La mariposa,
emblema de su casa de modas, ha definido las creaciones de Hanae Mori incluso a
sus perfumes que, como sus diseños de moda, son un compendio de la fragilidad,
la eternidad y la belleza de una libélula. Es natural entonces que su mejor
perfume se llame Butterfly, pero antes de hablar de este aroma de 1996, tenemos
que ver quién es su creadora.
Madame Mori (como
le gusta que la llamen) está retirada del mundo de la costura, aunque sigue
siendo líder en el terreno de la perfumería. A sus 93 años, y tras muchas
medallas y elogios, es una leyenda, una mujer que en un mundo patriarcal impuso
la moda y la llevó hasta Europa convirtiéndose en la primera diseñadora
importante del Japón.
Hanae, cuyo
nombre significa “Bendita sabiduría”, nació en 1926 en la Prefectura de Shimane,
en un Japón que todavía no acababa de occidentalizarle. Su padre fue un médico
rural y Hanae la menor de siete hijos y
la única mujer. Aun así, los Mori tenían un buen pasar y de su padre, la futura
diseñadora aprendió la importancia de la elegancia y del buen vestir.
Todos los
privilegios acabaron con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Hanae quien
estudiaba en Tokio esperaba ir a la universidad una vez que terminase la
secundaria, pero acabó en una fábrica como muchas otras japonesas de ese tiempo
ocupada en asistir al esfuerzo bélico de su país. Tras la capitulación de
Japón, Hanae se enroló en la Universidad Cristiana de Tokio donde estudió
literatura.
Eran tiempos
difíciles y la joven se pagaba los estudios cosiendo para las esposas de los
oficiales de las fuerzas de Ocupación Aliada del Japón. Como le iba bien
comenzó a tomar cursos de diseño y costura. En las clases, recuerda Madame Mori,
había dos tipos de mujeres: viudas de guerra y jovencitas que planeaban
casarse. Hanae era una de las ultimas y en 1949 se casó con el prospero
industrial de textiles Kenzo Mori y adoptó su apellido.
Dos años más
tarde, y tras nacido Akira su hijo mayor, la nueva Señora Mori descubrió que
ser esposa y madre la aburria. Aunque Japón seguía siendo una sociedad
tradicional en lo que respecta a las mujeres, con apoyo de su marido, Hanae abrió
su primera casa de modas en Tokio en 1951.
A lo largo de los
50, Hanae se haría de una inmensa clientela desde geishas hasta las actrices de
la floreciente industria del cine nipón. En 1961, Hanae viajó a Paris,
supuestamente a examinar la moda de los grandes modistos y a comprarse un nuevo
guardarropa. Cuenta la leyenda que fue Chanel quien la instó a expandir su
negocio y a mirar más alto.
Hanae Mori en los 60 |
Tras esa
entrevista, Hanae trabajó arduamente en su arte tomando cursos de diseño en Nueva
York. Sería en la Gran Manzana donde comenzaría su proceso de internacionalización
con un desfile, en 1965. La alta sociedad neoyorquina quedó fascinada con estos
diseños que combinaban la delicadeza de los kimonos con psicodélicos colores.
Inspirada en elementos de su cultura, desde el
teatro kabuki hasta los capullos de cerezo tan tradicionales en el Japón, Hanae
hacía hincapié en estilos vaporosos, tenues como las alas de la mariposa. De hecho,
la mariposa era su emblema como lo eran el uso del chiffon y otras telas
etéreas y de los colores turquesa y rosa cereza.
Dise~nos de los 60 y 70 |
La clientela de
Madame Mori era cada vez más aristocrática. Llegó incluso a coser para la Casa Real
Japonesa. La primera dama de Indonesia, Dewi Sukarno era clienta de Hanae Mori,
tal como lo era su homóloga, Imelda Marcos de Las Filipinas.
Dewi Sukarno en un modelo de Hanae Mori |
Además de vestir
a estas ilustres clientes, Hanae Mori creaba vestidos para la ópera y compañías
de ballet de su país. Diseñó tres veces los uniformes de las azafatas de las
líneas aéreas niponas, atreviéndose a incluir minifaldas en los de 1970 y dos
veces estuvo a cargo de confeccionar los uniformes del equipo olímpico japones.
Uniforme de aeromoza de JAL |
Madame Mori no temía
probar nuevos negocios. En 1967 comenzó a diseñar ropa de cama y en 1969, en
sociedad con Shiseido, la mayor línea de cosméticos del Japón, establecía su propia línea de perfumes.
En 1970 abría su
primera boutique en Estados Unidos, en el Waldorf Astoria. En 1972 presentaba
su colección en la Embajada Japonesa en Londres. Atraída por esa fama, la
Princesa Grace de Mónaco invitó a la diseñadora a presentar su colección en Montecarlo.
Tener a la ex Grace Kelly de clienta cimentaría la fama de Madame Mori.
