango hecho carne”. Sin restarle méritos a Le Pera, Santos Discépolo, Celedonio
Flores y otros autores de los tangos que asociamos con Gardel, es el modo de
interpretarlos lo que los hace únicos. No olvidemos que Gardel también
contribuyó con su preciosa música. Cuando Al Pacino baila el tango al son de
“Por una cabeza” en “Perfume de mujer” se trata de una versión instrumental,
creación totalmente gardeliana.
Por último, está
la influencia que tuvo. Sin Gardel no existirían Hugo del Cartil, Aníbal Troilo,
el Dr. Alberto Castillo y otros. El ascendente de Gardel como musico y persona
ha sido ampliamente reconocido por Astor Piazzola. Y hay una anécdota que no
recogen ni Simón Collier en su The Life,
Music and Song of Carlos Gardel ni Jorge Rufinelli en La Sonrisa de Gardel: biografía, mito y ficción, los libros que he
usado para esta nota, pero que si aparece en varios sitios de Internet
incluyendo en esta nota de La
Razón.
En 1934, cuando
Gardel hacía programas para una audiencia en vivo en New York, una noche se le
presenta en la NBC un chico de origen italiano que viene de Hoboken, en la
vecina New Jersey. Es Nancy Barbato, la novia que lo acompaña, quien le cuenta a
Gardel que Francis Albert tiene una hermosa voz, pero que prefiere andar de
truhan por la calle y con mala compañías.
Años más tarde,
Sinatra recordará que el Zorzal le habló de sus propias experiencias en el Abasto.
“Mirá ragazzino” le dijo “aprovecha
tu voz y le aconsejó inscribirse en el famoso programa de la NBC, “La Hora
amateur del Mayor Bowes”. Frankie lo hizo y ganó el primer premio. Aunque
todavía faltaban cuatro años para que Harry James lo descubriera, así comenzó
su carrera musical.
En 1981, Frank
Sinatra hizo su única presentación en la Argentina, llenando el Luna Park. Antes,
visitó el Abasto y la tumba de Gardel para darle las gracias por haberle
salvado la vida. No se sabe si es leyenda, ¿pero ¿qué ganaba Sinatra
inventándola? Un dato curioso, los
expertos dicen que ambos compartían el mismo timbre perfecto de voz.”
Si pudiéramos escoger
un solo tango de Gardel ¿Cuál elegirías? Este es el mío
Sus Ojos se Cerraron (Gardel-LePera, 1934)
No hay comentarios:
Publicar un comentario