miércoles, 18 de septiembre de 2019

Aromas del Ayer: Los Perfumes de Hanae Mori



La mariposa, emblema de su casa de modas, ha definido las creaciones de Hanae Mori incluso a sus perfumes que, como sus diseños de moda, son un compendio de la fragilidad, la eternidad y la belleza de una libélula. Es natural entonces que su mejor perfume se llame Butterfly, pero antes de hablar de este aroma de 1996, tenemos que ver quién es su creadora.

Madame Mori (como le gusta que la llamen) está retirada del mundo de la costura, aunque sigue siendo líder en el terreno de la perfumería. A sus 93 años, y tras muchas medallas y elogios, es una leyenda, una mujer que en un mundo patriarcal impuso la moda y la llevó hasta Europa convirtiéndose en la primera diseñadora importante del Japón.

Hanae, cuyo nombre significa “Bendita sabiduría”, nació en 1926 en la Prefectura de Shimane, en un Japón que todavía no acababa de occidentalizarle. Su padre fue un médico rural y Hanae  la menor de siete hijos y la única mujer. Aun así, los Mori tenían un buen pasar y de su padre, la futura diseñadora aprendió la importancia de la elegancia y del buen vestir.

Todos los privilegios acabaron con el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Hanae quien estudiaba en Tokio esperaba ir a la universidad una vez que terminase la secundaria, pero acabó en una fábrica como muchas otras japonesas de ese tiempo ocupada en asistir al esfuerzo bélico de su país. Tras la capitulación de Japón, Hanae se enroló en la Universidad Cristiana de Tokio donde estudió literatura.

Eran tiempos difíciles y la joven se pagaba los estudios cosiendo para las esposas de los oficiales de las fuerzas de Ocupación Aliada del Japón. Como le iba bien comenzó a tomar cursos de diseño y costura. En las clases, recuerda Madame Mori, había dos tipos de mujeres: viudas de guerra y jovencitas que planeaban casarse. Hanae era una de las ultimas y en 1949 se casó con el prospero industrial de textiles Kenzo Mori y adoptó su apellido.

Dos años más tarde, y tras nacido Akira su hijo mayor, la nueva Señora Mori descubrió que ser esposa y madre la aburria. Aunque Japón seguía siendo una sociedad tradicional en lo que respecta a las mujeres, con apoyo de su marido, Hanae abrió su primera casa de modas en Tokio en 1951.

A lo largo de los 50, Hanae se haría de una inmensa clientela desde geishas hasta las actrices de la floreciente industria del cine nipón. En 1961, Hanae viajó a Paris, supuestamente a examinar la moda de los grandes modistos y a comprarse un nuevo guardarropa. Cuenta la leyenda que fue Chanel quien la instó a expandir su negocio y a mirar más alto.
Hanae Mori en los 60

Tras esa entrevista, Hanae trabajó arduamente en su arte tomando cursos de diseño en Nueva York. Sería en la Gran Manzana donde comenzaría su proceso de internacionalización con un desfile, en 1965. La alta sociedad neoyorquina quedó fascinada con estos diseños que combinaban la delicadeza de los kimonos con psicodélicos colores.

 Inspirada en elementos de su cultura, desde el teatro kabuki hasta los capullos de cerezo tan tradicionales en el Japón, Hanae hacía hincapié en estilos vaporosos, tenues como las alas de la mariposa. De hecho, la mariposa era su emblema como lo eran el uso del chiffon y otras telas etéreas y de los colores turquesa y rosa cereza.
Dise~nos de los 60 y 70

La clientela de Madame Mori era cada vez más aristocrática. Llegó incluso a coser para la Casa Real Japonesa. La primera dama de Indonesia, Dewi Sukarno era clienta de Hanae Mori, tal como lo era su homóloga, Imelda Marcos de Las Filipinas.
Dewi Sukarno en un modelo de Hanae Mori

Además de vestir a estas ilustres clientes, Hanae Mori creaba vestidos para la ópera y compañías de ballet de su país. Diseñó tres veces los uniformes de las azafatas de las líneas aéreas niponas, atreviéndose a incluir minifaldas en los de 1970 y dos veces estuvo a cargo de confeccionar los uniformes del equipo olímpico japones.
Uniforme de aeromoza de JAL

Madame Mori no temía probar nuevos negocios. En 1967 comenzó a diseñar ropa de cama y en 1969, en sociedad con Shiseido, la mayor línea de cosméticos del Japón,  establecía su propia línea de perfumes.