Hanae Mori en 1974 |
En 1977 abría su
primera boutique en Paris. Ese mismo año se convertía en la primera diseñadora
asiática en formar parte de la Cámara Sindical de Alta Costura de Francia. Desde
ese momento se volvió una de las modistas más famosas del mundo. En los 80, la
Primera Dama de los Estados Unidos, Nancy Reagan, fue su clienta. En los 90 ocurriría
lo mismo con otra Primera Dama estadounidense, Hillary Clinton.
Hanae Mori junto a Ginger Rogers otra de sus clientas famosas |
Sin embargo, el más
memorable diseño de la madurez de Madame Mori sería el vestido de bodas de la
Princesa Masako, hoy emperatriz de Japón. De todos los couturiers del mundo, se
escogió a Hanae Mori para ese diseño que hoy ya es parte de la historia de la moda
Los hoy Emperadores del Japon el día de su boda. |
Por parte del
gobierno japones, Madame Mori ha recibido muchos premios, y honores. El
gobierno francés le otorgó la Legion d’Honneur. Aun así, esta prodigiosa artista,
como toda gran dama ha sabido cuando retirarse. En el 2004 anunció que su
colección anual sería la última. Vendió todas sus firmas, dejándose solo
algunas boutiques en Tokio y su línea de perfumes. Un año tras su retiro, instituyó
la Fundación Hanae Mori para ayudar a jóvenes talentos de la moda
La Perfumería
de Hanae Mori
La firma mercadea
pocos perfumes, pero todos son conocidos, famosos y fáciles de comprar. El
primero tuvo el simple nombre de Hanae Mori, y fue producido en 1968, una
combinación común y silvestre de flores, cítricos y maderas aromáticas.
Le tomaría casi
30 años a la perfumería sacar otro producto al mercado, el famosísimo
Butterfly, del cual hablaré al final de esta entrada, ya que se ha convertido
en mi perfume de septiembre.
En 1998 nacía
Haute Couture. Nardo, jazmín, tuberosa, gardenia y narciso equilibrados con
cilantro y lima. Ese mismo año sacaba al mercado su perfume masculino HM. Una
combinación de lavanda y limón con el poco común toque de chocolate y vainilla.
Purple Butterfly
del 2008 es un perfume de flores lilas como dice el título, violetas e iris.
Pero la particularidad
de los perfumes de Hanae Mori es que huelen a sabores, sabores dulces que
encantan a los niños. Tomemos como ejemplo Magical Moon del 2006. A pesar del
envase que evoca noches mágicas de romance se trata de una ensalada de frutas
tropicales: lichees, carambolas, guayabas y piña rociadas con esencia de coco y
caña de azúcar y aromatizadas con vainilla, con un toque final de … ¡Pimienta
roja!
Hanae del 2016
trae una combinación de fresas silvestres, manzana roja y toffee.
Su Eau Fraiche es
una ensalada de frutas donde sobresalen los sabores ácidos de pomelo y
mandarina.
Aunque todos son
deliciosos nadie quiere que la persigan los mosquitos en la calle. Por eso su más
sabrosa, pero también su más sutil, producción es Butterfly (que en Francia se
conoce como Papillon).
Yo descubrí este
perfume, y a Hanae Mori, en el 2017 en mi primera visita al local de Fragrance.com
en el mall de Roosevelt Field. Me encantó, pero lo consideré un “poco moderno”.
Sin embargo, ya cuenta 23 años en el mercado desde que lo creara Bernard
Ellara.
Es un perfume muy
delicado, exactamente como una mariposa. El motivo del bello insecto está en
todos lados. No solo adorna las cajas de los frascos sino también la tapa del
envase que parece un ala de mariposa. Hay varios envases. El de la edición
aniversario del 2016 me parece un poquito cursi con ese tono rosa mexicano y
esos coleópteros blancos, luce como un juguete de niña.
El perfume sin
embargo es para adultas, de cualquier edad. Aunque asociemos a las mariposas con
la primavera, Butterfly es lo suficientemente tenue para usarse en el verano, y
principalmente en septiembre, este mes ambiguo que desemboca en el otoño, pero
que todavía es acosado por calores veraniegos.
Butterfly es un
perfume con aroma de postre, una fuente de frutos del bosque: frutillas, arándanos
y grosellas con un toque almendrado, no de almendra sino del árbol del almendro
que tiene un aroma verde muy fino. Bajo esa ensalada de frutas tenemos flores delicadas,
jazmín, ylang-ylang, rosa y peonia, y equilibrándolas el toque exacto de sándalo
y cedro.
Recomiendo, este perfume
que puede conseguirse en Amazon.com e incluso en su sitio en español. Una
última anécdota. Recibí la botella hace una semana, un regalo adelantado de cumpleaños
de parte de mi hermano. Lo he usado todos los días, pero hoy que estoy enferma,
me lo apliqué a las muñecas y era una esencia diferente. El olor principal no lo
aportaban las frutas sino las maderas aromáticas. Era un perfume vegetal, me hacía
sentir como una mariposa en un bosque.
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