En 1970 abría su primera boutique en Estados Unidos, en el Waldorf Astoria. En 1972 presentaba su colección en la Embajada Japonesa en Londres. Atraída por esa fama, la Princesa Grace de Mónaco invitó a la diseñadora a presentar su colección en Montecarlo. Tener a la ex Grace Kelly de clienta cimentaría la fama de Madame Mori.
Hanae Mori en 1974

En 1977 abría su primera boutique en Paris. Ese mismo año se convertía en la primera diseñadora asiática en formar parte de la Cámara Sindical de Alta Costura de Francia. Desde ese momento se volvió una de las modistas más famosas del mundo. En los 80, la Primera Dama de los Estados Unidos, Nancy Reagan, fue su clienta. En los 90 ocurriría lo mismo con otra Primera Dama estadounidense, Hillary Clinton.
Hanae Mori junto a Ginger Rogers otra de sus clientas famosas

Sin embargo, el más memorable diseño de la madurez de Madame Mori sería el vestido de bodas de la Princesa Masako, hoy emperatriz de Japón. De todos los couturiers del mundo, se escogió a Hanae Mori para ese diseño que hoy ya es parte de la historia de la moda
Los hoy Emperadores del Japon el día de su boda.

Por parte del gobierno japones, Madame Mori ha recibido muchos premios, y honores. El gobierno francés le otorgó la Legion d’Honneur. Aun así, esta prodigiosa artista, como toda gran dama ha sabido cuando retirarse. En el 2004 anunció que su colección anual sería la última. Vendió todas sus firmas, dejándose solo algunas boutiques en Tokio y su línea de perfumes. Un año tras su retiro, instituyó la Fundación Hanae Mori para ayudar a jóvenes talentos de la moda

La Perfumería de Hanae Mori
La firma mercadea pocos perfumes, pero todos son conocidos, famosos y fáciles de comprar. El primero tuvo el simple nombre de Hanae Mori, y fue producido en 1968, una combinación común y silvestre de flores, cítricos y maderas aromáticas.

Le tomaría casi 30 años a la perfumería sacar otro producto al mercado, el famosísimo Butterfly, del cual hablaré al final de esta entrada, ya que se ha convertido en mi perfume de septiembre.

En 1998 nacía Haute Couture. Nardo, jazmín, tuberosa, gardenia y narciso equilibrados con cilantro y lima. Ese mismo año sacaba al mercado su perfume masculino HM. Una combinación de lavanda y limón con el poco común toque de chocolate y vainilla.

Purple Butterfly del 2008 es un perfume de flores lilas como dice el título, violetas e iris.

Pero la particularidad de los perfumes de Hanae Mori es que huelen a sabores, sabores dulces que encantan a los niños. Tomemos como ejemplo Magical Moon del 2006. A pesar del envase que evoca noches mágicas de romance se trata de una ensalada de frutas tropicales: lichees, carambolas, guayabas y piña rociadas con esencia de coco y caña de azúcar y aromatizadas con vainilla, con un toque final de … ¡Pimienta roja!


Hanae del 2016 trae una combinación de fresas silvestres, manzana roja y toffee.

Su Eau Fraiche es una ensalada de frutas donde sobresalen los sabores ácidos de pomelo y mandarina.

Aunque todos son deliciosos nadie quiere que la persigan los mosquitos en la calle. Por eso su más sabrosa, pero también su más sutil,  producción es Butterfly (que en Francia se conoce como Papillon).

Yo descubrí este perfume, y a Hanae Mori, en el 2017 en mi primera visita al local de Fragrance.com en el mall de Roosevelt Field. Me encantó, pero lo consideré un “poco moderno”. Sin embargo, ya cuenta 23 años en el mercado desde que lo creara Bernard Ellara.

Es un perfume muy delicado, exactamente como una mariposa. El motivo del bello insecto está en todos lados. No solo adorna las cajas de los frascos sino también la tapa del envase que parece un ala de mariposa. Hay varios envases. El de la edición aniversario del 2016 me parece un poquito cursi con ese tono rosa mexicano y esos coleópteros blancos, luce como un juguete de niña.

El perfume sin embargo es para adultas, de cualquier edad. Aunque asociemos a las mariposas con la primavera, Butterfly es lo suficientemente tenue para usarse en el verano, y principalmente en septiembre, este mes ambiguo que desemboca en el otoño, pero que todavía es acosado por calores veraniegos.

Butterfly es un perfume con aroma de postre, una fuente de frutos del bosque: frutillas, arándanos y grosellas con un toque almendrado, no de almendra sino del árbol del almendro que tiene un aroma verde muy fino. Bajo esa ensalada de frutas tenemos flores delicadas, jazmín, ylang-ylang, rosa y peonia, y equilibrándolas el toque exacto de sándalo y cedro.

Recomiendo, este perfume que puede conseguirse en Amazon.com e incluso en su sitio en español. Una última anécdota. Recibí la botella hace una semana, un regalo adelantado de cumpleaños de parte de mi hermano. Lo he usado todos los días, pero hoy que estoy enferma, me lo apliqué a las muñecas y era una esencia diferente. El olor principal no lo aportaban las frutas sino las maderas aromáticas. Era un perfume vegetal, me hacía sentir como una mariposa en un bosque.




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